Mi abuela tiene 83 años y estos son los utensilios de cocina que no ha cambiado desde que los compró (y ahora valen una fortuna)

Cuando me imagino la cocina de la casa de mi abuelaen el pueblo, hay ciertos detalles que son clave a la hora de definirla. La cocina de gas (que nunca ha querido cambiar por una vitrocerámica ni por otra cocina de inducción) que siempre cierra con una tapa blanca de metal y adorna con un porta cucharas que le traje de una excusión en Grecia cuando era pequeña, las cenefas de cerezas que decoran los azulejos, las cortinas colocadas como en una película de Disney, con su lacito y terminadas en un volante de bordados suizos, el escaño de madera que le hizo mi padre y en el que me he echado más de una siesta... 

Sin embargo, si hay algo que define a la cocina de cualquier abuela, eso son las vajillas de cristal oscuro en color marrón estilo Duralex (que ahora podemos encontrar, a precio de oro, en Zara Home), la cubertería de plata de los domingos, las cazuelas de cerámica... y un sinfín de elementos que, hace unos años no nos podían parecer más cutres. Esta temporada, con el auge de la estética retro y el estilo natural, se han revalorizado, convirtiéndose en auténticas joyas nostálgicas que persiguen todos los modernos para dar un aire vanguardista a su casa y alcanzando precios desorbitados. ¡Descúbrelo!

7 ARTILUGIOS DE LA COCINA DE LAS ABUELAS QUE SE HAN REVALORIZADO

1. Cubiertos de plata maciza

Mi abuela me ha contado en infinidad de ocasiones que la vajilla que tiene perfectamente guardada en su caja de terciopelo granate y que solo saca en Navidad, se la regalaron sus tíos para la boda, como parte del ajuar. Hoy en día, estas vajillas apenas se encuentran completas y, de cara a los coleccionistas, son un tesoro de valor incalculable.

2. Sartenes de hierro fundido

Aunque yo siempre la he odiado, mi abuela decía que esa sartén era la mejor para freír los huevos porque, aunque pareciera como recién salida de la cueva de los Picapiedras, lo cierto es que no pegaba ningún alimento. Ahora, estas sartenes apenas se encuentran y, según los expertos, su valor puede alcanzar hasta los 2.000€

3. Cerámica hecha a mano

Y sí, las típicas piezas que mi padre compraba en los mercados medievales cuando era pequeña y que nunca supimos muy bien que uso darles, también son unas reliquias cada vez más difíciles de encontrar, a no ser que vayamos a las ferias de cerámica de los pueblos que, con la llegada del verano, se sucederán ahora un fin de semana tras otro.

4. Jarrones y ollas de cobre

Pensar en estos elementos es hacerlo, posiblemente, en piezas oxidadas que ni nos replantearíamos comprar en el Rastro, aunque seguro que casa de nuestras abuelas todavía queda alguno abandonado, al fondo del cajón de la bodega, que podremos restaurar. De hecho, desde un medio italiano en el que aseguran, que un juego de cuatro de estas ollas puede costar unos 1.500€ en la actualidad, aseguran que estas antigüedades que parecen del siglo XIX, son las más codiciadas.

5. Juego de cuencos de jadeíta

Aunque a simple vista no sepamos como son, si recordamos esos cuencos en color verde menta que odiábamos y que no combinaban con ningún otro elemento de la cocina de nuestras abuelas, estaremos dando de lleno en el concepto. En la actualidad, estas piezas, sobre todo las creadas por las empresas McKee Glass Company y por Jeannette Glass Company, pueden costar entre 300 y 1.200€.

6. Cuencos y cacerolas Pyrex

Las fuentes de horno y las demás piezas de Pyrex que nuestras abuelas siempre han tenido en casa, aunque son más típicas de las cocinas de Estados Unidos, son una completa reliquia en la actualidad, porque apenas se pueden conseguir en juegos completos.  Amanda Keller, curadora de interiores históricos y accesorios para el hogar en la Fundación Colonial Williamsburg, aseguró que algunas de las piezas más codiciadas pueden alcanzar precios que oscilan entre los 50 y los 1.400€, según el estado en el que se encuentren.

7. Vajilla de vidrio ahumado

Las típicas vajillas resistentes de hierro de colores, que antes se compraban por menos de 2€ la pieza, ahora son una completa joya que puede alcanzar hasta los 400. Así que, si tienes alguna por casa de tu abuela, protégela como si fuera un tesoro.

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