Magda Martínez, directora de estilismo de El Mueble: "Los dormitorios minimalistas han pasado de moda, están siendo reemplazados por estas 11 ideas estilosas y acogedoras"

Otra forma muy efectiva de crear efecto 'wow' en tu dormitorio, si las dimensiones lo permiten, es hacerte con una cama de dosel, siempre tan románticas y con ese aire bucólico y primaveral que tanto apetece en esta época. Ante un espacio grande, este tipo de estructuras consiguen llenar el espacio. En este caso, es un diseño minimalista y de líneas depuradas que rebaja ese posible toque "ñoño" del que pueden pecar algunas piezas de este tipo. Es una estructura que, gracias a su material y su acabado, no entorpece ni abarrota el espacio. La cama se ha vestido con materiales que la abrazan y generan calidez: muchos cojines de lino, sábanas de algodón y mantitas de mohair para hacerla más gustosa.

Un techo imponente de madera inspirado en Suiza, un cabecero de origen mexicano tapizado en celeste, unos enrejados de hierro azul que hacen guiños al mar... Los dormitorios también pueden contar historias y éste con sabor andaluz habla de la apasionante historia, los viajes y aficiones de Joaquín, su propietario. Ante semejante chute de belleza te aconsejamos: mezcla, prueba, quita, pon... pero nunca dejes de ser fiel a tu estilo personal y llénalo de piezas que para ti tengan significado. Al fin y al cabo, eres tú el que va a pasar más horas allí.

Lo que antes podría pasar desapercibido y solucionarse con un simple cabecero, hoy se ha convertido en todo un reto creativo para los interioristas. Hablamos de la pared del cabecero, ese frente que tanto puede hacer por un dormitorio estiloso. Bien lo saben Lucía Casaus y el arquitecto Alexis González, de GC Studio, que dieron con la solución ideal en  Casa Copenhague. Y no son ni cuadros, ni espejos, ni siquiera un cabecero llamativo. Hablamos de un panelado tapizado con tecla de bouclé y relieves verticales que le da una apariencia ultra sofisticada y muy diferente a lo que estamos acostumbrados a ver. De esta manera, se enmarca la estructura del cabecero y se reafirma el protagonismo de esta pared principal.

En la mezcla (con cabeza) está la clave de esta habitación. Quien piense que combinar una pared con papel pintado texturizado y un cabecero con otro plus de textura es demasiado... se equivoca. La clave para acertar está en los colores y en la elección del dibujo en cuestión. Aquí, Natalia Marchal ha creado una explosión visual revistiendo el frente principal con un papel con textura de lino en un tono natural y sereno. El cabecero, sin embargo, está tapizado con una tela de espiga en amarillo mostaza, muy sutil y acorde con los demás elementos de la ropa de cama.

En definitiva y siguiendo las recomendaciones de la experta: elige un estampado principal y añade uno o dos más para complementar. Debemos mantener una paleta de colores similar entre ellos y jugar con la escala: combina patrones grandes con pequeños. ¡Importante! Deja los techos en blanco para que la habitación respire luminosidad.

¡Alerta tendencia! El minimalismo ya no es una opción. Las formas más barrocas, los estampados y los tejidos de calidad se alían en los dormitorios con más encanto de esta temporada. Ya lo vimos en otoño y parece que su sombra sigue siendo alargada en primavera, eso sí, en colores más refrescantes. Estos cabeceros, conocidos como "pagodas", presumen de formas orgánicas y regusto clásico. Por supuesto, van entelados, a poder ser con tejidos estampados y rematados con ribete en contraste. ¡Imposible dejar de mirarlos!

Tener un dormitorio con vistas al Cantábrico es un privilegio. Y es que pocas cosas vestirán tanto (y tan fácil) una habitación. Por eso, en este caso han tratado el paisaje como una obra de arte, enmarcándolo tras una enorme cristalera que le da total protagonismo. Su decoración se reduce a lo esencial: un banco de madera y enea y ropa de cama de lino y algodón gustoso en unos tonos y estampados acordes con el entorno que se ve allí fuera. Eso sí, los estores son opacos para asegurar el descanso entre tanta luminosidad.

Personalizar un dormitorio y llenarlo de estilo con simples gestos es algo tan sencillo como coger una o dos fotografías de tus viajes y plasmarlas en un cuadro con un marco fino le deje todo el protagonismo. En este caso, es una fotografía de una cebra que, a sus propietarios, les recuerda a la temporada que pasaron en África. Hablamos de un dormitorio fresco con una base blanca muy neutra y refrescante. Para darle calidez, aparte de sus recuerdos, se han utilizado fibras naturales, tanto en el banco de los pies de la cama como en las mesitas de noche, la alfombra de mimbre y unos textiles con colores terracota que también son un guiño al vecino continente.

Esta suite es un sueño, un santuario de tranquilidad y confort rodeado de ventanales correderos, con un balconcito y vistas a la naturaleza. ¿Alguien da más? Pues sí, porque los detalles de mobiliario no se quedan atrás. Y sino fíjate en ese magnífico cabecero de capitoné en formato vertical y XL. Aunque no tengas ni vistas, ni espacio, ni balconcito, esta pieza puede solucionar cualquier dormitorio soso y sin estilo. Los textiles de colores alegres que irradian verano hacen el resto. Al ser una casa en Marbella, no le van nada mal los tonos amarillos, mostazas y ese juego de texturas y estampados geométricos.

A simple vista, esta casa mallorquina escoltada por la Sierra de Tramuntana parece una de esas típicas “posesiones” de la isla con siglos de historia a sus espaldas. ¡Nada más lejos de la realidad! Se terminó de construir hace casi tres años, pero Jordi Obiols, su propietario, quiso imprimirle ese aire rústico balear de antaño.Uno de sus luminosos pasillos nos lleva al dormitorio principal, que transmite esa misma quietud gracias a los tejidos cálidos de fibras naturales con los que se ha vestido. Como el resto de habitaciones, tiene acceso directo a la naturaleza que es, sin duda, el grandísimo lujo de este hogar. Lo de combinar tonos neutros, fibras naturales y toques de mostazas y ocres en dormitorios campestres parece casi una constante esta temporada.

El gris verdoso se ha colado por la puerta grande entre las tendencias de la temporada y lo estamos viendo mucho en cocinas, recibidores, salones y, cómo no, dormitorios. Como nunca está de más incorporar en casa una pincelada de novedad, te invitamos a hacerlo como han hecho en esta habitación: un simple cabecero de capitoné hecho a medida ya cambia completamente el registro del dormitorio (puedes probarlo con diseños desenfundables si te resulta más práctico). Este tapizado va acorde con el resto de textiles y con el banco situado a los pies de la cama, aportando un ambiente más íntimo que en el resto de la casa. La elección acertada de solo un color puede transformarlo todo.

Parece que la fiebre por las paredes blancas en los dormitorios ya pasó. Si lo tuyo no es el papel pintado, pero quieres darle un toque de textura a la habitación, el efecto estucado es perfecto, generando esa sensación de calidez y recogimiento que un espacio como éste necesita. En esta habitación, optaron por unos elegantes zócalos elevados y un cabecero de obra con poco fondo, lo suficiente como para apoyar un cuadro, un pequeño jarroncito y servir de soporte para las originales lámparas colgantes. Jeanette Trensig consiguió reforzar este ambiente mágico jugando con las notas de color y texturas diferentes en la ropa de cama.