FOTOS Y VÍDEO / La casa de la lectora que fue una de las portadas más vendidas de la revista El Mueble

Araceli Boltas es una de las ganadoras del concurso de 'Las mejores casas de las lectoras'. ¡Es una ávida lectora de El Mueble desde hace años! Mira el making-of de su superpiso en Barcelona. 

"Este piso lo construyó mi abuelo al acabar la Guerra, en 1939. Está en una parcela familiar en medio de un jardín, en la zona alta de Barcelona, y mis abuelos vivieron aquí durante 50 años. Él era arquitecto y yo lo heredé hace cuatro años y lo reformé. Para mí está cargado de historia, de momentos felices y, la verdad, no considero que sea una casa acabada, va evolucionando conmigo y con mi historia", informa Araceli, artífice de la reforma.

El rincón preferido de nuestra lectora es la zona de la chimenea. Ella misma explica que en cuanto la vio, aprendió a hacer fuego enseguida. Y su objeto preferido, duda entre dos: la mesa del comedor con las sillas, ya que le parece un rincón "muy cuco"; o el espejo de cuarterones del salón, una idea muy El Mueble.

De la reforma se ocupó la interiorista Meritxell Ribé y de la decoración se ocupó la propia Araceli.  "¡Soy una enamorada de la revista El Mueble y me ayudó muchísimo! Si me preguntáis qué buscaba, tenía claro que quería espacios abiertos con mucha luz. Quería mantener elementos arquitectónicos diseñados por mi abuelo, como el salón con chimenea y las estanterías, que eran de madera de caoba, aunque, eso sí, las pintamos de blanco para actualizarlas", bromea Araceli. "Mi abuelo me mataría si las viera".  

"También hicimos cambios de distribución. Por ejemplo, donde ahora está la cocina, antes había un dormitorio con un distribuidor, y donde ahora va la habitación principal con baño, antes estaba el comedor", indica la lectora. "No me gusta el blanco puro, pero estaba segura de que quería algo elegante y suave, además de luminoso. Finalmente, combinamos varios blancos, desde el arena del comedor hasta el blanco roto de las paredes".

Como Araceli estaba segura de que necesitaba una casa luminosa, en el salón quería sofás blancos. Pero, en el último momento, le convencieron del color gris, ¡y fue una suerte! Por otro lado, buscaba una mesa de madera, porque no le gusta demasiado que se viera el suelo a través del cristal: "¡es más acogedora así!", indica la propietaria. 

¿La cocina? Está abierta al salón-comedor, pues era una condición sine qua non para Araceli. "Me apetecía poder charlar y tomar el aperitivo con los amigos mientras cocinamos. Le pusimos las lámparas de mimbre para que contrastaran con el blanco, y una alfombra de baldosa hidráulica debajo de la isla, muy práctica", detalla.

"También hemos mantenido la barandilla de la escalera, de volutas de hierro dorado, que lleva hasta la terraza. De esto me convenció mi marido, porque yo no lo veía claro. Pero ahora me encanta", añade. Sobre las puertas, Araceli tenía muy claro que quería una casa luminosa. "Poner puertas correderas de cristal y blancas ha sido la solución perfecta para que la luz fluya de un extremo a otro de la casa”.

"Antes de que os vayáis, os enseño mi dormitorio. Lo planifiqué con ideas muy El Mueble: las molduras en el cabecero, el color verde oliva que da tanta calidez; y también la cristalera, que permite que pase la luz", nos explica. 

El cabecero de cama está pintado de verde, en contraste con el blanco de ventanas y estores. "¿Un capricho? El papel pintado con hojas, es como si me trasladara a la naturaleza", manifiesta.

"Y, por supuesto, la bañera exenta en la habitación. Es verdad que no es tan práctica como la ducha, pero cuando me baño es un gusto. Ah, ¿veis las ventanas redondas? Son un rasgo distintivo del piso: son grandes y están presentes en el baño y la cocina. Las he querido mantener, quedan muy especiales. Es un guiño más a este piso, la casa de mi vida", expresa la lectora. 

"La terraza la he distribuido en una zona de estar con un banco de obra y un comedor bajo la pérgola. Cuido yo misma las plantas. Me encanta la jardinería", declara. "Voy comprando las flores que me gustan y variando según las temporadas. Reconozco que en verano las cuido más", confiesa.

Para dar sombra, Araceli ha puesto una pérgola y estores de mimbre. Las sillas verdes dan color. "Me encantaría que la pérgola quedara cubierta con verde, pero aún no lo he conseguido. Y los árboles son regalos que me han ido haciendo", señala. 

"Mis abuelos vivieron aquí durante 50 años. He mantenido en la reforma detalles originales como las lámparas y la escalera, pero aportando mi propio estilo personal". ¡El resultado nos ha parecido espectacular! Volveremos.