Una casa ACOGEDORA, luminosa y con un salón comedor maravilloso. Tiene el estilo y el sello inconfundible de Asun Antó, de Coton et Bois. ¡Un diez!

En la misma línea, los dos bancos que flanquean la chimenea (en la foto anterior puedes verlo claramente) y que completan de manera informal la zona de asientos, una solución muy útil cuando reciben en casa.

A diferencia del salón, con una decoración muy smooth y sobria, el comedor destaca por tener un "punto más atrevido", confiesa Anna. Con la sólida mesa de madera que tiene un matiz rústico, las sillas tapizadas en dos tonos de gris, y las lámparas XL, de las que ella y su marido se enamoraron y se las llevaron a casa sin dudarlo.

Para que el recibidor y la zona de noche se beneficiaran de los ambientes de día y a la vez tuvieran independencia, Asun optó por separar las dos zonas con la misma corredera de la cocina, pero con una versión de lamas, que deja pasar la luz y da intimidad.

Uno de los retos con el que Asun se enfrentó fue reubicar y abrir la cocina al salón comedor. El resto, ¡vino rodado! "A Anna y a su marido les gusta mucho recibir en casa, por eso era importante que la cocina estuviera integrada en la zona de día. Pero a la vez, que disfrutara de cierta autonomía, por eso la gran vidriera, que permite flexibilizar el espacio según las necesidades", explica la interiorista Asun Antó, de Coton et Bois y responsable del proyecto de reforma.

“Hacemos mucha vida en la cocina. Cuando estamos solos, comemos siempre en la barra de la isla. Para nosotros dos, es perfecta”, explica Anna.

La despensa se situó fuera de la cocina, pero tan solo a un paso, basta cruzar el pasillo para dar con ella. Una ubicación que la hace mucho más cómoda.

Asun Antó tuvo en cuenta todas las necesidades de esta familia y planificó también un cuarto de lavado muy cómodo. En él se ubican la lavadora y la secadora en columna, así como la tabla de planchar integrada en un mueble con ruedas. 

Como explica Asun, "Anna y su marido trabajan desde casa y debía ser un espacio confortable y muy práctico". ¿Y la cristalera? "Decidimos abrirlo al resto de la casa, como hicimos con la cocina. Así, amplías y llevas luz al pasillo y demás espacios", matiza. 

La idea era no recargar el espacio y se apostó por un gran cabecero a medida, que integra las mesillas, y que sirve a su vez de repisa para los cuadros –de la pintora Carmen Galofre–, una versátil banqueta a pie de cama y una cómoda que atesora su propia historia. 

Si hay una pieza que destaca en la sobriedad del dormitorio es la cómoda a pie de cama. Y esto no es casual: "Tiene un valor sentimental, porque es heredada de una amiga", dice la propietaria.  

Como en el resto de la casa, Anna apostó por unificar materiales: desde el suelo, que incluso es el mismo en la cocina y los baños, hasta el color de las paredes, un blanco cálido que multiplica la claridad y a la vez resulta muy acogedor. Y también en la línea de comunicar espacios, el baño se cerró con una gran corredera que abre este espacio al dormitorio.

El baño se planificó para la pareja, con un mueble con doble lavamanos y muchos cajones. Llama la atención la sobriedad del mueble, con encimera de madera y frentes con uñero de color topo. 

Anna, de pie, ultimando los últimos retoques de su casa junto a Asun Antó, en el sofá, y Javi Baldrich, interioristas de Coton et Bois.