Las preciosas casas de 11 mujeres interioristas de El Mueble llenas de ideas. ¡Muy inspiradoras!

Si alguien sabe dar ese toque de calidez que tanto nos gusta en El Mueble es la interiorista Asun Antó, de Coton et Bois. Asun lleva a cabo proyectos especialmente en Madrid y Barcelona, y nos ha recibido en su casa varias veces para diferentes reportajes. La suya es una casa 100% El Mueble.

A Asun Antó podríamos definirla por un estilo clásico actualizado. Su casa parece sacada directamente de una película en Los Hamptons, ¡nos encanta! En su salón, las molduras, los arrimaderos y la chimenea dan el punto elegante y cálido que tanto la caracterizan. Como mueble estrella, nos encanta su mesa de centro tapizada en capitoné. ¡Un 10 para Asun!

Junto a la chimenea, una agradable butaca tapizada en tela de cuadros que aporta un look muy inglés. La alfombra, las cortinas, el plaid... Asun sabe que un salón bien vestido y con muchas telas es ¡imprescindible!

¿Cómo es el sofá ideal de una interiorista? En el caso de Asun Antó, es de un tapizado claro, porque esto le asegura una base elegante y atemporal. Y según cambian las modas o las estaciones, puede jugar con los cojines y los plaid para darle otro color y estilo. Por algo somos muy fans de Asun.

En este vídeo, la interiorista Asun Antó nos habla sobre cómo elige ella los sofás con criterio de interiorista. ¡No te lo pierdas!

Natalia Zubizarreta es otra gran amiga de El Mueble. Vive en el País Vasco, aunque trabaja tanto en el Norte como en Madrid. Natalia no duda en enseñarnos sus proyectos, que vemos tanto en nuestra web como en la revista El Mueble y uno de los más queridos para ella es su propia casa.

Si algo nos gusta de Natalia es cómo sabe combinar los toques modernos con toda la serenidad del estilo atemporal que también caracteriza a El Mueble. Este es el salón de su piso en Bilbao, donde apreciamos butacas y meso de centro modernas, sin embargo combinadas con un sofá con funda de lino, cojines en tonos arena, y algunas piezas de madera (la lámpara, la repisa de la chimenea y la silla al fondo) que aseguran la calidez. Es un piso moderno y sin embargo acogedor. ¡Top!

¿Más toques muy reconocibles de Natalia? El uso del papel pintado y la madera, que aseguran la calidez. En el recibidor la interiorista ha puesto una cómoda sólida y con historia, que da el contrapunto a la modernidad de su salón. Y hacia la cocina unas correderas aprovechan el espacio, pero ¡ojo! son de madera y eso asegura el toque cálido que las hace únicas.

Otro infalible de Natalia Zubizarreta: usar papel pintado de efecto textil. En este caso, en su dormitorio, que aunque pequeño, gana un efecto envolvente y acogedor gracias a este papel en tono topo. Ojo a las cortinas: ha puesto dos, una en el mismo tono que el papel, otra en blanco, para dejar pasar la luz. ¿La ropa de cama? A juego (ese es el truco de decorador definitivo). Y a pies de cama, un mueble de madera que aporta un efecto vivido. ¡Por algo somos fans de Natalia!

La decoradora Marta Tobella encontró esta casita a pocos kilómetros de Barcelona y se enamoró. Es una construcción bicentenaria y protegida por catálogo arquitectónico urbano y cuando Marta dio con ella llevaba años cerrada, por lo que la reforma ha sido integral. Eso sí, respetando al máximo la construcción original, un auténtico tesoro para la decoradora. 

La piscina con vocación de alberca y aguas color turquesa, la zona de relax resguardada del sol por el follaje de los árboles, el comedor bajo la pérgola y el salón de verano, ideal para disfrutarlo incluso durante días soleados de invierno. ¿Quién diría que esta casa está en plena ciudad y no en un entorno rural?

El blanco es el color que se impone en los interiores, creando una atmósfera tan relajada como la del exterior. Vigas, que son las originales de la casa aunque su función ahora es meramente estética; paredes, tapicerías... La única licencia es el suelo, de toba artesanal. No es el original de la casa, porque estaba muy deteriorado, pero Marta no paró hasta que dio con uno muy similar. No te pierdas el resto de estancias de esta casa. 

La interiorista madrileña Paula Duarte es otra habitual en El Mueble. Paula vive en un chalet de decoración moderna y atemporal en Madrid, ¡lo descubrimos!

En pocos años la vida de la decoradora Paula Duarte ha estado repleta de cambios. De volver de Alemania e instalarse en un piso en Madrid y despegar como decoradora –¡es una de nuestras interioristas preferidas!– a mudarse a esta casa pareada con jardín. Aunque, como recuerda Paula, cuando la vio por primera vez era bastante feúcha, pero tenía muchas posibilidades. Viendo el resultado, ¡salta a la vista!

Comer aquí es un lujo. Con vistas al jardín, luz natural a raudales y con la comodidad de tener la cocina a un paso pero estando separados. Un gran pasaplatos comunica visualmente ambos espacios y, por el lado de la cocina, se prolonga a modo de barra. 

La gran ventaja con la que se encontró Paula en el dormitorio de su nueva casa era su tamaño, lo que le permitió habilitar un completísimo vestidor tipo closet entre la zona de cama y el baño. Pero precisamente su tamaño lo hacía desangelado. La decoradora se alió con el color –el mismo gris del salón– para darle personalidad y los textiles para arroparlo. ¡Qué elegante!

En El Mueble tampoco faltan proyectos de Pia Capdevila, una interiorista llena de ideas geniales, que nos acompaña con proyectos de diferentes estilos. Su casa de pueblo nos enamora una y otra vez...

Esta casa no se parece en casi nada a lo que era antes de que la decoradora Pia Capdevila decidiera embarcarse en el proyecto de reformarla para convertirla en su segunda residencia. Para empezar, había sido una rectoría de un pequeño pueblo de L'Empordà, y llevaba tiempo abandonada, con su consiguiente deterioro. Ahora es la mejor escapada para Pia y su familia, que siempre que pueden se refugian en este remanso de paz. 

El gran sofá con chaiselongue es la pieza estrella del salón, y no es casual, porque esta casa está pensada para el disfrute en familia y amigos. La chimenea es la original y para ganar aún más luz Pia hizo una apertura en la pared que habilitó como estantería sin trasera, así la luz fluya entre el recibidor y el salón. 

La cocina está en el mismo sitio que la original, pero nada tiene que ver con la que había. Eso sí, la decoradora ha querido darle un aire campestre, en sintonía con la casa y su privilegiada ubicación. Blanca, con detalles de madera como la encimera o la original lámpara de techo, y toques de verde. ¿Te has fijado en las baldosas del suelo? ¡Nos encantan! Con acabado envejecido ¡parece que lleven toda la vida ahí! ¿Te animas al housetour?

La decoradora Lucía Mariñas le vio las posibilidades de inmediato a este piso de los años setenta. A pesar de tener zonas oscuras y muy desaprovechadas, su planta rectangular le daba mucho juego a la hora de redistribuir los espacios. 

Tras derribar varios tabiques, la zona de día quedó diáfana, pero todo en ella queda estratégicamente dividido. La chimenea, ¡que tiene truco!, sirve de separación entre el salón y el comedor. La cocina queda abierta, pero la barra de la península hace de división con el comedor, el office queda "resguardado" tras el recodo de un muro y el despacho, comunicado con el office por una ventana fija para que la luz fluya, queda recogido en un entrante. 

Cuesta creer viendo esta cocina que ni Lucía ni su marido son muy cocinitas. Con armarios hasta el techo, blancos y sin tiradores, el toque de estilo viene de la mano de la isla, revestida de un porcelánico con efecto amarmolado. ¿Quieres ver el resto de la casa y sus ingeniosos secretos deco?

Cuesta creer que esta maravilla de casa revestida de madera de Flandes fuera un viejo pajar del que quedaban en pie solo la pared posterior de piedra, las columnas y el techo. Las hermanas Roma, las interioristas Dolors y Natalia, se arriesgaron y contaron con el arquitecto Damià Ribas para transformarla en una de las casas más singulares de La Cerdanya. 

Esta no es la típica casa rústica. Su espectacular fachada, revestida de pino de Flandes, ya nos avisaba de ello. Y sus interiores siguen la misma línea: aunque la madera sigue estando presente, aquí se ha pintado de un gris muy claro para dar calidez y luz a los espacios. Por eso todo respira un cierto aire nórdico. 

Este dormitorio tiene truco. Y es que, aunque es estrecho –en la zona de la cama cabe justita– es largo, por lo que se organizó en tres planos paralelos: descanso, vestidor, que sirve a su vez de separación y el baño. ¿Quieres ver cómo resolvieron el resto de espacios de la casa?

Junto con el dormitorio, el comedor de verano, a la sombra de un enorme pino, es uno de los rincones fetiche de la decoradora Elena Jiménez en su nueva casa, un sueño que por fin logró hacer realidad: "Siempre habíamos soñado con vivir fuera de la ciudad, rodeados de verde y naturaleza. Pero el trabajo, los horarios y las obligaciones se interponían", recuerda. 

Cuesta creer que esta casa, tan blanquita, luminosa y con espacios amplios, antes era oscura y compartimentada. "Muy feota", resume la decoradora y propietaria Elena Jiménez. No lo dudó, abrió espacios –hasta el punto que apenas hay puertas en la casa– y lo tiñó todo de blanco. Y le dio gran protagonismo al jardín: "Abrí la casa al exterior, con nuevas ventanas. Ahora, tenemos el exterior siempre metido en casa”.

Es su rincón preferido de toda la casa: "Es donde mejor y más en paz estoy. Con suelos y muebles de madera y paredes y textiles blancos, más algún pequeño toque de color. Ha quedado muy sereno y con el sol de tarde es super relajante”, explica Elena. ¡Qué placer! No te pierdas el resto de espacios de esta casa.  

La interiorista Neus Casanova, del estudio de Degoma, se enfrentó con su piso a su primer "gran proyecto". Así que aprovechó para poner en práctica todo lo que siempre quiso probar... y el resultado fue todo un éxito. 

“La casa es ahora un mix entre el estilo nórdico y el ambiente mediterráneo, que inevitablemente está presente por la propia arquitectura del espacio", explica Neus. Y es que todo lo que pudieron conservar, como las vigas, la pared de ladrillo o las baldosas hidráulicas del comedor, lo conservaron. Y combinaron muebles más neutros, como los sofás de Ikea, con piezas de diseño, como las butacas Eames o las mesas de centro, que son un diseño suyo. 

En el comedor, el suelo de baldosas recuperadas y la gran librería, compiten para ver quién se lleva nuestra atención. La gran mesa del comedor, perfecta para recibir, se ha completado con sillas... pero todas ellas diferentes, lo que le da un look casual y descarado que encaja a la perfección con la juventud de la decoradora. Para llevar más luz a la cocina, se ha abierto un pasaplatos que puede cerrarse cuando se necesita. Descubre el resto del piso. 

Con su casa, la arquitecta de interiores Aurora Monasterio afrontó un gran reto: transformar una oficina en una vivienda familiar. Y tras un tedioso proceso burocrático y unas obras de más de medio año, logró su objetivo: ahora disfruta de una casa luminosa con jardín comunitario y piscina en el barrio residencial de Chamartín. 

Al ser un bajo, a Aurora le preocupaba mucho que la casa quedara oscura, así que apostó por el blanco para inundar de luz los espacios, hizo las ventanas más grandes y comunicó espacios, para que nada fuera un obstáculo para el paso de la luz. En el salón apostó por un mix de estilos muy personal, con piezas recuperadas, otras nuevas e incluso de segunda mano. 

"En cualquier casa, pero sobre todo si hay niños, la cocina es la zona donde se hace más vida. Por eso la necesitaba cómoda, bonita y grande", explica Aurora. Y, además, muy luminosa. Para lograrlo abrió la cocina a la zona de día mediante unas correderas acristaladas y revistió el antepecho de la cocina con un espejo, que aún multiplica más la claridad. Descubre el resto de la casa. 

La decoradora Jeanette Trensig decidió que, tras veinte años, su piso necesitaba una actualización. "Por supuesto que en este tiempo había hecho retoques y cambios parciales, pero ahora por fin me he decidido a una renovación total. Los niños han crecido, nuestras necesidades han cambiado y queríamos algo completamente nuevo”, explica la interiorista de Cado.

El objetivo principal de la reforma fue que la luz del salón inundase toda la casa. para lograrlo, Jeanette derribó buena parte de los tabiques y creó espacios más diáfanos y despejados, como la cocina: “Antes quedaba encerrada y era oscura; ahora se abre hacia el salón y se separa del pasillo de entrada por este tabique transparente que deja pasar la luz y las vistas y amplía enormemente el espacio”, explica Jeanette.

Para el dormitorio Jeanette se permitió usar una paleta de colores más intensos, como el verde caqui y el gris antracita, que crean una atmósfera recogida, acogedora y muy personal. Y además, encajan a la perfección con las piezas escogidas de corte colonial, como el buró de la zona estudio.