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1. De ático inhabitable a dúplex con dos terrazas

Terraza urbana con sofás y butacas_00464936

Cuesta creer que un ático, la joya de la coronas de las viviendas verticales, estuviera casi abandonado. Pero así era: hasta que Ana Blanco y Fran Mengíbar, pareja y arquitectos, decidieron darle una oportunidad . Transformaron un espacio de hasta 6 metros de altura, sin agua y con dos terrazas (esta es solo una de ellas), aunque inaccesibles desde la vivienda, en un ático dúplex del que todo el mundo se enamora. 

Sofás y mesa de centro, en Maisons du Monde. Tumbona, de Affari. Cojines, en La Maison. 

2.

Un salón en blanco que se abre a la terraza

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Con la reforma, Ana y Fran comunicaron la vivienda con sus dos maravillosas terrazas, y para que las aberturas no desentonaran con el resto del piso, las recuperaron de una casa antigua. La luz era de las prioridades de esta joven pareja, que tiñó la vivienda de un blanco roto que inunda de claridad y ligereza el espacio, pero a la vez le da un matiz cálido muy acogedor. 

Sofás, diseño de los arquitectos, tapizados con tela de Güell-Lamadrid. Espejo, en Carina Casanovas. Alfombra, de IKEA. 

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Una original cocina acristalada polivalente

salon blanco con escalera ycocina abierta 00464943

¿Qué haces con un techo de seis metros y un interior pequeñito? Hacer un altillo con el que duplicar el espacio. ¡Dicho y hecho! Y para que nada fuera un obstáculo a la luz, idearon una cocina que es un cubo acristalado desde donde se ve una panorámica de la zona de día y del exterior. Y al contar con ventanas de guillotina, puede abrirse o cerrarse según las necesidades. No te pierdas el resto de soluciones magistrales de este ático. 

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2. El dúplex al que le dieron la vuelta... ¡por la terraza!

terraza de ático con banco de obra y ducha_00469111

Tener una terraza y desaprovecharla a modo de trastero debería ser un sacrilegio. Y esto es lo que pasaba con este dúplex hasta que la nueva propietaria quiso sacarle el máximo partido a ese gran tesoro urbano. Con la ayuda de Abel Pérez Gabucio, de Àbag Studio, le dieron, literalmente, la vuelta a la vivienda: destinando la zona de día arriba, para así disfrutar los 365 días del año de esta maravillosa terraza, y los dormitorios, en la de abajo. ¡Qué gran acierto! 

Sillas, de Francisco Segarra. Alfombra y mesas de centro, de La Maison. Puff, en Matèria. 

5.

Un salón que crece gracias a la terraza

Salón con ventanal que da acceso a la terraza_0469110

En esta casa siempre hay movimiento, ya sea de los dos niños pequeños o de los amigos y familiares que se apuntan a tertulias interminables. En el salón, que se ha planificado con sofás muy completos y un par de butacas, o en la terraza, donde han llegado a comer... ¡20!

Sofás, diseñados por el interiorista. Butacas, de Heerenhuis Manufactur. Mesa de centro, de Versmissen Furniture&Decoration. Cojines, de La Maison y Matèria. Lámpara de sobremesa, de Thai Natura. 

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Una zona de día abierta pero versátil

Zona de día diáfana con salón, comedor y cocina cerrada con puerta corredera acristalada_00469117

Nada frena las vistas a la terraza ni impide el paso de la luz en la zona de día, que se planificó diáfana... pero con matices. Y es que para "disimular" la cocina cuando no se usa, Abel diseñó una gran puerta corredera texturizada que al cerrarse oculta el fregadero y los fogones de la vista. ¡Descubre el resto del piso

Mesa, de Carl Hansen. Sillas, de Federica. 

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3. Un céntrico y luminoso dúplex en Madrid

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¿Se puede vivir en el centro de Madrid y tener la sensación de estar en un oasis de silencio? Sí, y este piso es la prueba. No solo porque cuenta con una terraza que es una delicia, tranquila y rodeada de verde, sino porque tras una reforma de tetris, ha superado todas las expectativas de sus nuevos propietarios. 

Butaca de bambú, en India&Pacific. Mesa de hierro, en Fermob.

8.

Un salón comedor diáfano de mucha altura

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Sí, los techos altísimos y abuhardillados de la zona de día de este piso son una de las cosas que más llama la atención. ¡Sobre todo porque de origen eran bajísimos! Con la reforma se pudo rescatar altura oculta y para crear más sensación de amplitud salón, comedor y cocina se planificaron abiertos. 

Butacas, de IKEA. Mesa de centro y lámpara, en India&Pacific. Banco de madera, en La Europea. Mesa auxiliar, de acero y mármol, en Batavia. Mesa, en Antigüedades El Jueves. Sillas, en Batavia. 

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Un dormitorio muy zen

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El dormitorio es más pequeño de lo que parece. Pero el blanco, que unifica todo el espacio, las hornacinas a modo de mesillas de noche, que no restan ni un centímetro, y el suelo continuo de microcemento presente en todo el piso contribuyen a lograrlo.  

Banco, de La Europea. Lámparas aplique, modelo Tolomeo, de Años Luz. Mesita redonda, de Batavia. 

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4. Un ático con una gran terraza y una supercocina

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Podríamos pensar que, para los propietarios de este ático, la terraza es la niña de sus ojos. Pero no es así, porque aunque la terraza es una maravilla con una zona de sombra resguardada por una pérgola con el techo de cañizo, debe competir con la cocina.   

Sofá, diseñado por la decoradora. Butaca y puff, de Catalina House. Mesa y sillas, de Fermob. 

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Una cocina profesional para un pastelero

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Con permiso de la terraza, la cocina es el corazón de la casa. No solo por su céntrica ubicación, sino porque el propietario es pastelero profesional, por lo que necesitaba una cocina donde sentirse cómodo estando en casa. Una de las prioridades, además de estar comunicada visualmente con la zona de día, fue la barra, que permite la socialización, ya sea en familia o con los amigos.  

Mobiliario, diseño de la decoradora. Hornos, de Smeg. 

 

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Un dormitorio con un papel pintado como protagonista

Dormitorio con papel pintado en pared del cabecero_00501703

El papel pintado japonés de la pared del cabecero inspiró los colores que marcan el dormitorio principal, con un dominio de los tonos tierra que crean una atmósfera envolvente y muy acogedora. Te invitamos a hacer el house tour y descubrir el resto de secretos de este ático

Cabecero, mesita de noche y lámpara de techo, diseño de la decoradora. 

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5. Un ático con cuatro terrazas

 Este magnífico ático cuenta con una terraza en cada ángulo del piso, un total de cuatro salidas al exterior que inundan de luz el piso a la vez que llevan el verde al interior. Precisamente para que las vistas se obstaculizaran lo menos posible, se optó por una barandilla con listones de madera a cierta altura que protegen –en casa hay dos niños pequeños– pero a la vez permiten el paso de la luz y el disfrute de las vistas. 

Sillas blancas, de Pomax. Bandeja y regadera, en Cottage Little House. Plantas, de Jardiland. 

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Un clásico-moderno

Si la terraza es la reina de todo ático, en este la competencia le venía desde el interior. "La caja era perfecta y, a su atractiva disposición, se unía una luz espectacular y detalles arquitectónicos que le aportaban nobleza”, recuerda la decoradora Anna Taberner, responsable de la reforma. Esta nobleza se respetó y se acentuó con una decoración "clásica-moderna", en palabras de la propietaria.

 Sofás diseñados por la decoradora y mesa de centro de Luzio. Escritorio decapado, en Wunderkammer. Silla blanca y mesa auxiliar blanca, en Cottager Little House. Cortinas, en La Maison. Alfombra, de fibra vegetal, en Sacum. 

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Con piezas escogidas

El piso respira un aire clásico pero atemporal, y esto no es casual, ya que era el deseo de la propietaria, amante de las antigüedades, pero también del diseño actual y, sobre todo, de los clásicos del diseño internacional. Así conviven en armonía unos sofás actuales con piezas icónicas del diseño, como las sillas de Vitra del comedor. No te pierdas el resto del piso.   

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6. Con una pequeña terraza muy bien aprovechada

Vista cenital de terraza con banco en "L"_00513362 O

Este ático es pequeñito, cuenta con apenas 60 m2, pero el ingenio de los arquitectos Ana Blanco y Fran Mengíbar, del estudio Mengíbar Blanco, supo sacarles el máximo partido. ¡Empezando por la terraza! Con apenas 8 m2, caben perfectamente diez personas para cenar. Y para darle más profundidad y alegría, los arquitectos diseñaron grandes maceteros de obra que sirven de trasera del banco en "L". 

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Un salón coqueto con lo básico

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Antes de que Ana y Fran le metieran mano a este piso, el salón tenía una ventana minúscula con la terraza, lo que le restaba mucha luz al espacio. Abrieron un ventanal de pared a pared y la luz inundó la zona de día. Para no recargar el espacio, optaron por pocas piezas pero básicas: dos sofás en "L", un mueble bajo que sirve a su vez de escalones para salir a la terraza y piezas versátiles fáciles de mover, como los taburetes.

Mesa de centro, de Mercantic. Mesa auxiliar de hierro, de Becara. 

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Una cocina pequeña y muy capaz con una práctica barra

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La cocina es otro de los aciertos de este piso: con una ventana de guillotina marca de la casa que permite abrir o cerrar la cocina según los usos, una barra de desayunos o comidas rápidas y mucho espacio de almacén, gracias a la pared de armarios del fondo. ¿Quieres ver más ideas? 

Sillas, de Kave Home. Lámpara de techo, de Carolina Blue. 

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7. El mini ático de las maxi soluciones

Todo se ha pensando al detalle en este ático, donde los metros se han optimizado al máximo con soluciones a medida y, en muchos casos, multifunción. Prueba de ello es este banco volado, que se integra perfectamente en la decoración al realizarse de la misma madera que la pared y el pavimento, y que puede servir de sofá, chill out o incluso para comidas informales. Es un diseño de la arquitecta Mar Marcos, responsable de la reforma del piso.  

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Reorganización espacial

 Cuesta creer que con apenas 57 m2 este piso cuente con un amplio salón, un comedor en el que caben hasta 10 persona, una completa cocina, dos habitaciones, una de ellas con un gran armario a modo de vestidor, y una zona de estudio. ¿La clave? El tabique de DM que diseñó la arquitecta para dividir el piso en dos: la zona de día y la de dormitorios. 

Sofá de Miki Beumala y mesa de centro y puf grande de Sacum.

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Un tabique multifunción

“Por el lado del salón es librería y banco. Y por el de los dormitorios, zona de escritorio con armarios altos. Hay una puerta corredera puede partir la mesa de trabajo en dos, para dejar una parte en la zona de estudio y otra en el dormitorio infantil”, explica la arquitecta. Y para llevar luz natural al estudio, se optó por un cristal fijo que comunica este espacio con la zona de día. No te pierdas el resto de ideas magistrales de este ático.  

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8. Un oasis urbano

Así es el nuevo piso de Rosa, un ático con una acogedora terraza donde incluso hay árboles que regalan frescor y la sensación de estar en un jardín privado en medio la ciudad. “Me apetecía un ático porque anhelaba una terraza. Encontré este y me lo quedé. Nos encanta comer al aire libre y ¡mi hijo juega mucho aquí fuera!”, explica. 

Paisajismo, de Monste Carbó. Sillas, en India&Pacific. Alfombra, en Calma House. 

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El arco del triunfo

 Si la terraza era un regalo, el interior el broche que adornaba el regalo. Un gran arco da acceso al salón y lo enmarca, como si de un cuadro se tratara. Además, disfruta de mucha luz, ya que comunica con la terraza, "y eso lo hace especial. Así que le pusimos tonos suaves, un gris clarito, para que quedara relajante, y con cojines ganamos el toque alegre", explica Asun Antó, la interiorista responsable de la reforma. 

Sofá y mesa de centro, de Cotton et Bois. Alfombra, de Papiol. Espejos y marcos, de Merc&Cía. 

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Homenaje a las curvas

 El piso tenía una forma atípica, porque en una esquina hace curva. Un handicap que Asun convirtió en ventaja: "Decidí poner el comedor en esa zona, con una gran mesa ovalada. Quedaba bien reforzar la curva con algo sinuoso", recuerda. 

Mesa de comedor, sillas y lámpara de techo, en Coton et Bois. Alfombra, de Papiol. Butacas, en Muebles Carré. 

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9. El regalo fue la terraza

Y es que una de las claves de la reforma de este ático fue sacar el máximo partido a su preciosa terraza. Para ello se reemplazó la antigua carpintería de cuarterones por grandes correderas que parecen fundir el interior y el exterior.

Sofá, tapizado con tela de Güell-Lamadrid, y mesa de centro, en Vive Estudio. Lámpara de pie, de Hábitat. Alfombra, en Nani Marquina. Cortina de Yute's, en Priort. 

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Más vida en el exterior

"La terraza la decoramos como un salón al aire libre, con un sofá con tapicería de exterior y una tarima que se parece al parquet del interior y difumina los límites entre ambos espacios”, explica la interiorista Van Castro, de Vive Estudio, responsable de la reforma. 

Mobiliario de Greendesign, puf trenzado de Matèria y alfombra de Filocolore.

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Una cocina abierta (o no) al salón

Si abrir el piso al exterior fue uno de los objetivos de la reforma, integrar la cocina en el salón fue otra de las prioridades. Una gran puerta corredera de madera flexibiliza el espacio y permite dotar de independencia al salón y a la cocina o tener un solo espacio completamente comunicado. Sofá y mesa de centro, en Vive Estudio. ¿Quieres ver todo el piso

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10. Un dúplex rejuvenecido

Y más femenino y dulce. Así lo quería Pilu, su propietaria, que tras una reforma a fondo hace ya más de diez años, sentía que su piso necesitaba ahora un lifting, un cambio de imagen. El objetivo: hacerlo más acogedor, cálido y sin grandes obras. La interiorista Bárbara Sindreu, de Cad Interiorismo, hizo los deseos de Pilu realidad.  

Cocina, de Merc&Cía. Alfombra, de BSB. Pavimento de madera, de Schotten&Hansen.  

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Un salón más arropado

Precisamente para "calentar" un poco el salón, que resultaba algo frío debido a la pared de cristal que lo comunica con la terraza, Bárbara vistió la cristalera con unas cortinas tupidas y con mucha caída, que parecen abrazar la estancia. ¿Y el contrapunto femenino? En las butacas tipo bergère y la gran mesa de centro redonda. 

Sofá, mesa de centro y cortinas, del estudio de la decoradora. Las butacas son de India & Pacific. 

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Con vestidor y terracita privada

En el dormitorio, que cuenta con un vestidor tipo clóset realizado a medida para salvar el desnivel del techo abuhardillado, se buscó darle más calidez con la madera, a juego con el tono del pavimento. Y los detalles en verde, presente en toda la casa en diferentes tonalidades, son la nota femenina y el vínculo decorativo de este piso que estrena una segunda juventud.  

Lámpara de sobremesa, de India&Pacific. 

"Cómo hemos cambiado" nos susurraba casi al oído en 1991 Sole con los Presuntos Implicados. Y viendo la historia reciente (y no tanto) de los áticos no podemos hacer otra cosa que darle la razón. Y es que, ¿sabías que los áticos no empezaron a valorarse como una vivienda exclusiva hasta principios del s. XX? Hasta entonces, vivir en un ático era casi una maldición. De hecho, cuanto más arriba vivías en una finca urbana menor era tu rango social y más ligero tu bolsillo.

"En las fincas clásicas, los áticos solían ser el lavadero o donde vivían los sirvientes más humildes, porque las condiciones de humedad, frío y calor solían ser extremas. Por aquel entonces, cuanto más adosado por otros pisos estuvieras, mejor", sostiene el arquitecto Jaume Prat, que explica como anécdota cómo el arquitecto Antoni Gaudí, cuando construyó la Pedrera, destinó el desván, ahora considerado una joya de la Casa Milà, a lavadero de las criadas. "Porque ni él fue capaz de controlar las drásticas diferencias de temperatura y los niveles de humedad de estar bajo tejado".

Prat destaca que el gran cambio en la arquitectura tradicional se produjo cuando entró en juego la noción de confort. "Es entre 1927 y 1929 cuando los áticos se empiezan a construir como piezas de lujo". Ahí empezó la revalorización de estas propiedades, que a día de hoy siguen siendo de las más codiciadas.

Pero, hoy en día, ¿qué ventajas presenta vivir en un ático respecto otro tipo de propiedades?

A favor de los áticos

  • Son los pisos más luminosos del edificio
  • Tienen terraza
  • Cuentan con vistas
  • Son piezas exclusivas
  • Son fácilmente revalorizables
  • Disfrutan de más privacidad, sobre todo en las zonas exteriores
  • Suelen ser menos ruidosos, ya que están más alejados de la calle y tienen menos vecinos que los otros pisos de la finca

Las ventajas saltan a la vista, pero no todo es de color de rosa. Vivir en un ático tiene también sus inconvenientes. Aunque cueste de creer.

En contra de los áticos

  • Hace más calor en verano y más frío en invierno
  • Están más expuestos a robos a través de la terraza
  • El precio el m2 suele ser más caro
  • Dependes del ascensor
  • Están más expuestas a las inclemencias del tiempo: viento, lluvia y filtraciones al estar bajo tejado

Y tú, ¿cómo te declaras? ¿Fan de los áticos?