Las albóndigas son una receta de carne picada con mucha historia. Aunque el nombre viene del árabe (al-búnduqa, que quiere decir 'la bola'), fueron los romanos los primeros en comer estas bolas de carne que tanto gustan actualmente y de las que tantas versiones se han hecho: de pollo, pavo, pescado como la merluza, el salmón... ¡Todas igual de ricas!
A continuación encontrarás tres recetas clásicas de este plato, que puedes cocinar en grandes cantidades y reservarlas para varios días. Eso sí, la mejor opción es siempre congelar las albóndigas crudas y cuando quieras comértelas, cocinarlas. Si las quieres congelar, recuerda que la mejor manera de hacerlo es envolverlas en papel de aluminio o ponerlas en bolsas para congelar (si eliges esta segunda opción, elimina el aire para que no se cree escarcha).