5 cosas que las mujeres de 50 tenemos que ordenar URGENTEMENTE

A muchas personas lo de acumular nos viene de serie, pero cuando llegamos a una edad tendemos a acumular ciertos tipos de cosas más que otras  y, a veces, llegamos a olvidar hasta lo que tenemos. Por eso, para ordenar antes hay que aprender a tirar. 

A los 50 años lo bueno es que ya tenemos experiencia, sabemos lo que nos gusta y lo que no y también lo que nos sienta bien y nos funciona y lo que no. Pero ojo, eso no quita que a veces, la vorágine del día nos impida tenerlo todo tan ordenado como nos gustaría. 

Pues bien, es hora de dejar de mirar hacia otro lado y ponernos manos a la obra para poner en orden, de una vez por todas, lo que convierte nuestro armario o vestidor en un caos. 

Guarda por categorías en muebles y zapateros más accesibles los zapatos que uses más menudo. 

Pon orden a tus zapatos

Si tienes más zapatos que días tiene el año, es evidente que tienes un problema de acumulación. Por eso, antes de ponerte a ordenarlos tendrás que hacer una limpieza profunda. ¿Cuáles son los que tienes que tirar o regalar?

• Los que no te pones porque no te gustan o no te van bien
• Los que están pasados de moda o deteriorados
• Los que ni recordabas que tenías y ya ni te representan.

Si tienes dudas repasa aquí los 15 zapatos que deberías tirar o donar cuanto antes.

Separa por categorías y guarda con lógica

Una vez hayas seleccionado los zapatos que te quedas es hora de organizarlos. Lo mejor es que los agrupes por categoría (botas, deportivas, zapatos de tacón, sandalias...) y las guardes todas juntas en un mismo armario o mueble. Lo ideal es que los zapatos estén en un armario distinto al de la ropa para evitar olores y suciedad.

Si tienes tantos que en un mismo sitio no te caben, puedes ganar almacenaje en el recibidor o una zona de paso con zapateros de pocos fondo que te permitirán guardar muchos pares en poco espacio.

A la hora de organizarlos, guarda en las baldas más accesibles los que más usas en ese momento y los que son de otra temporada o de uso más esporádico en altillos o otras zonas, como puede ser el canapé de la cama. Lo mejor es guardarlos dentro de cajas para que queden más protegidos y el resultado sea más estético.

Coloca los bolsos en las baldas uno al lado de otro: te caben más y los ves de un vistazo. 

SI ERES UNA APASIONADA DE LOS BOLSOS

Los bolsos son otro de los complementos que las mujeres de 50 suelen acumular más. Porque nos gustan, es un accesorio que añade un toque de estilo a cualquier look y porque, además, la mayoría de ocasiones salimos con la casa a cuestas. ¡En el bolso llevamos de todo!

Tenemos bolsos grandes para el día a día, más pequeños para salir, tipo joya para días especiales, bolsos de tela para la compra, mochilas para el gimnasio y el fin de semana... Y la lista aún puede seguir más allá. Por eso, igual que con los zapatos, lo primero que debes hacer es asegurarte que todos los bolsos que guardas los vas a usar. Repasa los 20 bolsos que te roban sitio en el armario. 

Una vez hayas hecho una buena criba, haz lo mismo y sepáralos por tipo (grandes, pequeño, mochilas, bolsas de viaje...). Lo ideal es que los guardes juntos en baldas a media altura en tu armario, uno al lado del otro, para que te quepan más y los puedas ver fácilmente.

Puedes guardar los más blanditos dentro de alguno rígido que no usas tanto, siempre que recuerdes que están allí. Otra opción es guardar los más pequeños o delicados dentro de una caja o una funda especial. Lo ideal es que siempre los guardes en el mismo sitio porque así todo te será más fácil de encontrar y, luego, devolver a su lugar. 

Ten más a manos los fulares que más usas. Enrollados aprovechan el espacio y no se arrugan. 

LOS FULARES también te ROBAn ESPACIO

Pañuelos, fulares, bufandas... si eres de las que te gusta siempre llevar algo en el cuello seguro que tienes fulares guardados en los lugares más insospechados de tu armario. Si es así, sácalos todos y reúnelos encima de la cama para que veas los que realmente tienes. ¿Muchos, verdad?

Tira o regala los que hace años que no te pones, ya no son tu estilo, se ven pasados de moda o están algo deteriorados. Verás el espacio que te ahorras. El resto sepáralo por tipo y guarda más mano los que vas a usar en los próximos meses.

Es decir, las bufandas de invierno más gruesas ya las puedes guardar en cajas o fundas de tela en la parte superior del armario. Los fulares y pañuelos de temporada los debes dejar más a mano. Puede destinar un cajón son separadores para guardar los fulares en vertical o enrollados para verlos rápidamente. Si los guardas por color te quedará mucho mejor.

También puedes usar un colgador especial para fulares para tenerlos en la barra del armario los que más usas habitualmente. Todo dependerá del espacio del que dispongas en tu armario. Si buscas más ideas, mira cómo guarda los fulares Marie Kondo. 

Divide los cajones de la ropa interior y calcetines para que nada se mezcle y todo tenga su lugar. 

El cajón de la ropa interior, otro pozo sin fondo

En el caso de la ropa interior,  debes ordenarla cuanto antes no tanto por un problema de acumulación, sino más por el descontrol del propio cajón. La ropa interior tiene más categorías de las que puede parecer, a priori, por eso a veces tiende al caos. 

Sujetadores, bragas, tangas, medias, lencería más fina, calcetines (largos, cortos, gruesos)... Lo primero es separar cada cosa por tipo para ver todo lo que tienes y saber cuántos cajones necesitas. Lo ideal es tener uno para los calcetines y medias, por ejemplo, y otro para el resto de ropa interior. Lo fundamental, igual que con los fulares, es colocar separadores dentro de los cajones y así nada se mueve ni se mezcla ni desaparece en el fondo del cajón.

La ropa interior puedes separarla por color o bien por uso más (de diario, para hacer deporte, la que no se marca, para ocasiones especiales...). Lo ideal es que la guardes en vertical, no una encima de la otra, para así verla toda de un vistazo. Haz lo mismo con los sujetadores y aprovecha la forma de la copa para guardar uno dentro de otro y optimizar más el espacio del cajón.

Los organizadores de maquillaje te permiten tener todo a la vista y con un lugar asignado. No los llenes en exceso. 

Pon orden en la zona de tocador

Y llegamos a este punto, ya estamos en la última de las categorías, pero no por ello la menos importante. La zona de tocador. Lo ideal es que tengas un lugar para tus cremas y maquillaje en un tocador en tu dormitorio, aunque si el espacio no te lo permite lo más habitual es destinar el mueble del baño para ello. 

Lo primero, como siempre, revisar todo lo que tienes para detectar lo que nunca utilizas y, además, puede estar caducado. Ten en cuenta que una vez abiertos los productos de maquillaje y cremas suelen tener un caducidad de unos 9-12 meses. Así que lo que no recuerdas cuando empezaste y tampoco usas, es mejor que lo tires. 

En un mundo ideal, encima de tu tocador solamente deberías tener a la vista un par de perfumes, los productos de tu skin care que te pones antes de irte a dormir y poco más. El resto de cosa deberías tenerlo dentro de los cajones o en organizadores de maquillaje cuyos compartimentos te permiten tener todo en su sitio y en perfecto orden. 

En la mayoría de casos se trata de accesorios de metacrilato que tienen un espacio destinado para cada cosa: brochas, cremas, lápices, labiales, lacas de uña, desmaquillantes, sombras... y el sinfín de productos que guardas en tus cajones. Lo más recomendable es que tengas a la vista, solo los que usas a diario.