Decoración

"10 tendencias decorativas que me hacen enfadar": un interiorista se desahoga "aunque lo odiemos por esto"

Hay tendencias que no siempre son acertadas... Hoy nos fijamos en el interiorista Abel de González, que no siempre está de acuerdo y nos explica sus motivos en un vídeo. ¿Quieres verlo?

10 tendencias decorativas que me hacen enfadar.

Abrir el dormitorio al baño, una de las tendencias que no gustan a este interiorista.

El Mueble

Vivimos en un mundo globalizado donde parece que todos seguimos las mismas reglas, sin pensar que, en ocasiones, existen otras alternativas igualmente válidas. Sucede en muchos aspectos, incluido en el terreno decorativo. Las revistas de decoración, las redes sociales, los tutoriales de Youtube, los influencers especializados en el hogar… muchos nos venden imágenes y tendencias que se rigen muchas veces por un mismo patrón, algo en lo que el interiorista Abel de González no está en absoluto de acuerdo. Así lo ha hecho saber en su canal de Youtube, donde ha explicado con contundentes razones las 10 tendencias decorativas actuales que más le hacen enfadar, argumentadas con sus pros y sus contras. ¿Cuáles son?

1. Abrir el cuarto de baño al dormitorio

Hablamos de una tendencia que comenzó hace décadas en muchos en hoteles lujosos. “No me explico que esta tendencia haya llegado a los hogares”, reconoce Abel de González. Abrir el cuarto de baño al dormitorio supone abrir también tu intimidad a quienes compartan techo contigo. Muchos argumentan a su favor que el hecho de eliminar los límites físicos genera transiciones más cómodas entre los diferentes espacios y mayor amplitud visual. En opinión del interiorista, a veces esa amplitud visual es demasiada y deja al descubierto ciertos momentos que deberían permanecer en la intimidad. Por no hablar de los olores…

Tendencias interiorista no está de acuerdo

Recibidor con consola, de Merc&Cia. Lámpara de flexo, modelo Tolomeo, de Artemide. Cestos y kilim, de Sacum. 

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2. Los recibidores abiertos al salón

“Cuando se abre un recibidor al salón, se pierde más que se gana, a no ser que sea por alguna razón de peso como que se haga para facilitar la vida a alguien en silla de ruedas o a personas que tengan alguna discapacidad. En ese caso, fuera barreras”, comienza explicando Abel de González. Los recibidores abiertos al salón son una tendencia en alza en las casas de nueva construcción y casi una obligación a la hora de reformar antiguas construcciones. Y es que antes se tendía a crear esa zona de hall, casi siempre oscuro y sin ventanas, para proteger la privacidad de los inquilinos si venían visitas o había que abrir la puerta a alguien.

¿Qué argumentos se exponen a favor? Que vamos a tener un salón más grande, un recibidor más luminoso y mayor amplitud visual. Tres factores con los que el interiorista no está para nada de acuerdo. “El salón va a tener los mismos metros, porque no vas a poder aprovechar el espacio de la entrada ni para poner el sofá, ni la tele ni nada ahí. En cuanto a la iluminación, con unas luces LED estaría igualmente bien iluminado, porque en ese espacio de entrada no pasas ni 60 segundos al día y no merece la pena hacer esa inversión. Por último, la amplitud visual será mayor, pero sacrificando la privacidad. Valora si te compensa”.

Tendencias desacuerdo decoración.

Baño, con armario bajolavabo, de madera de roble, diseño de la decoradora Paula Duarte. Encimera, de Corian. Grifería, de Carlo Frattini. Mampara, de Profiltek. Revestimiento, de Equipe. 

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3. Quitar la bañera por un plato de ducha

Casi se ha convertido en un mantra en cualquier reforma integral. En el momento que vemos una bañera, ni siquiera nos plateamos dejarla y, directamente, se eliminan. Si se hace por motivos de fuerza mayor y para eliminar barreras arquitectónicas a personas con dificultades no hay ni que planteárselo, pero ¿por cuestiones de estética? Abel de González está totalmente en contra. “Antes se primaba la comodidad y la funcionalidad antes que la estética y el almacenaje”, asegura.

Hoy, las necesidades han cambiado, parece que con una ducha se pierde menos tiempo y se ahorra más agua, además, que deja espacio para muebles y organizadores de baño. “En una bañera también te puedes duchar, no significa que haya que bañarse todos los días. Además, si es por cuestiones de almacenaje, muchas veces no lo necesitas y acabas llenando el baño de botes y cremitas que realmente no necesitas”, puntualiza.

Tendencias desacuerdo decoración.

Salón con sofás, de Sancal. Mobiliario diseño de las decoradoras realizado por Ebanistería Landa. Lámparas, de Mambo Unlimited Ideas, en Tao. 

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4. Abrir la cocina al salón

 Esta es una de las tendencias más instauradas en este momento. Cuando la cocina y el salón están unidos por un tabique, es demasiado frecuente que, al menos, se plantee la idea de unirlos para ganar espacio y comodidad. Es cierto que unir ambas estancias hace que se descubra un espacio más grande, es cierto que es más fácil poner y quitar la mesa, tener vigilados a los niños mientras cocinas, crear un ambiente más familiar… Pero, ¿esto siempre es una ventaja? Abel de González no lo tiene tan claro. “En el 80% de los casos, cuando la cocina está pegada al salón tiene un tabique divisorio que, cuando se quita, hace que ese espacio no se pueda utilizar ni para poner el sofá, ni para el mueble de la tele, por lo que realmente no se ganan metros útiles”.

Al final, según argumenta, tienes que meter todo el mobiliario en un mismo frente, sacrificando incluso el tamaño de la propia cocina. Aparte, con la cocina abierta tendrás la responsabilidad de tener que elegir electrodomésticos silenciosos, tener más cuidado con los olores, la limpieza y el orden, ya que, lo que antes era una zona de trabajo que se quedaba resguardada de las miradas, ahora es una estancia de paso que queda absolutamente al descubierto de las visitas y siempre ha de estar en impecable estado, porque de lo contrario, produce una sensación de caos y dejadez en el resto del salón.

5. Todo en blanco y madera

El color blanco y la madera ha pasado de ser la tendencia nórdica que todos querían a convertirse en un tándem manido, repetitivo y poco creativo, en palabras de Abel de González. Es cierto que el blanco hace que la madera se vea más bonita y que la madera le aporta al blanco calidez, pero, ¿qué nos estamos dejando por el camino? Según el interiorista, “es la opción más básica. Nos estamos haciendo muy cómodos y estamos empleando pocos recursos imaginativos, nos están mermando la capacidad de pensar, creando clones de casas, de clones de casas… Ni siquiera podemos ver más allá”, reconoce.

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