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1.

¿Unas butacas clásicas en tonos neutros? Sí

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¿Te has traído a tu nueva casa las butacas que tenías en la antigua? ¡Lo celebramos! Además del sofá, unos asientos extra siempre vienen bien. Y más si están tapizadas en colores neutros que van con cualquier estilo. Si el tejido no te convence con la nueva decoración, siempre puedes retapizarlas. Y si las dos no te caben en tu nuevo salón, deja solo una y encuéntrale otra ubicación a su compañera. ¿Qué tal en el dormitorio? Nuria Almansa e Isabel Flores retapizaron esta butaca Luis XV con un estampado geométrico que la actualiza.

Alfombra, de KP. Espejo pentagonal, de Leroy Merlin. Consola de madera y espejo con cuarterones, de Ixia. 

2.

¿Un mueble de almacenamiento de madera? Por supuesto que sí

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El almacenaje siempre es motivo de preocupación a la hora de decorar una casa. Mantener el orden es vital en el salón. Por eso, conviene conservar aquellos muebles que sirvan para ello. Y más si, como en este caso, es una cómoda de pino envejecida con tiradores de latón que le dan ese punto de calidez a una zona de estar decorada en beis. En sus tres cajones podrás guardar lo que desees, desde ropa de mesa hasta cargadores.

Cómoda, de Crisal. Lámpara de mesa, de Homes in Heaven. Cortinas, de Gancedo.

 

3.

¿Un aparador clásico heredado? ¡Sí, sí, sí!

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En el salón debes apostar por muebles que sumen, que aporten algo a la decoración. Si has heredado un aparador clásico, siempre te va a dar satisfacciones allí donde vayas. Además de almacenar en su interior, es el mueble ideal para decorar una pared desnuda. Su madera oscura puedes decaparla para darle un aspecto envejecido. Aquí, el interiorista Jorge Moser lo ha ubicado entre el recibidor y el despacho, realzando ese muro. Acompáñalo de una lámpara de mesa y un cuadro ¡y te quedará perfecto!

Sofás retapizados por Miki Beumala. Mesa de centro, en Corium. Mesa auxiliar, de Catalina House. Alfombra, de BSB. Butaca, de Maisons du Monde. 

 

4.

¿Piezas icónicas? Un sí rotundo

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Ya sea un sofá de cuero Chester, una silla Thonet o Wishbone o una butaca Buterfly ¡somos partidarias de los diseños icónicos! Piezas como estas revalorizarán la decoración de tu salón. ¡Nunca las descartes! La interiorista María Just ha elegido en esta imagen los sillones plegables MG501 Cuba, de Morten Gøttler y, como asiento del escritorio, la mítica silla CH23, de Hans J. Wegner. ¡Y la aplaudimos por ello!

Sillones, de Taller de las Indias. Escritorio, de Ethnicraft, en Casamitjana. Mueble bajo y estantería, realizados por Fustería Ramón Cornellá. Silla, de Carl Hansen & Son.

5.

¿Un cabecero tapizado? Sí, y más si es de lino

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Te has llevado a tu nueva casa el cabecero de tu antigua habitación y ahora dudas si ponerlo o no. De momento, lo tienes embalado para que no coja polvo. Y nuestra pregunta es ¿a qué esperas para colocarlo? Y si es tapizado y de lino, con mayor razón. ¿El motivo? Es tendencia y da un look elegante y atemporal a cualquier dormitorio. Además, siempre puedes retapizar el tejido, si notas que se deteriora con el paso del tiempo. La interiorista Jeanette Trensig ha tapizado este cabecero alto con lino blanco que lo ilumina todo.

Mesita de noche y lámparas, de Cado. Cojines y colcha, en Matèria.  

 

6.

¿Una mesa auxiliar? No, gracias

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Con tu fantástica mesa de centro delante del sofá, notas que la mesa auxiliar ya no es necesaria. O puede que su estilo ya no encaje en tu salón o le quite unos centímetros preciosos. Sea cual sea tu caso, cierra los ojos. Si te imaginas la zona de estar sin ella y no la echas de menos, ha llegado el momento de decirle adiós. Ya sabes, cuando un mueble no aporta nada, lo mejor es desecharlo.

Mesa auxiliar, de Taller de las Indias. Lámpara de sobremesa, de Coton et Bois.

7.

¿El viejo baúl heredado? ¡Ya no!

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Durante un tiempo el viejo baúl de tu abuela te ha dado juego. Incluso lo pusiste de mesa de centro pero sientes que ahora ya no te llena tanto. Además, quieres actualizar tu salón y sueñas con una mesa de centro de sobre de madera y patas metálicas. Su capacidad de almacenamiento puedes sustituirla por un banco bajo una ventana, mucho más actual.

Sofás, de Ikea.

 

8.

¿Una butaca mecedora? No, no y no

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¡La cantidad de horas que has pasado balanceándote en ella cuando tus hijos eran pequeños! Pero ahora que ya son mayores ¿no crees que es hora de desprenderse de la vieja mecedora? Si ya has pasado por la etapa de repintarla y aún así no te convence, ¿por qué no la donas?

9.

¿Cajas recicladas en estantes? Por supuesto que no

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Decorar tu casa con 20 años no tiene nada que ver con decorarla a los 40. Entonces, cualquier pieza recuperada se convertía en mueble de almacenamiento. ¡Y tú encantada! ¿Te acuerdas de las cajas de frutas y verduras que reciclabas en estanterías? Ahora que el tiempo ha pasado, es hora de abandonar la nostalgia, despedirte de todos esos contenedores y disfrutar de más espacio libre.

Cajas de madera pintada en colores Candence, de Titanlux. Colgador, de House Doctor. Lámpara de techo, en La Maison. 

10.

¿Muebles con palés? Ha llegado la hora de decir ¡no!

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Es posible que cuando te independizaste, te aficionarás a crear muebles con palés de madera. Era divertido y además ¡estaba de moda! Así surgieron la base del sofá, la mesa de centro o la librería del salón. ¿No me digas que aún los conservas en alguna parte de tu casa? ¡Ya estás tardando en darles una nueva vida pero en otro hogar que no sea el tuyo!

Sofá diseñado por Gustavo Carrasco. Mesa de centro, de Home Deco. Puf, de Ikea. 

11.

¿Una mesa camilla? No, no te empeñes

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Hace un par de años hicieron amago de volver pero las interioristas no recogieron el guante. ¡Por algo será! Las mesas camillas ya no hacen el apaño de antaño y se han convertido en un elemento auxiliar más decorativo que funcional. Si todavía conservas una de estas antiguallas más por sentimentalismo que por otra cosa, es hora de prescindir de ella. ¡Y liberar por fin ese rincón!

Sofás, de Tapicería Esteve. Mesa camilla realizada a medida. Pantalla de la lámpara, en Cottage Little House. 

12.

¿Muebles de plástico? ¡No! (a no ser que sea reciclado)

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Seguro que se ha apoderado de ti ese espíritu ecológico que ya es todo un lifestyle. ¿Me puedes decir entonces que hacen esas sillas de plástico todavía en tu cocina? No solo hay que ser sostenible, sino parecerlo. Tienes dos minutos para apilarlas y decirles adiós con la manita. Es más haz un repaso mental de toda la casa para eliminar cualquier resquicio de este material. A partir de ahora, en tu casa solo puede entrar plástico reciclado y reciclable.

Mesa y sillas de plástico, de Arkitektura. Reloj de pared, de Casa Viva. Parqué, de Karelia. 

13.

¿Un biombo? Definitivamente, no

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Hubo un tiempo en que tuvieron su gracia, no te lo discuto, pero hoy por hoy han quedado un tanto desfasados. Además piensa ¿qué te aporta ese biombo arrinconado que más parece que quieres que no se vea demasiado que darle protagonismo? Si tu respuesta es ¡nada!, mejor deshazte de él.

Sofás, en Tapicería Acebes. Mesa de centro, de Oficios de Ayer. Lámpara de techo, de Ikea. Puf, de Canterano. Cortinas, de KA International. Biombo de madera y cristal, de Oficios de Ayer. Pavimento de madera de roble blanqueado. 

14.

¿Una librería grande? No, ¡si no la necesitas!

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Vamos a ver, si acabas de hacer limpieza de libros y te has quedado con una pequeña selección a los que no quieres renunciar o si te has pasado al ebook de una vez por todas, ¿para qué quieres una librería de punta a punta? ¡Ya no la necesitas! Aprovecha ese espacio para colocar unos estantes flotantes en madera clarita o si tienes unas vistas espectaculares, amplía el ventanal y tu salón ganará espacio y luz.

Librería y banco, de Fustería Sais. Puf de lino, de Lo de Manuela. Mesas, de India & pacific. Butaca, de Crearte. Alfombra, de Cado. 

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