Momento nostalgia: así eran las cocinas españolas que se llevaban en 1992 y que brillaban por sí solas. ¿Cómo era la tuya?

En El Mueble seguimos en plena fiebre nostálgica. Si hace poco echábamos la vista atrás al sofá que se llevaba en 1992, hoy nos ha dado por recordar cómo eran las cocinas de ese mismo año. Para ponerte en contexto, en España seguíamos en pleno auge económico, todo era alegría y color. Estados de ánimo que llegaban a la moda, a la decoración de la casa ¡y hasta a la cocina!

El Mueble es la revista de decoración más vendida y leída de España. Antes de seguir, hacemos un repaso por sus portadas desde la primera hasta la 700. Verás cómo ha cambiado la decoración de nuestros hogares desde entonces. ¡Acompáñanos en este viaje en el tiempo!

Así, a principios de los 90, la cocina fue ganando terreno al salón como espacio social. Según apuntan desde Cocinas Río: "La década de los 90 transformó las cocinas". La pregunta es ¿para bien? Bueno, de todo hay. Puede que lo que veas te parezca horroroso o, quizá te guste, quién sabe. De lo que sí estoy segura es que si tienes más de 30 años, estos recuerdos visuales vendrán acompañados de una gran carga emotiva, y eso siempre se agradece. ¿Preparada para recordar?

Mobiliario de cocina: de la madera de roble al alto brillo

Las cocinas top de principios de los 90 eran básicamente dos: las que presentaban un acabado en madera de roble, caracterizadas por su poca luminosidad, por un lado, y las lacadas en alto brillo, por otro, que justo buscaban el efecto contrario: atrapar la luz a toda costa. En El Mueble ya nos gustaban por entonces las cocinas blancas, como hemos podido comprobar echando un vistazo a las publicaciones de la época. ¿Sería un presagio de lo que nos deparaba el nuevo milenio?

¿Y en los diseños? "Se empezaron a introducir elementos innovadores, como gavetas, puertas curvas, hornos integrados, rinconeros con baldas extraíbles...", nos recuerdan desde Cocinas Río. Estamos, sobre todo, ante un concepto de cocina funcional, que empieza a mirar de reojo sus posibilidades decorativas. Los tiradores se llevaban anchos, cromados o lacados, o bien tipo pomo redondo. Ahhh y las cocinas, por supuesto, eran espacios cerrados, totalmente independientes del salón.

Cocina en blanco y negro con office típica de 1992.

Colores: del blanco al granate

En cuánto a los colores predominantes en las cocinas de entonces, digamos que todo era válido. Del impoluto blanco al elegante negro pasando por todo un arcoiris cromático (verde, naranja, rojo, burdeos, azul marino, como el de la imagen...) que se hacía hueco entre las propuestas más modernas. No olvidemos que estamos en los años de la brillantina y el neón. 

En decoración nos gustaba innovar y arriesgar. Prueba de ello es esta cocina en rojo brillante, presentada por el interiorista Jose María Domínguez en la primera edición de Casa Decor de 1992. ¿Fuerte, eh?

Cocina en rojo brillante presentada por José María Domínguez en Casa Decor 1992.

Encimeras: del granito al mármol

Viendo fotos de las cocinas típicas de 1992, dos tipos de encimeras hacían furor en la época. Las de granito con su característico punteado en blanco y negro y las de mármol, sobre todo blancas. Ambas se alzaban como "el no va más" de la elegancia y la durabilidad y, eso sí, cuánto más brillante, mejor. 

Junto a ellas, los electrodomésticos se presentaban en blanco o en acero inoxidable. Todavía estábamos lejos de interesarnos por la eficiencia energética, que llegaría allá por 1998.

En el capítulo de los revestimientos, los azulejos y las baldosas cerámicas reinaban sin competencia. En las paredes ¿quién no recuerda los azulejos con la mítica cenefa central? ¿Cómo, que todavía la tienes? ¡Es hora de que renueves tu cocina entonces! Y en los suelos, baldosas claras u oscuras se alternaban en las cocinas, independientemente de su estilo.

Iluminación: el eterno fluorescente era el rey

Hablar de iluminación en las cocinas de 1992 es hablar de cocinas mal iluminadas. Un "horroroso y antiestético" fluorescente en el techo, que parecía tener vida eterna, era el único punto de luz en las cocinas de entonces. Nos valía para todo: para preparar la comida, cocinar, lavar los cacharros, colocar los alimentos... Solo se salvaban aquellas cocinas que tenían office, que se acompañaban de lámparas suspendidas como luminarias extras. ¿Y cómo eran los offices por entonces?

Cocina y office con mobiliario lacado en blanco.

El office, a lo grande

Las cocinas de 1992 o bien carecían de office o bien lo tenían generoso. Las sillas y las mesas maxi eran un must have, como muestran los proyectos que hemos recuperado de El Mueble. Las mesas se caracterizaban por sus bordes curvos y en cuanto a los asientos se presentaban altos, tipo taburetes, en bancadas o, como estos de la imagen, plegables para que pudieran desaparecer cuando no se necesitaran.

Ahhh y lo que no podía faltar sobre la mesa era el hule de plástico que, en modo individual o mantel, y con estampados llamativos nos ha amenizado tantas sobremesas. Nuestras madres no nos regañaban cuando lo manchábamos, porque se pasaba una bayeta húmeda y ¡ya estaba limpio!

Cocina blanca con encimera de granito típica de 1992.

Elementos prácticos y decorativos

¿Más recuerdos de la cocina española que arrasaba en 1992? Sus gadgets imposibles y sus elementos decorativos. ¿Te acuerdas de la famosa yogurtera, los moldes para helados, el poto cayendo por el estante superior o las infumables frutas de plástico sobre la encimera? Estas últimas no servían para nada, tan solo para decorar, pero no había cocina del 92 que no las tuviera.

¿Qué, te ha removido por dentro lo que has visto?  Sin duda, las cocinas con el tiempo han salido ganando en funcionalidad, estética y, sobre todo, sostenibilidad.

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