Viajamos hasta el Ampurdán para descubrir una de esas masías con tanto encanto. Es el refugio de una familia con dos niños, el lugar que han elegido para relajarse y desconectar del ajetreo de la ciudad. "Cuando la familia compró la casa, estaba en muy buen estado, así que apenas la reformamos. Conservamos los muros de piedra típicos de la zona, los suelos y arcadas de rasilla cerámica y las vigas y puertas de madera", nos explica la interiorista Marta Castellano, a quien confiaron un cambio de look.

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La masía es una más del entorno

Porche con suelo de piedra, piscina y comedor y salón exterior

Porche con tumbonas verdes de Bekume y color caldera de Fermob.

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El paisaje verde del Ampurdán entra de lleno en esta masía catalana. Su fachada de piedra se funde con el campo y los patios y la piscina están despojados de artificios. Incluso el porche, muy completo con salón, cocina y comedor, se distorsiona bajo las copas de los árboles. Más natural y tranquilo... ¡imposible!

2.

Un comedor coqueto al resguardo del sol

Patio con comedor exterior, mesa de mármol, sillas de hierro, lámpara blanca y paredes de piedra

Comedor exterior con mesa y sillas de Antic Oliver. Lámpara suspendida de Karman. Cojines de Vivers Moner, como la vajilla.

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En uno de esos patios encontramos un agradable comedor exterior, el perfecto sitio para disfrutar de largas sobremesas a la sombra de los árboles. Es muy original, con su mesa de mármol, sillas de hierro y una lámpara blanca que pende de una cuerda para iluminar las cenas veraniegas. Justo al lado se encuentra la espectacular entrada a la casa. ¡Pasa a la siguiente foto!

3.

El recibidor conserva todo su encanto

Recibidor con suelo de barro, puerta de madera y butaca de cuero

Recibidor con butaca de cuero de Taller de las Indias. Alfombra de ratán de Cul de Sac.

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Esa estructura original que nos comentaba Marta la vemos nada más poner un pie en el recibidor. El techo, los muros y el suelo de barro se conservaron y nos reciben con su abrumadora belleza, igual que el portón de entrada de madera. "Con esta estructura, la masía nos pedía una decoración noble y sincera; nos contuvimos con los elementos modernos y apostamos por maderas, hierro y piezas antiguas y singulares", nos dice Marta. Aquí, la butaca de cuero y el cuadro XL son los elementos más destacados.

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Una gran cristalera llena de luz el salón

Salón con vigas de madera, chimenea original, sofás de cuero y cerramiento verde0009148

Salón con sofás en Antic Begur. Mesa de centro de Taller de las Indias. Chandelier en Antic Centre. Flores de Vivers Moner.

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El resultado es una decoración donde los tonos oscuros, sobre todo marrones, llevan la voz cantante. El salón es buen reflejo, con dos sofás de cuero vintage, una lámpara de techo de hierro y una mesa de centro de madera, todo frente a la chimenea (otro elemento original). La pared acristalada pintada de verde es la encargada de dulcificar el espacio: "En marrón o negro se hubiese visto todo muy oscuro", apunta la interiorista.

5.

La casa tiene un estilo vintage muy original

Comedor abierto al salón con mesa de madera, lámpara de cristal y sillas de fibras

En el salón, butaca de Culdesac. Consola de Taller de las Indias, como la mesa del comedor. Sobre ella, centro de Vivers Moner.

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"Me gusta dar una vuelta a los espacios, por eso elegimos los sofás de cuero, en contraste con la butaca de lino que los acompaña", continúa Marta. Colocó la butaca en el paso hacia el jardín, acompañada de una consola de madera y un espejo que refleja toda la luz. Bajo el mismo techo de vigas de madera, descubrimos el comedor. ¡Hay espacio para todos! 

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Una espectacular chandelier cuelga del comedor

Comedor con suelo de barro, mesa de madera redonda, lámpara de cristal y techo de vigas

Comedor con mesa y sillas de Taller de las Indias. Lámpara de Labyrinthe. Cuadro de Angelo Marturano.

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Y es que el comedor luce una gran mesa de madera extensible. Una chandelier con lágrimas de cristal cuelga del techo, entre clásica y moderna, acompañada de una librería que, aunque parece antigua, está hecha a medida. "Sabíamos muy bien lo que queríamos en esa pared, pero no encontrábamos nada de las dimensiones que necesitábamos. Al final la fabricamos absolutamente a medida y le dimos ese aspecto anticuado", confiesa Marta.

7.

La cocina fue lo único que cambió

Cocina con suelo de barro, muebles de madera y ventanas verdes

Cocina con isla de madera y aparador bajo diseño de la interiorista, fabricados por Antic Begur. Taburete de MisterWils. Lámpara de hojas blancas de Amedialuz.

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El comedor, por cierto, no siempre ha estado allí. Y es que la poca reforma que se hizo consistió en reubicar la cocina, que ahora se encuentra en el espacio del antiguo comedor. "Fue un poco complejo traer todas las instalaciones hasta esta estancia, pero ha merecido la pena porque ha quedado una cocina muy especial", apunta la interiorista. "Respetando la esencia de la que hablábamos, diseñamos los muebles de madera". Y hay más cambios. ¡Mira la siguiente foto!

8.

Tiene un segundo comedor en la despensa

Comedor con mueble despensa de madera, mesa de piedra y sillas de hierro

Comedor con estantería y mesa diseño de Marta Castellano. Sillas en Antic Oliver. Lámparas de Arxe y Mercantic. Alfombra de Cotlin.

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"En el espacio que dejó libre la cocina creamos un segundo comedor integrado en la despensa. Nos hizo gracia la idea de comer 'entre las bambalinas' de la cocina", añade Marta. Al más puro estilo del comedor exterior que veíamos al principio, lo equipó con una mesa de mármol y sillas de hierro. El gran mueble despensero está hecho a medida en madera y pone el toque rústico.

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Azul, blanco y verde dan un aire relajado al dormitorio

Dormitorio con cabecero tapizado azul, alfombra azul, mesita de fibras y vigas de madera

Dormitorio con cabecero y ropa de cama de Bekume. Plaids de Culdesac. Lámparas de Snowdrops Copenhagen. Mesita de ratán de Bloomingville.

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Donde la interiorista rompió con los tonos marrones es en el dormitorio principal. Aquí los textiles azules (el cabecero tapizado, la alfombra, la ropa de cama...) se adueñan del ambiente y dan un soplo de frescura. La mesita de noche de fibras pone el toque cálido y las chandeliers de la casa dejan paso a las lámparas blancas con pantallas de algodón.

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El baño antiguo se mantiene intacto

Baño con mueble de madera, lavamanos de mármol, espejo antiguo y vestidor

Baño con mueble perteneciente a la casa. Espejo y lámpara de anticuario. Toallas de Harmony.

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Subiendo un par de escalones ubicados al pie de la cama, el lavabo antiguo en el cuarto de baño resiste al paso del tiempo, acompañado de un espejo de anticuario y un armario con marquetería de madera en la zona contigua de vestidor. Ya lo decíamos. En esta casa se detiene el reloj.

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La interiorista Marta Castellano-Mas

La interiorista Marta Castellano-Mas

La interiorista Marta Castellano-Mas

La interiorista Marta Castellano-Mas es la artífice del cambio de estilo de esta masía antigua en el Ampurdán. Conservó su estructura original, reubicó la cocina y el comedor, y decoró con piezas de madera y anticuario para crear un hogar especial. Respetar la esencia de la casa fue su prioridad.

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No te pierdas este vídeo en el que encontrarás todas las ideas que la interiorista Pia Capdevila aplicó en su propia casa de campo. Desde el porche con cortinas a la cocina con suelo hidráulico. ¡Toma nota!

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