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Una casa con historia

Adiós a las maderas oscuras en la montaña. Casas de poca luz, vuestra era ha tocado a su fin. Así al menos lo decretó Mónica para la suya en Cerler, Huesca, ¡una casa por la que nadie daba un duro! Hasta que ella, con su inspiración y la ayuda de su amiga la arquitecta Tote Moreno, de Factoría UDA, convirtió esta borda –edificación típica del Pirineo–, de 1870, con mucha piedra y madera, pero una casa oscura a fin de cuentas, en este prodigio que llamaríamos de la 'Nueva Montaña' que vemos ahora.

2.

Que pase la luz

"Esta casa no se vendía porque la gente decía que no tenía luz. Empezamos a tirar tabiques, también un tabique que hacía de cortavientos aquí en la entrada y lo añadimos como espacio a la casa y ¡ahora es súper luminosa!", nos cuenta Mónica, la propietaria de esta acogedora casa en la montaña. Y, en el recibidor, un banco corrido para colocar botas y cascos debajo es una solución sencilla y muy acogedora.

Alfombra, de Gra. 

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¡Qué techos!

No sabían cómo era el techo hasta que hicieron la obra. Y decidieron mantenerlo, lo que marcó el estilo de la casa. "Cuando la compramos, el techo estaba cubierto y había más tabiques. Por el año de edificación de la borda (nombre utilizado en el Pirineo para referirse a la edificación empleada para resguardar el ganado o su comida), imaginaba que saldría a la luz un techo de madera, pero no sabía en qué condiciones iba a estar", explica la dueña.

Sofás, de Miki Beumala. Cojines, en Matèria. Mesa de centro, en Merc&Cía. Chimenea, de Pia. Alfombra, en Gra. 

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Un solo espacio

Primero planificaron la casa en un estilo más bien nórdico, "de aires finlandeses, pintando los techos y con todo de blanco –explica–. Pero, cuando asomó este techo tan espectacular, cambié de opinión y me incliné hacia un estilo más rústico”. Y le damos toda la razón: ¡esas vigas originales son pura poesía! 

La lámpara es de La Maison y el jarrón es de Velafusta. La manta procede de Materia. La alfombra es de Gra.

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Madera en esencia y al natural

Mónica pidió al carpintero varias estanterías de pared a pared. “Quiero como tablón de obra, no me pulas nada, la madera tal cual”, le iba diciendo al albañil por el grosor de estas y él se asombraba: "¿¡Más!?". ¡Sí, más! Así quedaron de gruesas y bonitas. 

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Una cocina abierta muy rústica

La cocina es otro punto que consigue que esta casa sea el refugio de montaña perfecto. “Tenía que ser abierta. Quería una estantería completa. Se lo dije a Tote Moreno, y su solución fue perforar los muros 30 cm para poder meter los electrodomésticos otros 30 cm, y que sobresalgan sólo un poco. Así queda todo enrasado y parece que fuera todo estantería”. La estantería es un diseño de Gabi Conde, con los cubículos irregulares y el botellero de arriba. El color está en función del cemento. “No quería sillas, porque no teníamos mucho espacio”, explica Mónica. También se ha prescindido de las sillas y, por eso, en el comedor, se han colocado bancos corridos a ambos lados de la mesa y taburetes en la isla. 

Mesa y bancos, de Merc&Cía. Lámpara de techo, de La Maison. Alfombra, en Gra. 

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¿Y por qué no se vendía?

La gente decía que no tenía luz. Empezamos a tirar tabiques, también un tabique que hacía de cortavientos y lo añadimos como espacio a la casa y ¡ahora es super luminosa!". Esta casa de montaña es ahora moderna, ¡hasta con aires provenzales! (Mónica nos confiesa que ha ido mucho por ahí). Ay, esos cestos. Ay, esa luz, Ay, ese nosequé romántico. La próxima vez que alguien te diga "esta casa no la quiere nadie"... vuelve a mirarla. 

Mesa, banco y mostrador antiguo recuperado, a modo de isla, todo de Merc&Cía. Grifo, de Grohe. Taburetes, en Natura Casa. Lámparas de techo, en Mio de Palafrugell. Mobiliario de cocina, realizado a medida. 

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Cuestión de suelos

"El suelo también lo hicimos todo nuevo. Nos costó mucho encontrar el tono, ya que queríamos que quedara como el del techo, hasta que dimos con el adecuado", recuerda la dueña de esta acogedora casa de montaña. 

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Un mostrador recuperado a modo de isla

¡Más madera! Sin duda, es el material estrella de la vivienda. Y para que esta no quedara recargada, se optó por teñir las carpinterías y darles un toque aún más rústico. Como se ha hecho en este antiguo mostrador recuperado, que ahora vive una segunda juventud convertido en isla. 

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Mucho recuperado

Y el mostrador no es lo único recuperado. También las dos pilas de mármol sobrepuestas sobre la encimera lo son y sobresalen gracias a su lugar protagonista. Y, es que, si algo tenían claro los propietarios, es que querían una cocina abierta. ¡Así, sí que luce! 

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¡Cerrado!

"Para la alacena de la cocina, me fijé en un diseño de Gabi Conde, con los cubículos irregulares y botellero arriba, y la teñimos", dice Mónica. Y tiene espacio para todo: desde estantes a la vista que aligeran el conjunto como panelados que esconden armarios y electrodomésticos.  

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¡Abierto!

Esta alacena tiene truco. Para que cupieran electrodomésticos y no sobresalieran demasiado, se perforaron los muros 30 cm. Así parece que es una estantería, cuando en realidad es un escondite que ayuda a que esta casa permanezca inmutable en el tiempo.  

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El aseo marca el estilo

Para los tonos de la casa, el condicionante fueron los cuartos de baño. Suena curioso, pero Mónica tiene una cabecita llena de ideas (algunas vistas en EL MUEBLE) y tenía muy claro que iban a ser de cemento teñido. “Yo buscaba un gris caqui, y cuando me dieron el tono definitivo, de ahí sacamos el color de las carpinterías”, cuenta. Porque “también tenía claro que iba a pintar las carpinterías, porque ya hay mucha madera en la casa, y no deseaba que quedara recargada”.

Grifo, de Neocerámica. Mueble de baño, a medida. Lavamanos, de mármol. Accesorios de baño, de Debany, 

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Hacia el dormitorio principal

La puerta antigua fue adquirida en un anticuario de Barbastro. Hay tres más en toda la casa. Sin duda es uno de los elementos más llamativos, y casi los únicos, ya que la idea era no recargar nada. 

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Unas buenas cajoneras

Las mesillas, en realidad, estaban pensadas para el armario, pero, a causa de la puerta antigua, no cabían. Las colocaron como mesillas, que hacen las veces de cómoda. La altura es la de una mesilla, pero el doble de ancha.

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El dormitorio

Mientras que, en el resto de la casa, el binomio madera azul grisáceo es el combo ganador, en el dormitorio se ha incluido también una ropa de cama en rosa empolvado que suaviza la mezcla y aporta un punto de calidez, que se ve acentuado por el cabecero de lino. 

Colcha, de Be Cume. Lámpara flexo, de Gavinete. Mesitas de noche, a medida realizadas por un carpintero local. Cojines, de Homie by GC. 

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El cuarto de los niños

La habitación infantil, con tres camas, sigue la misma línea cromática y prescinde de los excesos. Sencilla y acogedora es perfecta y con claros matices nórdicos, como vemos en la mesita de noche y los flexos que apoyan sobre ellas. 

Las colchas son de Filocolore. Los cojines de flores proceden de Homie by GC. Las mesitas de noche son de Gavinete.

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Aprovechar espacios

"En las ventanas pedí que las retranquearan a mitad, como en las casas antiguas, y así me quedó ese espacio para un sofá", dice la propietaria. 

Escritorio, a medida. Taburete y lámpara flexo, de Natura House. Alfombra, en Gra. Cojines, de Filocolore y Homie by GC. 

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Todo a tono.

También en la habitación de los hijos todo está engamado. “La mezcla de tonos, gris verdoso-caqui y turquesa, la vi en una revista de EL MUEBLE. Combiné mesitas, colchas, lámparas... y telas del armario, que me resultan muy cómodas”, finaliza.