Alejandro Sanz y Rachel Valdés se separan. Así es la casa moderna y minimalista de 2.000 m2 que compartían en Somosaguas (Madrid)

La bonita fachada de la casa que compartían Alejandro Sanz y Rachel Valdés ya deja entrever con su forma geométrica en forma de cubo que se trata de una casa moderna. Pero además, su fachada lisa con predominio de tonos blancos y negros nos da pistas de que el interior sigue estos patrones.

Por otro lado, los grandes ventanales de la casa consiguen que se convierta en un hogar diáfano lleno de luz natural, muy propio también de las casas modernas. Estas se caracterizan por ser amplias, abiertas, muy cómodas y suelen inclinarse por el estilo minimalista utilizando tonos claros que se integran bien con la naturaleza.

A pesar de que por el día el interior está perfectamente iluminado gracias a sus amplias ventanas, cuando cae la noche, Alejandro Sanz y Rachel Valdés optaron por iluminar el exterior de su hogar con luces indirectas integradas en los muros de la parcela. Por otro lado, mezclaron diferentes estilos de piedra para la calzada y los laterales que la delimitan.

Para la calzada, optaron por un tipo de piedra estilo romano, y para los laterales, piedra de tipo natural tintada de blanco y enfocada a la decoración, en armonía con los tonos de la casa. Para romper con la monocromía, colocaron unas pequeñas plantas organizadas de tal forma que producen orden visual y un toque fresco.

En el interior de la casa que compartían el cantante y la artista, encontramos que para los muebles y las paredes se decantaron por estilos lisos de líneas rectas y texturas sutiles. Por un lado, la mesa de comedor es sencilla a la vez que práctica. Fabricada en base de madera con superficie de mármol blanco.

Un contraste ideal con el mueble auxiliar en gris oscuro y la pared de cemento. Se mantiene el uso de tonos neutros con ligeros contrastes. Las lámparas también escapan de la extravagancia y de ser protagonistas en la decoración.

El suelo de la casa es la piedra ultracompacta Sasea de Dekton by Cosentino, que ofrece ese look diáfano que buscaban.

Escoger una decoración lisa es todo un acierto si se quiere mantener una armonía y equilibrio visual con sensación de paz. Sin embargo, también se puede jugar a dar movimiento a la decoración manteniendo esa idea y que siga siendo igual de acogedora.

Parece que esto era lo que pretendían Alejandro Sanz y Rachel Valdés cuando escogieron una escalera de caracol. En esta foto encontramos dos materiales nobles como el cristal y la madera, que se funden con el metal de la barandilla y los toques de color decorativos de las plantas en los escalones.

La pareja podía disfrutar en las zonas exteriores de su hogar de la luz del sol incluso en los meses más fríos del año. Una luz que también se cuela en el interior gracias a que incide por todos los costados del chalet. De esta forma, y gracias a las dimensiones de su parcela, Alejandro Sanz, Rachel Valdés y el resto de su familia podían desconectar del estrés de su rutina diaria de forma privada e íntima.