La pandemia del coronavirus ha cambiado nuestras vidas y nuestras costumbres. Y ahora que se acerca el verano, algunas de nuestras rutinas, como ir a la playa o a la piscina a refrescarnos y a tomar el sol, se puden ver muy afectadas. En el caso de las piscinas, los profesionales de Aquaglass, una de las mayores empresas de mantenimiento y conservación de instalaciones acuáticas, nos hacen una serie de recomendaciones con un protocolo que ya han presentado a la Administración y que garantiza un baño libre de Covid-19.

Estas medidas, que están enfocadas sobre todo a las piscinas públicas o comunitarias, se pueden aplicar a todo tipo de piscinas, hasta la de una casa particular, ya que siempre pueden venir vecinos, amigos, familiares... Y toda precaución es poca.

Estas son las principales normas que afectarán a todos los usuarios:

  1. Reducción drástica del aforo, lo ideal sería entre un 50 y 75% menos de bañistas al mismo tiempo. Se deberán establecer turnos de acceso o cupos. ¿Cómo calcularlo? Una persona en el agua cada 4m2 de piscina y dejando distancia suficiente.
  2. Deberá ser obligatorio uso de mascarillas y guantes en el recinto. La Comunidad de propietarios deberá habilitar un punto específico de recogida para este material.
  3. No apoyar las toallas en vallas perimetrales. Tampoco compartirlas con terceros o dejarlas en el recinto sin atención o durante todo el día.
  4. Usar el gel hidroalcohólico al entrar y salir del recinto de baño.
  5. Ducharse al menos un minuto, al entrar y salir del agua.
  6. Si hay baños y vestuarios, deberán estar cerrados.
  7. Deberán retirarse del recinto hamacas o tumbonas de uso comunitario, ya que no se pueden compartir.
  8. Suprimir todas las actividades o ejercicios físicos dentro de la piscina (clases de natación, aquagym…).
  9. Los menores deberán ir siempre acompañados de un adulto para garantizar la distancia interpersonal.
  10. Habrá carteles informativos con las principales normas en lugares visibles.
  11. Será importante realizar análisis microbiológicos del agua antes de la apertura y una analítica al mes durante el tiempo que dure la temporada de baño. Para extremar la protección se recomienda la desinfección con cloro dosificado –en pastillas o líquido– o electrólisis de sal y la medición constante de los niveles de pH (entre 7,2 y 7,6) y de cloro, así como la regulación automática de estos parámetros.
  12. El socorrista no podrá cubrir todas las necesidades de seguridad, más allá de su labor habitual que, en las actuales circunstancias.
  13. Las Comunidades deberán garantizar el cumplimiento de las distintas medidas de seguridad establecidas y tendrán que determinar la forma de proceder. Deberán determinar el control y tiempo de acceso al agua de cada usuario, especialmente en las horas de mayor afluencia. También la forma en que se mantendrán limpias y desinfectadas las zonas comunes.

Y, por supuesto, además de todo lo que has podido leer hasta ahora, es muy importante que cada uno asuma la responsabilidad de no acudir a las piscinas de uso público si presenta síntomas respiratorios o ha estado en contacto con posibles afectados por el COVID-19.