Ya sean de microfibra, de algodón, de rejilla, de lino... las bayetas son, junto con los trapos y los estropajos, los elementos por excelencia que utilizamos para limpiar cualquier superficie de nuestro hogar, aunque algunas veces optemos por papel de cocina para unos resultados rápidos. Estos textiles tienen una gran capacidad de absorción y nos permiten sacar brillo a nuestras superficies, eliminando el polvo y cualquier mancha que puedan tener, tanto si los utilizamos en seco como si lo hacemos humedeciéndolas.

Las bayetas y los trapos, sin embargo, deben estar limpios para cumplir su función correctamente. Cuando los humedecemos, debemos estirarlos para que se sequen bien, si puede ser al aire libre mejor, antes de guardarlos de nuevo pero, independientemente del uso que les demos, es vital lavarlos de forma puntual para que no acumulen demasiados gérmenes y bacterias y puedan limpiar bien la suciedad, en vez de extenderla por todas las superficies, ensuciándolas todavía más. La experta en limpieza, Jacobina Sánchez (@alacocinaconjacobina), nos cuenta cómo debemos lavar nuestras bayetas para conseguir una limpieza eficiente.

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Así debemos lavar los trapos y las bayetas, según una experta

Jacobina Sánchez cuenta que, muchas veces, sus hijos le preguntan cuál es la forma adecuada de lavar las bayetas y los trapos con los que limpiamos nuestra casa, así como los estropajos o esponjas con los que fregamos la vajilla. La experta nos explica dos formas sencillas de hacerlo para conseguir que queden realmente limpias, sin virus y perfectas para volver a usar de la forma más eficiente.

1. En seco, con vapor

La profesional explica que una de las formas más sencillas de limpiar estos instrumentos es meterlos al microondas y ponerlos durante dos minutos. "No se van a quemar", nos asegura "Es un tip muy bueno".  Cuando salen con vapor, debemos tener cuidado de no quemarnos y, después, quitar el plato del microondas para limpiarlo. Además, aprovechando la bayeta que acabamos de limpiar en él, daremos repaso al interior del electrodoméstico, eliminando cualquier posible batería que haya quedado.

temu soporte de bambu para microondas
El Mueble

Para limpiar los trapos que utilizamos para secar, nos recomienda seguir el mismo proceso, aunque aclara que también podemos frotarlos a mano, con jabón de barra, en caso de que tengan manchas difíciles. A la hora de hacernos con un paño para secar, ella nos recomienda que nos decantemos por trapos de algodón, porque secarán con más facilidad debido a su gran capacidad de absorción y, además, son más rápidos de limpiar. 

2. Humedeciéndolas, con agua hirviendo

Además del truco del microondas, Jacobina Sánchez nos cuenta otra forma más conocida de limpiar las bayetas y los trapos: metiéndolos en un recipiente con agua hirviendo y un buen chorro de vinagre o cloro. La experta nos asegura que saldrán limpios, desinfectados, sin olor (y también más suaves) pero nos alerta de que podemos quemarnos si no somos cuidadosas.

Trucos para eliminar las manchas de lejía y cloro de los textiles de manera efectiva
Canva

Para evitarlo, ella se ayuda de una cuchara sopera, para empujar los textiles al fondo del recipiente y lograr que se impregnen bien en la mezcla. "El agua caliente mata muchos virus y bacterias, pero debemos dejarlas en remojo unos 10 o 15 minutos, como mínimo. Después, los sacas y ya estarán sanitizados tus trapos", asegura.

¿CADA CUÁNTO DEBEMOS DESINFECTAR LAS BAYETAS?

La experta nos explica que la frecuencia con la que lavemos nuestras bayetas dependerá, en gran parte, del uso que les damos. Un proceso que, obviamente, adelantemos si limpiamos una superficie muy sucia y la bayeta queda inservible. Lo mismo ocurre a la hora de reemplazarlos por otros nuevos: "Yo los uso mucho y los cambio cada dos o tres semanas, nos cuenta".

Y es que, tanto por cuestiones de higiene como para evitar que se acumulen demasiados gérmenes y bacterias, es aconsejable cambiar el estropajo de la cocina al menos cada dos semanas. Es un instrumento que se pasa húmedo la mayor parte del tiempo y, aunque lo limpiemos después de cada lavado, debemos evitar la contaminación cruzada, es decir, que el propio estropajo aporte más bacterias de las que elimina a cualquier objeto que limpiemos con él.

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