13 cosas que haces mal al guardar la ropa (y cómo hacerlo bien)

Lo único que se consigue es que el punto se estire. Mejor, dobla con cuidado las prendas de punto. Prepara luego un cajón o un espacio del armario solo para tus jerséis, chaquetas o chalecos de punto.

La limpieza es más que necesaria en el armario. ¿Guardas la ropa en el armario sin planchar?, ¡error! Si lo haces así, difícilmente volverás a sacarla para hacerlo y, cuando quieras utilizar esa prenda, estará muy arrugada. Así que antes de guardar algo en el armario, mejor plánchalo. 

No hay que guardar directamente los zapatos en el armario al llegar de la calle. Y si además huelen mal, mejor usar bicarbonato de sodio y dejarlos toda la noche en la ventana o en la terraza. 

Si tienes la ropa de otras estaciones en el mismo armario, lo mejor es guardarlas según la temporada. Emplea una caja y separa las prendas más delicadas con papel de seda. Y, recuerda, antes de introducir alguna prenda en el armario: lava, seca, plancha (si es necesario) y guarda sin manchas. 

Al colgar la ropa, hay que abrochar los botones, cerrar las cremalleras y vaciar los bolsillos. De esta forma, se evita que las prendas que están colgadas en el armario se deformen antes. 

Colocar ropa que usas mucho en la parte alta del armario no es lo más adecuado. De hecho será muy incómodo. Lo más probable es que la ropa se arrugue si no se dobla luego bien. Y si, además, sueles ir con prisas, ¡olvídate de esta opción! 

No hagas pilas enormes de jerséis, pantalones, camisetas... De esta manera, lo único que conseguirás es que la ropa que está situada más abajo quede muy arrugada. La regla definitiva: cinco prendas como mucho. 

Si la ropa se ha usado poco y, por tanto, está limpia, se debe igualmente airear antes de introducirla en el armario. Con esto conseguirás que los olores de la calle no lleguen al resto de prendas limpias del armario. 

Si se han mojado los zapatos, lo mejor es esperar a que se sequen. Para que no pierdan la forma, rellena el interior con papel de periódico. Espera a que se sequen y luego ya podrás guardarlos en el armario.

No cuelgues pantalones, camisas o faldas de forma muy apretada o se arrugarán al instante. Volverás a tener que planchar y no es buena idea.

Hay tejidos que necesitan un cuidado especial en el lavado y también en el armario. Separa las prendas de seda, raso y otras que sean delicadas de aquellas que puedan incluir tintar y estropearlas. 

Mejor no, o estarás de forma permanente desenredando joyas y accesorios. Organiza siempre los accesorios y complementos por categorías y ten especial cuidado con los collares y pendientes. 

Si tienes el armario muy abarrotado organizarlo es mucho más difícil. Aprovecha que lo has vaciado y selecciona la ropa. Por ejemplo, usa la técnica de los 12 meses. Aquella prenda que no te has puesto a lo largo del último año descártala de una vez por todas.