¿Lo sabías?

Tu perro sabe cuando eres egoísta o generoso y, sobre todo, las hembras, ¿quieres saber cómo?

Los perros son muy sensibles y saben percibir el comportamiento humano, pueden evaluar la destreza, torpeza, egoísmo y generosidad de las personas y especialmente las hembras

perro y egoísmo del humano

Los perros saben diferenciar si estás siendo egoísta o generoso. Te contamos cómo.

Canva

¿Alguna vez te has preguntado si tu perro puede sentir si eres egoísta o generoso? Igual que tu mascota puede percibir si estás triste, si le quieres o si estás enfermo, también puede evaluar el egoísmo o generosidad de una persona. Según un estudio hecho por psicólogos de la Universidad de Kyoto, ha concluido que los perros saben evaluar la destreza o torpeza de las personas a la hora de llevar a cabo una tarea, además de si son generosas o egoístas con ellos. El estudio ha detectado que las hembras son especialmente perceptivas en estos aspectos, más que los machos. 


Experimento de la comida 

Según explica un artículo de National Geographic, se ha llevado a cabo un experimento de la comida para evaluar la destreza con la que diversas personas abrían el pote de comida y valorar si los perros eran conscientes y diferenciaban las diversas formas de abrir el bote de comida. 

Unos 30 perros en total fueron objeto del experimento para comprobar su reacción. Dos personas trataban de abrir un recipiente transparente con comida dentro, una de las personas lo abría con facilidad, mientras que la otra fingía tener problemas para abrirlo. El proceso se repetía luego con otros dos recipientes, para que los perros tuvieran claro que el “problema” no era que un recipiente fuese más complicado de abrir, sino que una de las personas era más hábil que la otra.

perro amigo del humano
Canva

El experimento se hizo con un tercer recipiente, pero los perros ya parecían tener claro cuál de los dos era el humano más hábil: los animales se quedaron mirando durante más rato a la persona que parecía abrir el recipiente con más facilidad; por el contrario, con la persona que abría el recipiente con dificultad ya parecían tener claro a los pocos segundos que no iba a poder abrirlo.

Gracias a este experimento, los investigadores también comprobaron que las hembras son especialmente perceptivas a la hora de evaluar la “torpeza”: cuando ya estaba claro cuál era el humano competente, las hembras se fijaban en él durante más rato y tendían a ignorar antes al humano “torpe”, respecto a lo que hacían los machos, que parecían mantener una cierta confianza en él.

¿Cómo un perro sabe si una persona es generosa o egoísta? 

Otro estudio constató que los perros saben reconocer cuándo un humano es generoso o egoísta con ellos y que modifican su comportamiento en consecuencia. En este experimento, se comparó el comportamiento de tres grupos de perros (cachorros, perros adultos con una familia y perros adultos que estaban en un refugio) respecto a dos personas que les ofrecían comida: una de ellas (“experimentador generoso”) les mostraba su comida e inmediatamente les dejaba comer, mientras que la otra (“experimentador egoísta”) les mostraba el cuenco, pero comía algo él mismo antes de permitir comer a los perros. A continuación, se hizo una segunda prueba en la que los perros podían decidir si les daba de comer la persona “generosa” o la “egoísta”.

Perro con comida
Canva

El estudio permitió llegar a la conclusión que en la primera prueba del experimento los perros no mostraban ninguna preferencia entre los dos experimentadores, mientras que en la segunda, los perros adultos parecían haber aprendido cuál era el humano más generoso y acudían preferentemente a él, además de tener un tempo de reacción más corto: los animales con familia tardaban un segundo más en reaccionar cuando el experimentador “egoísta” los llamaba respecto al experimentador “generoso”, y dos segundos más en el caso de los animales del refugio.

Por el contrario, los cachorros no mostraban una diferencia tan significativa entre ambos experimentadores, y la latencia (el tiempo que esperaban para acercarse tras recibir permiso para comer) entre la primera y la segunda prueba era prácticamente igual. Esta diferencia de comportamiento puede atribuirse a la mayor experiencia de los perros adultos, especialmente en el caso de los de refugio, que tenían razones para ser más desconfiados ante comportamientos egoístas de los humanos.

los perros modifican su comportamiento según la necesidad

A partir de los resultados y conclusiones de los dos experimentos explicados anteriormente, los investigadores han observado que los perros saben formarse una opinión sobre el nivel de destreza de un humano. Además, los canes pueden ajustar su comportamiento fiándose más de aquellos que juzgan como más “competentes”. Esto tiene relación con el hecho de que, como animales domésticos, su nivel de bienestar depende de su cuidador.

Aun así, la destreza no es lo más importante de todo, tu mascota está acostumbrada a vivir en grupo y por ello su bienestar depende de un equilibrio. Los estudios han constatado que entre la habilidad de sus cuidadores y su comportamiento, los perros tienden a pasar más tiempo con aquellos que mantienen un mejor comportamiento hacia ellos. Los perros prefieren pasar su tiempo con los humanos que son generosos con ellos, aunque no sean especialmente hábiles, que con aquellos que son más diestros, pero no tienen tantas atenciones con ellos.

Entre otras cosas, los autores señalan también que estos comportamientos se deben a la situación de necesidad y mencionan que los perros tienden a pasar más tiempo cerca de la persona que normalmente les llena el cuenco de comida cuando este está vacío o cuando se acerca la hora de la comida, mientras que el resto del tiempo no muestran una predilección tan marcada entre los diferentes habitantes de la casa.

Estas preferencias también se muestran a la hora de hacer actividades concretas, como el juego o el paseo: los perros tienden a acercarse en primer lugar a la persona que lleva a cabo estas actividades con ellos de forma habitual o que les ofrece una mejor experiencia. Esto demuestra que los perros pueden dividir su valoración de una persona en contextos concretos y mostrar una preferencia “segmentada” según la situación.