15 salones muy fresquitos que te darán ideas para este verano

Normalmente, reservamos la parte más luminosa del salón para ubicar la zona de estar. Por eso, si tu salón recibe mucha luz natural y entra demasiado calor, prueba a hacer un cambio de distribución: alejar los sofás de las ventanas y destinar este espacio al comedor. 

Con los muebles del jardín o la terraza, también conseguirás llevar el verano dentro de casa. Olvida la idea de que estos diseños son exclusivos de ambientes exteriores y anímate a crear con ellos rincones con un encanto especial. ¿Por qué no completar la zona de asientos con un par de sillones de mimbre?

Si la tapicería de tu sofá es visualmente muy pesadas, no dudes en vestirlo con una funda de verano confeccionada con un tejido natural, en tono blanco o arena, que de menos calor e invite a tumbarte en él. Las fundas de lino son muy fresquitas, y su aspecto arrugado dará un plus de encanto a tu salón.

Aunque para conseguir un ambiente veraniego, mejor guarda la mullida alfombra de lana hasta el próximo otoño y viste el suelo de tu salón con materiales más ligeros y fresquitos. Las alfombras de fibras vegetales encajan en cualquier época del año, pero es en verano cuando más nos acordamos de ellas. ¿Sabes por qué? Porque, además de ser perfectas para dar un toque de naturalidad y estilo al ambiente, resultan un gran aislante tanto del calor en verano como del frío en invierno. 

El color azul del mar y del cielo, el blanco de las casas costeras… Esta combinación cromática es la principal característica del look mediterráneo con la que se consiguen ambientes frescos, luminosos y vitales. Recrearla es muy fácil: solo tienes que partir de una base neutra (puede ser blanco, crema o beige) en paredes y tapicerías y añadir pinceladas azules a través de detalles y complementos.

Los cojines son el complemento ideal (además del recurso más accesible) para cambiar el aspecto de nuestro salón con la llegada de una nueva temporada: tejidos naturales, colores claros o vibrantes y telas fresquitas son las consignas para convertirlos en el comodín perfecto para una decoración veraniega.

Apunta: combina estampados diferentes en la misma gama cromática para lograr un conjunto de gran riqueza visual.

Y hablando de textiles, en época estival no queremos ver una sola mantita de lana, ni encima de los asientos ni guardadas en cestos. Si donde vives, por la noche refresca, puedes sustituirlas por plaids ligeros y coloridos con los que puedas cubrirte en los momentos de descanso.

Grandes, pequeñas, en tonos pastel o colores explosivos… sean como sean las flores son un print perfecto para aportar un toque veraniego a la decoración de nuestro salón. Y no son el único: fauna y flora tropical también son ideales. Ya sabes que puedes sumarte a esta idea de forma sutil, a través de los complementos textiles, o "a lo grande", empapelando un frente con un vistoso y llamativo papel. Eso fue lo que hicieron las decoradoras Isabel Flores, Nuria Almansa e Isabel Font en esta vivienda. 

Piénsalo: si quisieras poner una mesa marinera, lo primero que harías sería buscar una vajilla decorada con corales, conchas, peces y demás motivos del mar. ¿Sí o no? Pues con la decoración del salón, lo mismo. Nada más fácil para lograr un look veraniego que repartir pequeños detalles decorativos inspirados en el mar en la mesa de centro del salón.

Más aún si desde tu salón tienes la suerte de contemplar un estupendo jardín con piscina. Porque por mucho calor que haga fuera, unas vistas veraniegas son el mejor recurso para conseguir que en tu casa se respire verano y la decoración sea más refrescante y relajada.

Otra máxima para lograr un salón fresquito es sustituir las cortinas opacas por tejidos ligeros, en colores claros. Puedes optar por un estor tipo screen, que cuando llegue el invierno no tengas por qué retirar, sino más bien, acompañarlo de unas caídas de un tejido más grueso y en un tono más oscuro.

Si pintas o decoras el salón con los colores adecuados también puedes lograr sensación de frescor. ¿Sabes cuáles son esos colores? Es fácil: los tonos fríos: desde un verde aguamarina o menta hasta un azul celeste, turquesa, lavanda o violeta que, además, aportarán calma y bienestar.

Por eso no deben faltar en tu salón veraniego. Es cierto que milagritos no hacen, pero sí absorben el calor, purifican el aire y permiten mantener el frescor de tu casa. Apunta: mejor grandes y frondosas, que pequeñas o poco exhuberentes. Ficus, palmeras, sanseviera, espatifilo, potos, aloe vera, cintas y helechos son algunas de las plantas que te ayudarán a refrescar, humidificar y limpiar el aire.