12 salones de El Mueble con sofás claros llenos de estilo, calidez ¡y mucha luz!

La belleza arquitectónica del espacio, con sus techos con preciosas molduras recuperadas, es un activo más de la decoración de este salón. Por eso la decoradora Sandra Vergara ha optado por vestirlo con pocas piezas, para no recargar un espacio de por sí bello. De hecho, los sofás, que son los muebles más voluminosos, los ha elegido blancos, de líneas rectas y muy discretos. La única nota de contraste viene de la mano de la butaca, una pieza de diseño que viste con elegancia el espacio sin competir con su belleza. 

Rústico hace tiempo que ha dejado de ser sinónimo de oscuro. Con la irrupción del estilo nórdico, el blanco ha teñido muchos espacios dominados antes por las maderas y las tapicerías oscuras. Y sin renunciar, con ello, a la calidez. Prueba de ello es este salón, decoradora Belén Ferrándiz, que ha optado por una base general blanca, sofás incluidos, y ha jugado con las maderas claras y las fibras para darle un plus de calidez. 

En este salón, proyectado por Molins Design, los sofás contribuyen a sumar calidez y hacer más acogedor un espacio a priori un poco frío. Su diseño orgánico y de silueta suave equilibran las líneas rectas del gran mueble librería del salón. Y aún siendo claros, este suave topo hace más acogedor el estar. 

El objetivo del decorador Ignacio Dávalos a la hora de decorar este salón, que es más pequeño de lo que parece, fue integrar al máximo el mobiliario en la estructura del salón, de ahí las vitrinas con frentes de espejo, y la elección de dos sofás blancos, a juego con el color de las paredes. Pero para darle un discreto plus deco, optó por un diseño de aire retro y ribeteado con tachuelas. 

Las decoradoras Teresa Asensio y Chari Manzano optaron por unos sofás blancos, de lino y líneas modernas, para que contrastaran con la librería oscura y de líneas más clásicas y no compitieran con ella. "Quería que la librería fuera importante, por eso la he destacado con este gris antracita, para que gane protagonismo", explica Teresa. 

La decoradora Asun Antó optó por una decoración de base blanca para vestir este salón y jugó con las molduras, que le dan un elegante aire señorial, y los sofás para sumar carácter. De hecho, los sofás, de un gris clarito y con tachuelas decorativas, fusionan a la perfección lo clásico y lo moderno, en sintonía con el espacio. 

En este salón la mirada se nos va hacia sus bellos ventanales de medio arco. Y la organización del espacio, con el estar orientado hacia el exterior, y su decoración contribuye a ello. Los arquitectos Ana Blanco y Fran Mengíbar apostaron por una base en blanco en paredes, techo y muebles, integrando así los diferentes elementos para que nada destacara y resaltando, a su vez, las vistas. 

El salón de este dúplex es muy pequeñito, por eso la decoradora Marta Prats optó por una base en blanco que aligera el espacio y lo llevó, incluso, al sofá. Pero para darle más carácter, jugó con la textura, apostando por una pieza de cuero en blanco de líneas rectas y gruesos reposabrazos. 

La decoradora Paula Duarte decidió pintar la pared del salón de este gris intenso porque vuelve acogedor el espacio y ‘baja’ el tono rojizo del suelo. Y, para los sofás, optó por el blanco, porque crea un luminoso contraste sobre la pared gris sin competir visualmente con él. 

Este salón es pequeño –pertenece a un piso de apenas 75 m² reformado por Pía Capdevila– por eso la base de muebles y paredes es blanca, pero eso no impidió a la decoradora apostar por un sofá en un suave y sufrido gris, que rompe con tanto blanco y da estilo al estar. 

El protagonismo de este salón recae, además de en el propio espacio, en la gran chimenea de piedra, diseñada ex profeso. De hecho, el espacio se articula de manera simétrica a su alrededor, con una zona de lectura frente la chimenea equipada con confortables butacas, y una de estar con dos sofás blancos con un original diseño curvo. 

Lo regio y lo moderno se dan la mano en este salón proyectado por la decoradora Lara Pujol. Y es que este salón pertenece a una vivienda histórica del casco antiguo de la ciudad de Girona y con la reforma se respetaron al máximo los elementos originales, como el precioso techo artesanado o esa personalísima pared del salón que deja a la vista las diferentes "pieles" que ha lucido este piso. Para el sofá la decoradora no lo dudó: una pieza moderna, que contrastara con la historia del espacio, y de un suave topo, en la línea de esa pared-escultura.