69 salones decorados de primavera muy bonitos ¡y súper inspiradores!

Blanco, maderas y fibras naturales son la clave para dar a este salón comedor un aire primaveral. Lo enfatiza la pared revestida de esparto "como una alpargata mediterránea" explica Clara Catalán, del Estudio Alto Interiorismo, artífice del proyecto. Los textiles se eligieron en lino y algodón, blancos y con ligeros tonos azulados.

El color es un factor primordial para convertir un salón en una estancia fresca, alegre y primaveral. Como buena conocedora de ello, Asun Antó eligió para este de la imagen textiles en color azul y naranja. El perfecto equilibrio entre calidez y frescura.

La decoración de los salones de primavera exige mobiliario ligero y de líneas sencillas. Las interioristas Andrea Feliú y Anna Brotons eligieron para este muebles blancos y buenas dosis de madera. Para refrescarlo dispusieron sobre el sofá blanco unos cojines en color verde que anticipan la llegada de la nueva estación.

El estilo nórdico sigue estando muy presente en muchos salones, aunque algunos expertos auguran sus horas bajas. Para darle color a este dúo black&white, el Estudio de Interiorismo Sandon eligió textiles neutros y verdes que conectan con el jardín.

Los salones de primavera se caracterizan por introducir elementos más informales, que resten seriedad al salón de invierno. El Estudio Seawashed optó en este por incluir una mesa de centro artesanal y textiles orgánicos en azules y verdes. ¿Otro detalle que no puede faltar para refrescar el ambiente? Los arreglos florales, en forma de ramos o plantas.

Ya sabes que una base neutra es vital para dar luminosidad a un espacio. En este salón, los interioristas Lucía Belio y Pablo Cascallana han elegido blancos, crudos y cremas, salpicados por cojines florales y verdosos. Un guiño al frondoso jardín interior que lo rodea. El toque sofisticado lo ponen elementos dorados que trataron de rebajar con lámparas de fibra.

Uno de los colores fetiche de la primavera es el naranja. Nos da alegría, energía y buen rollo. En este salón de estilo étnico lo han utilizado tanto en la tapicería del sillón como en el resto de textiles. ¡El subidón es fantástico! ¿Quieres saber cómo decorar en clave étnica?

¿Quieres colores más relajados para tu salón de primavera? Uno infalible es el verde por su carácter atemporal, fresco y próximo a la Naturaleza. La interiorista Asun Antó ha renovado este de la imagen con blancos, linos, maderas y distintas tonalidades de verde que invitan al sosiego.

Otro de los colores característicos de los salones de primavera son los pasteles: rosas, azules y verdes empolvados son únicos para cambiar el look al estar. Este de la imagen es buena prueba de ello. Se han elegido un verde menta muy suave en las paredes y el turquesa en textiles, lisos o estampados a rayas, para refrescar el ambiente. Ambas tonalidades repiten la gama cromática del cuadro. ¡La serenidad que refleja es total!

La llegada del buen tiempo y los días más largos invitan a pasar más horas en el exterior. Es hora de poner a punto terrazas, balcones y porches con zonas de estar frescas y acogedoras. Este salón de primavera exterior, proyectado por Gemma Gallego, se ha preparado para pasar grandes momentos de relax, rodeado por el jardín.

Blanco, beige y gris son la base neutra elegida por Deulonder Arquitectura Domèstica para este salón primaveral, gracias a la presencia de madera, fibra y textiles en color verde. ¿Por qué el verde? Para traer las espectaculares vistas al interior y difuminar la frontera de dentro y fuera. Ahora el salón respira un aire rústico y colonial.

Luminoso gracias a sus paredes y mobiliario en blanco, este salón ha entrado en la primavera empujado por el color. La interiorista Bárbara Serra, de Bäse Interiorismo eligió un kilim en tonos rojizos, a juego con la pared del comedor de enfrente, que llena el estar de vitalidad. Mientras, los cojines verdes y dorados proporcionan calma. Así, el equilibrio es máximo.

La gama de los tierra son infalibles, si se quiere lograr un salón natural y cálido. Son los colores elegidos por Cel-Ras Arquitectura para llevar el sosiego y la calma a este salón de primavera. Al lino, la madera y la fibra se le ha unido otro excelente compañero de viaje: la piedra.

Parece que el buen tiempo se ha instalado en este colorido salón. Las paredes empapeladas en azul Bilbao son el mejor marco para evocar la primavera y la frescura del buen tiempo. Para que no resulte frío ni empequeñezca la estancia, Begoña Susaeta ha elegido un sofá beige. Pero es el color caldero de los cojines y el cuadro el que aporta esa calidez. ¿Te has fijado en las butacas con doble tapicería?

Muebles básicos, tonos neutros y cojines en verde y mostaza han hecho posible que este salón se adelante a la primavera. El interiorista Sergi Pons también ha tenido en cuenta los pequeños detalles: una planta XL en el comedor y unas flores sobre la mesa de centro revitalizan la estancia y prolongan en el interior el paisaje que se vislumbra tras las ventanas.

Un lienzo en blanco, amplio y luminoso, es este salón diseñado por Synne Brendmoe. Los cojines de lana y pelo en colores terrosos y granates han dado paso a otros de lino y algodón en crudos y verdes. De esta forma ha conseguido que el salón de invierno luzca ahora con esa atmósfera primaveral, fresca y desenfadada.

Y si el color verde es un talismán para los salones de primavera, el azul no se queda atrás. En este de la imagen, diseñado por la interiorista Estela López, de Deco & Living respira ¡tanta frescura! ¿El truco? Los detalles en azul de textiles, marcos de fotos, el pie de la lámpara, libros y el fabuloso cuadro de María Miralles.

Fiel reflejo del jardín al que se abre, este salón se ha renovado para recibir a la nueva temporada con la presencia de fibras naturales en lámparas, asientos y alfombra. La interiorista Clara Joly d'Aussy ha cambiado las fundas de los cojines del sofá por unas más frescas en colores tierra y un verde esmeralda súper vigorizante. El resultado en un salón de primavera cómodo, relajado y donde el exterior se funde con el interior en un solo espacio.

Las flores son el estampado de la primavera por excelencia y las rayas del verano. En este salón Loreto Prieto y Elena Llorente no han querido esperar más. Al sofá en blanco, ubicado frente al jardín, le han colocado unas fundas de cojín a rayas azules que te transportan en un pispás al modo vacaciones.

Rayas y más rayas, anchas o finas, blancas o azules... ¿Qué te parece un cambio de fundas para recibir como se merece a la primavera? La interiorista  Verónica Mimoun se ha inspirado en el mar de fondo y lo ha trasladado al interior de este salón fresco y jovial. Cojines, tapicerías, jarrones, lámparas... ¡todo se rinde al paisaje marinero!

Sí, ya le has dado a tu salón el plus de color que necesitaba en textiles y piezas decorativas para dinamizarlo. Ahora, echas en falta ese toque fresh que tanto te gusta. ¿Cómo puedes conseguirlo? Pinta la carpintería de puertas y ventanas en un tono verde agua y ¡ya estará perfecto! Es lo que ha hecho aquí Dafne Vijande con éxito rotundo.

¿Otro color que nos encanta para vestir nuestro salón de primavera? El rosa, desde el suave empolvado hasta el intenso fucsia. En este salón, el Estudio Egue y Seta lo ha escogido en un tono medio para el plaid y las fundas de los cojines. Combinado con verde y beige, la combinación cromática resulta perfecta.

En esta ocasión, Rocío Vega, de The New Home Concept, se ha decantado por un tono coral en contraste con el negro de los cuadros y la mesa auxiliar. Lo ha utilizado en la tapicería de la butaca, los cojines, el plaid y la alfombra logrando una buena armonía con el beige del sofá, la madera clara y los pufs de fibra.

Este salón rústico se ha vestido de primavera con muebles de madera clara, piezas de fibra y tonos verdes y azulados en textiles y damajuanas.  Así lo han interpretado Marta Jaúdenes y Olivia Reina, del estudio LF91 Interior Design.

Otra de las claves de este salón rejuvenecido es la sabia combinación de piezas modernas, como el sofá y las cortinas de lino, con otras antiguas, como el aparador o las vigas de madera restauradas.

¿Cómo se puede rejuvenecer un salón clásico? Con textiles de colores luminosos y piezas refrescantes. Dafne Vijande ha elegido en este de la imagen tejidos en tonos coral y beige y elementos de fibra, como la cesta y los apliques. Unas flores frescas sobre la mesa ayudan en el resultado final. No solo le ha quitado años sino que le ha dado un toque primaveral, fresco y relajado.

Porque la primavera es la antelasa del verano, y en este salón, decorado por la interiorista María Just, se ha elegido una gama cromática suave, en la que predominan los beiges y arenas, aderezados con grises y berenjenas en los cojines. 

Utiliza complementos para conseguir ese punto fresco y primaveral. Elige cojines con colores que contrasten entre sí, como los rojizos y verdosos que ha empleado aquí Natalia Zubizarreta. Y si colocas flores, que sean de las mismas tonalidades. ¡Efecto wow asegurado!

Si quieres potenciar un ambiente fresco y conseguir que en tu salón se instale la primavera apuesta por esta combinación: azul y blanco. Si tus sofás son de un color beige, hueso o blanco roto  solo tendrás que añadir un par de cojines en azul petróleo. Tal y como ha hecho aquí Natalia Zubizarreta. Después, no te olvides de colocar jarroncitos con flores allá donde puedas. ¡Frescura garantizada! 

La primavera se cuela por los grandes ventanales de este gran salón, decorado en tonos beiges y con pinceladas verdes. Las fibras tampoco faltan, presentes en la alfombra y la lámpara, mientras que los cojines de tela de arpillera le dan ese punto cálido y desenfadado.

Si quieres que en tu salón siempre sea primavera, haz uso de una tapicería florida, como esta de estas butacas. Para que no te sature, emplea la técnica del doble tapizado: un tejido por la parte de delante y otro por el de detrás. ¡Y no te olvides de decorar con plantas!

Una alfombra de lo más colorida será el complemento perfecto para que tu salón desprenda ese nervio y vitalidad de la primavera. Añade también unos cojines que potencien esa sensación, y con las mismas tonalidades de la alfombra, para que no desentonen. 

Nos encanta la luz que baña por completo este salón y que se ve acrecentada por el blanco de las paredes y la tapicería del sofá. Para llevar el color sin perder esa luminosidad y frescura, los complementos se han elegido en tonos mostaza y verdes, también presente en las plantas.

Con un clarísimo estilo clásico y atemporal, este salón presume de una decorativa estantería con molduras que lo llena de carácter. Su aspecto fresco se ha conseguido pintando el fondo de azul turquesa, de manera que aporta profundidad y contrasta con el tono rosado y primaveral del plaid y los cojines.

El gris es la mejor base para cualquier salón. Y en este casi pasa desapercibido gracias a los complementos en verde –en menos cantidad– y en amarillo, que encontramos no solo en los textiles, también en detalles como la pantalla de la lámpara de sobremesa, el cuadro sobre el estante o las mimosas.

A pesar de su decoración clásica, este salón resulta de lo más refrescante y primaveral. ¿Cómo lo han conseguido con una base de líneas tradicionales? Gracias a los cuadros con motivos botánicos y los textiles. ¡Ha rejuvenecido!

No hace falta abusar. Además de las naturales, un detalle muy El Mueble, incluye también alguna a través de los cojines. Son una pequeña inversión que instalará tu salón en una eterna primavera.

Una gran ventana que actúe como nexo entre el interior y el exterior es la mejor manera para que en tu salón siempre sea primavera. Y más si al otro lado de la ventana la naturaleza crece frondosa, como en este salón decorado por la interiorista Pia Capdevila.

Los días son más largos, pero también el sol incide de otra forma sobre la tierra. Los colores se ven más cálidos y ciertos tonos multiplican su luminosidad. Deja que el sol entre por las ventanas y no impidas su paso. No significa que prescindas de las cortinas, pero huye de los grandes y voluminosos cortinajes y apuesta por unos visillos ligeros. 

Imagina este salón sin ni una sola de las macetas que lo decoran. Triste, ¿verdad? Las plantas son las artífices de que en él sea primavera siempre. Por supuesto, también ayuda el gran cuadro que decora la pared del sofá, sube la temperatura de la estancia y evita su frialdad. 

Ríndete a las fibras naturales como el sisal, bambú, yute, cáñamo… y llévalas al salón. ¡Verás cómo parece mucho más primaveral! En este de la imagen han decorado con cestas, alfombras y estores de fibra en las ventanas. 

¿Quieres refrescar tu salón al instante? Opta por un sofá en tonos verdes y fibras naturales en asientos, cestas, lámparas... Y si de telón de fondo tienes una zona ajardinada, abre de par en par las puertas de tu terraza y deja que la estancia se extienda hacia el exterior. ¡Verás qué sensación tan agradable!

Da igual si tienes un jardín, terraza, mini balcón o, sencillamente, vistas (que son un tesoro). En primavera corre las cortinas y deja que el salón se prolongue en el exterior. ¡Qué gustazo!

Las láminas botánicas son tendencia. Utilízalas para decorar la pared del salón en series de 3 o en un lienzo único XL. Si además le añades plantas naturales, estampados tropicales en cojines y una alfombra verde musgo, a modo de césped, la primavera estará más que asegurada en tu salón. Inspírate en este proyecto firmado por el estudio de interiorismo Dröm Living.

Retapizar es una buena idea para darle una nueva vida a una butaca algo desgastada. Así que aprovecha para incorporar un color vivo, como se ha hecho en este salón con las butacas en un intenso rosa fucsia. 

Los muebles en bambú y caña son perfectos para decorar en primavera. Este salón encaja tanto dentro de casa, como en una terraza ganada al interior o en el porche. 

Si es el momento de cambiar el sofá, elige uno de tapicería en un color pastel que alegrará todo el salón. O bien, opta por una funda para vestirlo de primavera.

Un salón pequeño y de techos altos pero ¡tan primaveral! Los textiles y las plantas se han usado para decorar este salón con color.

La clave es que sean colores suaves o desprendan luminosidad. Así que sirven tanto los tonos claros, empolvados y pastel como los más intensos que te transporten a la naturaleza (verde, azul, amarillo, naranja…). 

Un sofá esquinero es, en este salón, el elemento principal que marca la distribución y organización del espacio. La primavera se siente en los cojines que lo decoran y en el verde que se cuela por el ventanal. 

El mix de estilos hace que este salón tenga personalidad. Los cojines de tejidos ligeros incorporan el estampado floral, ¡tan de primavera!

Estilo y elegancia es lo que caracteriza este salón. La zona de asientos queda delimitada por el sofá, la butaca y los pufs y una alfombra de fibra ¡tan de primavera! En invierno, bastará con cambiarla por una de lana para sentir que el estar queda abrigado. 

Este salón refleja sosiego y frescura. Se siente natural. Y es gracias a la combinación de una paleta cromática muy clara y muebles en madera. 

Cambia las cortinas más pesadas que tengas en las ventanas por ligeros visillos y estores en tejidos que dejen pasar toda la luz de la primavera. 

Revive los tonos neutros del salón con textiles de color, arreglos florales y en el comedor... ¡tachán! Una vajilla en color turquesa dispuesta a recibir esos deliciosos platos elaborados con quinoa que has aprendido a hacer.

Unas molduras en la pared que a priori pueden dar un aspecto formal a tu salón se difuminarán si empleas una deco étnica donde los textiles en tonos terrosos y el carácter artesanal de las piezas se impongan con fuerza. Una explosión de color que minimizarás con el toque green expresado en plantas naturales o cuadros.

Es un recurso que funciona para renovar el salón en primavera: nuevos cuadros con color. Estos tan bonitos en colores pastel difuminados son de Sol Fábrega.

Cualquier variedad de amarillo te ayudará a darle luminosidad y estilo a tu salón de primavera. Dinámico, vital, luminoso y capaz de alegrar cualquier tono más oscuro o apagado.

¡Porque es primavera! Coloca varios jarrones con arreglos florales o verdes en el salón y notarás la diferencia. Dan sensación de vida y frescura. 

Cuando se acerca el buen tiempo, necesitamos "aligerar" la casa. Los muebles de diseños sencillos, líneas rectas, lisos y con patas finas y altas son perfectos para un salón de primavera. Como este, renovado con textiles azules y melocotón.

Con una base en tonos tierra entre la que asoman pinceladas de color en los cojines que decoran el sofá. La mesa de centro con el sobre en madera natural acompaña sin llamar la atención. 

Ligero, sin llegar al empalago. Para conseguir esa atmósfera delicada haz uso del blanco, la madera, los tonos pastel y salpica la estancia con plantas y flores. Al fondo, la chimenea decorativa y la leña esperan pacientes a que les llegue su momento. 

Este salón tiene un aire clásico que no resulta nada pesado porque los muebles son ligeros y el color azul pone su granito de arena en eso de añadir frescura. 

¿Tienes sofás con tapicería oscura? Pon color en los cojines y coloca un plaid sobre el asiento. Son trucos para "aclarar" el conjunto. 

Indistintamente de las vistas que tengas desde tu ventana y de las dimensiones de esta, procura mantener los cristales súper limpios, tanto que parezcan inexistentes, como los de la imagen. ¡No te olvides de limpiar el marco y el alféizar! 

¿Vives en una casa unifamiliar y tu salón da justo al jardín? Prolóngalo hacia el exterior y crea un porche techado que te permita disfrutar de jornadas al aire libre. Y cuando el tiempo no acompañe —en primavera llueve más que en invierno— ¡No problem! Abre las puertas del salón interior y deja que el jardín entre en casa.

En este bonito salón prima la sencillez tanto en el mobiliario elegido para decorarlo como en los acabados. El color que aportan los cojines alegra el ambiente. 

Porque está actualizado y, aunque rústico, no resulta nada pesado. Este salón tiene una clave de la que debes tomar nota: poner una alfombra colorida es un acierto para redecorar por primavera. 

Si te fijas en la decoración de este salón, el blanco predomina. Sobre él, solo algún tejido que aporta color. Nos gusta la sencillez y luminosidad que tiene. 

Si tu salón comedor da a un maravilloso jardín y, además, desde este se divisa a lo lejos el mar, no te lo pienses dos veces: sácalo al exterior y crea un porche ideal con sofás de fibra y mesitas de centro donde puedas leer, charlar o relajarte mientras te tomas el aperitivo... Y la comida, porque no habrá quién te mueva de allí.