La distribución más ingeniosa: 15 FOTOS e ideas de cocinas en forma de L para inspirar tu próxima reforma

Las cocinas blancas nos encantan en El Mueble. En esta, en forma de L, la interiorista Natalia Zubizarreta ha combinado frentes de armarios con molduras en los muebles altos y lisos en los bajos. El salpicadero y las baldas, ambos de madera, le dan calidez.

Una de las ventajas de una cocina con distribución en L es que deja bastante espacio libre. Puedes aprovecharlo para instalar una mesa con sillas, bien en el centro de la estancia -si esta es amplia- o junto a la pared que queda libre de muebles. Esto último es lo que ha hecho Bárbara Serra en esta cocina blanca de líneas puras: crear un coqueto office personalizando su pared con un papel pintado geométrico.

Si el espacio lo permite, la distribución en L invita a colocar una isla en el centro. Así, se aumenta la capacidad de almacenaje y la superficie de trabajo. En esta de la imagen, la isla hace además de barra de desayunos y mini librería. En el lado más largo de la cocina se ubicó la zona de cocción y electrodomésticos y en el más corto, el fregadero junto a las ventanas.

Una cocina pequeña no tiene por qué renunciar al estilo. ¡Toma nota de nuestros consejos!

La madera cada vez está más presente en nuestras casas, y en la cocina también. ¡Y no solo en encimeras! Lucía Belio y Pablo Cascallana han introducido una madera oscura con vetas en esta cocina en L. ¿Dónde? En los muebles bajos y en la columna de hornos. Para no restarle luminosidad, han elegido el blanco para los módulos altos, los zócalos, la isla y la encimera. 

La distribución en L permite alejar la zona de cocción y el fregadero, disponiéndolos cada uno en un lado. En esta cocina en L con armarios blancos y tiradores finos, la interiorista Estela López así lo ha hecho. Los azulejos en blanco en el salpicadero y el módulo superior acristalado le dan amplitud y luminosidad.

Una idea para las cocinas en forma de L es la que sugiere Dorotea Studio: prolongar la originaria cocina en línea con una península y ganar así una barra de desayunos. Han empleado un laminado en blanco con frentes con molduras y tiradores vintage en concha. ¡Un toque rústico chic!

Las interioristas de Deulonder lograron en esta cocina en L rizar el rizo. No sólo dispusieron en ella una isla en el centro sino que semicerraron uno de sus lados con un medio tabique. Provisto de armarios, lo remataron con una mini península. Lo suficientemente grande para que desde el comedor, frente a ella, no se viera la cocina. ¡Muy buena idea!

Las cocinas con color llevan un tiempo reclamando su sitio y compitiendo con las blancas. Esta cocina amplia en L se amuebló en un gris antracita con encimera blanca y madera clara en la isla. Si decides poner color en tu cocina, procura elegir los revestimientos en tonos neutros para equilibrar y evitar que quede demasiado oscura.

Las cocinas blancas y modernas también se apuntan a la distribución en L. Esta, proyectada por Paula Duarte, cuenta con la zona de cocción a un lado y el espacio de almacenamiento hasta el techo y los electrodomésticos, al otro. En la isla central se ha dispuesto el fregadero y la barra de desayunos. ¡Muy completa!

Otra de las ventajas de la distribución en L es que se adapta a cualquier tamaño de cocina, ya sea grande o pequeña. Prueba de ello es esta de dimensiones ínfimas, hecha a medida y abierta al salón. En blanco y madera cuenta con zona de almacenamiento superior, electrodomésticos panelados en los armarios de abajo y office. ¡Y con suficiente espacio libre para moverse!

Las cocinas azules y verdes son tendencia este otoño. Gabriela Conde equipó esta, en forma de L, con madera alistonada en un color verde empolvado, fresco y atemporal. La zona de cocción y el fregadero se dispusieron en el lado más largo mientras que el más corto se dejó como superficie de trabajo. Un aire muy campestre que tiene su contrapunto contemporáneo con la encimera de acero y los tiradores negros.

Aunque lo óptimo es colocar el fregadero en un lado de la L y la zona de cocción a otro, hay interioristas que prefieren unificar ambas en un mismo área y reservar el ala más corta para almacenaje. Anna Vendrell fue lo que hizo en esta cocina blanca con tiradores negros y estilizados. En una columna dispuso los hornos y los armarios de suelo a techo para aprovechar bien el espacio.

Las cocinas abiertas al salón necesitan integrarse al máximo al espacio. Y esta amplia, en forma de L, lo ha conseguido. ¿Te has fijado en las butacas y las lámparas? Para ello, la interiorista Synne Brendmoe ha elegido mobiliario en madera oscura de poro abierto, súper natural, y encimera e isla blancas. La zona más larga incluye el fregadero, la zona de cocción y almacenamiento mientras que en la corta, junto a la ventana, ha dispuesto una superficie de trabajo con vistas al jardín.

Si tu cocina en L es pequeña y no quieres saturarla de armarios altos, aquí tienes la mejor opción: disponer unas baldas de madera que le darán ligereza y calidez. En ellas puedes colocar la vajilla de diario para tenerla a mano. En esta de la imagen, Gabriela Conde ha pintado los muebles en un gris suave con discretos pomos negros en armarios y cajones. 

Con el fregadero y la zona de cocción en un mismo lado, esta cocina rústica se caracteriza por su amplia superficie de trabajo y sus dos encimeras, una de piedra y otra de madera. El mobiliario de madera lo trajeron a medida desde Inglaterra.