30 ideas de salones con terraza espectaculares que vas a querer copiar

Este salón no será muy grande, pero con unas vistas como estas, ¡quién los necesita! Con la playa de la Concha de San Sebastián a sus pies, nada en este salón entorpece ni la luz ni la panorámica. 

Un sofá y una butaca son suficientes para disfrutar al máximo de la terraza de este piso pequeño con espectaculares vistas sobre el Cantábrico. La barandilla de cristal protege sin ser un obstáculo visual.

Este salón supo aprovechar al máximo sus espectaculares vistas, empezando por la proyección del espacio, con un gran ventanal de pared a pared y de suelo a techo que abre totalmente el salón a sus vistas. 

Este piso señorial posee un salón que se nutre de la luz del patio y su idílica estampa contagia el estar, que parece estar rodeado de verde. La propiedad de la arquitecta y bloguera moda Eli G tiene un carácter urbano. 

Aunque no lo parezca, este salón es la mínima expresión, ya que forma parte de un piso de apenas 40 m². Pero su terraza, da mucho juego, puesto que durante los meses de verano, la vida prácticamente se traslada al exterior. 

El techo de cañizo fijo protege del sol esta terraza a la vez que permite el paso de la claridad y garantiza una buena ventilación. Además, cuenta con una zona abierta para disfrutar al máximo del sol durante los meses más fríos. Los estores que completan este exterior permiten regular la luz y el grado de intimidad.  

La distribución de este amplio salón que integra la cocina y el comedor se ha articulado alrededor de sus grandes ventanales y de su terraza, que amplía el salón y la zona de día hacia el exterior. 

Con unas vistas despejadas al mar, este salón se ha planificado para vivir el verano a tope: telas frescas, colores claros y luminosos y una decoración liviana y discreta que cede el protagonismo a su exterior. 

Con una terraza como esta, los arquitectos Ana Blanco y Fran Mengíbar no dudaron en organizar el salón de este piso mirando al exterior, para darle todo el protagonismo. Incluso la decoración del salón, con un total look en blanco, parece no querer competir con la terraza.

Los metros de esta terraza se han aprovechado al máximo organizando el espacio en una completa zona de estar, con dos sofás en "L"; y una zona de solarium, para tomar el sol relajadamente. El cerramiento de madera da intimidad y, a la vez, da un extra de calidez a este espacio.

Y es que esta terraza parece estar, literalmente, flotando sobre el mar. Y el mérito recae en la minimalista barandilla, de cristal y sin perfilería, que es invisible y funde la terraza con sus vistas impresionantes del mar.

La cercanía del mar ha contagiado la decoración de este salón, que se ha decorado con los colores del mar, azul y blanco, y de la arena de la playa. El conjunto es refrescante, veraniego y, a la vez, acogedor.

No por ser pequeñita esta terraza es menos útil. Para sacarle el máximo partido, se ha vestido con plantas y flores que colorean el salón y regalan unas preciosas vistas desde el estar.

En esta pequeña terraza no se ha querido renunciar a un rincón de estar, equipado con un cómodo sofá de ratán, ni a las plantas, que crean un mini jardín urbano con plantas de exterior que llenan de frescor, vida y color este espacio. 

Este salón con comedor se abre a su terraza que, a su vez, comunica con un parque, lo que da la sensación de estar en plena naturaleza a pesar de estar en la ciudad. 

Esta terraza parece haberse contagiado del sabor campestre del parque próximo. Desde la elección del mobiliario, de madera y con un aire rústico (como la mesa de centro); hasta las plantas, con cipreses que llenan de verde la terraza. 

Viendo este patio cuesta creer que estemos en el corazón de la ciudad de Barcelona. Aquí se aprovechó el espacio para habilitar una zona de estar pero dándole mucho protagonismo a la vegetación, que parece envolver el salón de verano y lo traslada a plena naturaleza.

Salón, comedor y dormitorio comparten un único espacio en esta coqueta buhardilla tan acogedora como pequeñita. De hecho, la terraza a la que se accede desde el salón, ilumina también el dormitorio contiguo.

Es pequeña, pero suficiente para disfrutar de agradables tardes al sol y veladas en buena compañía a la luz de la luna. Al pintarse las paredes de un luminoso amarillo, el espacio es aún más acogedor.

Alargada y estrecha, esta terraza no se lo puso fácil a la arquitecta Mar Marcos a la hora de distribuirla. Para sacarle el máximo partido sin que ningún elemento obstaculizara el paso con el salón, Mar optó por crear en uno de los extremos un rincón multiusos con un banco a medida, que sirve de estar, de chill out o incluso para comidas informales.

En este apartamento de verano, la vida en verano se traslada al exterior, que se ha organizado con una gran mesa con sillas y un banco para poder acoger a más comensales.

La distribución de este salón comedor se ha concebido alrededor de su terraza que, en "L", crea dos ambientes diferenciados a pesar de compartir un amplio espacio común. 

Esta terraza se ha aprovechado al máximo creando dos zonas diferentes: un pequeño y agradable estar protegido del sol por un toldo, y un rincón de solarium, con una tumbona que puede integrarse en el estar a modo de asientos extras. 

Las palmeras próximas, la pared de la terraza revestida de madera a modo de cuadrícula y los muebles de bambú dan un look exótico a este salón de verano con vistas al mar.

Con esta idea trabajó la interiorista Fátima Vilaseca a la hora de reformar este piso. Por eso orientó toda la zona de día hacia su espectacular terraza, perfecta para disfrutarla durante todo el año. Las grandes ventanas, cuando están abiertas, convierten a la terraza en una extensión del salón... o al revés. 

Para sacarle el máximo partido a esta terraza era importante disfrutar, no solo de metros, que los tiene, sino también de intimidad. Para lograrlo, se optó por colocar una hilera de setos de manera perimetral en la terraza, regalando privacidad y, a la vez, unas vistas más agradables.

A pesar de ser pequeñito, este salón se beneficia de su terraza, que parece ampliar los m2 del estar. Y todo gracias a las paredes de cristal que, abiertas, integran ambos espacios en uno solo.  

Para lograr la terraza urbana de este piso, se revistió el suelo de césped artificial, que colorea este espacio y evoca un jardín pero con cero mantenimiento. Además, se instalaron unas cortinas correderas que permiten ganar total intimidad. Y para el mobiliario, se combinaron piezas más urbanas y modernas, como el sofá con estructura de aluminio, con otras más rústicas, como la butaca o el puf de fibras.

Rústico pero ligero, fresco pero acogedor, a la vez. Así es este salón con acceso directo a la terraza, que se ha decorado como si de un mini jardín se tratara.

¿Y por qué no destinar la terraza a "jardín"? Esto es lo que han hecho en este caso, integrando la terraza, con un look muy natural, con su privilegiado entorno verde.