¿Tu casa está deprimida?

Para poder disfrutar en plenitud en tu casa, el orden y la limpieza son fundamentales. Si quieres detectar cuáles son sus puntos débiles, primero ordena y deshazte de lo que no necesitas. Verás con mayor claridad dónde tienes que actuar para que tu casa se vuelva a sentir un hogar.

¿Tienes en la cocina uno de esos terribles halógenos que se solían instalar antes? ¡Normal que tu casa esté deprimida! Es que no sabe si es una casa, un hospital o un almacén… Con esa luz tan azul... y tan fría. ¿Por qué no la cambias por unos plafones con una luz neutra? Imita la luz del sol y es mucho más acogedora. 

Cuando las compraste, eran lo más. “¡No va a entrar ni un poco de luz!”, pensaste. Pero ahora te das cuenta de que la habitación resulta sombría y oscura. Cámbialas por unas cortinas tipo visillo: son ligeras, decorativas y tamizan la luz. Mira cómo comprarlas a medida.

Las lámparas tienen muchísimo poder a nivel decorativo. Dan pistas sobre lo que te gusta, pero también cambian por completo el ambiente de cualquier estancia. Puede ser por exceso o por carencia lumínica. En cualquier caso, si tus lámparas están pasadas de moda y tu iluminación resulta poco acogedora, prueba a renovar las pantallas. 

Por mucho que pintas y cubres, esa condenada grieta de no deja de aparecer. ¡Inténtalo con papel pintado! Te ayudará a cubrir los desperfectos de tu pared para que luzca como nueva. Por muy poco, conseguirás un cambio de look muy personal. ¿No te convencemos? Aquí te damos alguna razón más. 

Reconócelo: te encantan las fotos de nuestros sofás. Tan cálidos, acogedores, que parece que te abrazan, ¿verdad? ¿Y quién dice que tu sofá no puede ofrecerte esa misma sensación? Mira estas combinaciones y vuelve a amar a tu sofá. 

¡Mira que son feos! Colores intensos y estampados que no hay por dónde coger. Si tu cocina y baño están anclados en el pasado, tienes varias soluciones. Revestimiento vinílico, mallas cerámicas o, incluso, pintura para azulejos. Cualquier opción vale para devolver tu casa al siglo XXI.

Entras por la puerta y, día tras día, ante tus ojos la misma estampa. ¿Sientes que tu casa no evoluciona? ¡Prueba a cambiar los muebles de sitio! Mirarás tu salón con ojos renovados y notarás el cambio más de lo que imaginas (y tu casa también). 

¿Sabes ese olor a madera vieja que hay en algunas casas? Pues aunque pienses que no puedes erradicarlo, ¡te equivocas! Plantas aromáticas, fragancias naturales, saquitos con lavanda o romero… Mira todas estas alternativas para elegir el aroma adecuado para devolver la coquetería a tu hogar.

¡Eso sí que es olor a casa de abuela! Hay muchas opciones naturales para cuidar tu ropa y evitar que se apolillen. La mejor, una bolsita con lavanda en cajones y armarios. Pero también la pimienta negra o las cáscaras (secas) de limón y naranja son una opción. ¡Y huelen muchísimo mejor! 

Te levantas de la cama y, al poner un pie en el suelo, solo quieres salir corriendo –o volver a meterte rápidamente otra vez–. ¡Es helador el tacto de la baldosa con la piel! ¿Solución? Alfombras, alfombras y más alfombras. De iglú a palacio sacado de “Las mil y una noches”.  

¿Por qué no te reconcilias con tu terraza de una vez por todas? Sabemos que da pereza enfrentarse a los trastos que tienes acumulados. ¡Destiérrala! Un banco, una butaca de mimbre, una coqueta mesa y alguna que otra planta son la mejor ofrenda de paz para que tu casa vuelva a sentirse guapa –por dentro y por fuera–.  

Esquinas, bordes y aristas. Tu casa es una trampa mortal –al menos para tus piernas–. Y si es pequeña aún más. ¡Pásate a lo curvy! Además, las mesas y puffs redondos dan mayor sensación de dinamismo y ocupan menos.   

Son sinónimo de alegría, frescura y vida. Pero es que, además, aportan un aroma natural muy especial y un toque de color. Devuelve la vitalidad a tu hogar incluyendo algún jarrón con flores naturales. En el dormitorio, en la mesita de noche, pero también en el comedor o en la mesa de centro del salón. ¡No hay límite! Y, si no te lo crees, mira todas estas ideas. 

La clave está en el equilibrio. El ying y el yang. Si sientes que tu casa bien podría ser la de cualquier otra persona, tal vez necesita un poco de personalización. Pero, si al entrar no sabes dónde posar la mirada y solo hay adornos, cuadros y mil y una cosas, intenta reducir todos esos estímulos. 

Las fibras naturales como el yute, el mimbre, el sisal o el cáñamo tienen el poder de añadir calidez y confort a una habitación. Si tu casa te resulta aséptica, fría o, incluso, impersonal, añade una alfombra o un puff como los de la foto. ¡Verás cómo va subiendo la temperatura!