¿Sabías que el taburete es el antecesor de casi cualquier forma de asiento conocida? Añadiéndole un respaldo se convertía y con unos brazos, además, en una butaca. Y lo estirábamos, en los taburetes altos de cocina tan habituales hoy en día.
El taburete, en su formato bajo o en el alto, es un mueble universal que se puede encontrar en todas las partes del planeta, en diversas culturas y en todas las épocas históricas. Desde piezas ornamentadas y elaboradas con materiales nobles hasta los diseños más humildes.
Se trata de piezas muy versátiles que, originariamente, no solían tener un lugar fijo, sino que se trasladaban dónde eran necesarios: como asiento extra, repisa o incluso de mini escalera. De hecho, hay una relación muy especial entre este mueble y los oficios más antiguos, como carpintero, tapicero o ebanista, porque permite levantarse y moverse con facilidad, y además sentarse para estar a mejor altura para realizar ciertas tareas.
Hoy en día, con la recuperación de la cocina como epicentro de la vida familiar y la proliferación de las barras altas, se han consolidado como un mueble indispensable más de muchos hogares. De ahí la enorme variedad de diseños y propuestas: con o sin respaldo, regulables en altura, giratorios, tapizados...
Es importante que al elegirlos valores realmente tus necesidades antes de dejarte deslumbrar por el diseño. ¿Vas a usarlo de manera puntual o a diario para las comidas? Entonces quizás valdrá la pena elegir un diseño con respaldo, te recogerá mejor la espalda y estarás más cómodo. ¿Tienes niños pequeños? Olvídate de los tapizados, a no ser que sean desenfundables, y valora elegir uno con el asiento regulable en altura, así podrá adaptarse mejor a sus necesidades.
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