Cristina y Carlos son propietarios de un piso de tan solo 39 m2 en Cabrils (Barcelona). Una casa de reducidas dimensiones en la que habían pasado por alto todas las posibilidades que podían ofrecer cada uno de sus espacios. No obstante, se dieron cuenta de lo valiosa que era su vivienda cuando se pusieron en contacto con Montse Morales, del estudio Directora Creativa. Junto a la interiorista, descubrieron que era posible tener el hogar de sus sueños concentrado en sus pocos metros cuadrados. Y es que, la historia de este reflexivo, sensato y bonito diseño está basada en la funcionalidad, en la luz, en la necesidad, en el espacio visual y en el orden.
"Quedamos encantados y sorprendidos con el proyecto que nos presentó, realmente fue muy emocionante", dicen los clientes. La reforma ha tenido como principal objetivo que pasar a ser una casa pensada para compartir momentos en familia y amigos, pero a su vez poder disfrutar de minutos individuales. La clave para conseguir esa calidez, funcionalidad y claridad, son los toques sutiles de color y una rica mezcla de texturas escogidas con delicadeza.
