Nuestra vida pasa por distintas etapas, y quizás la jubilación, es ese nuevo comienzo (¿por qué no llamarlo así?) donde nuestro hogar cobra más protagonismo que nunca. Después de años laborales intensos, llega el momento de disfrutar del tiempo libre, del descanso y de una vida más serena. Y en esa transición, el espacio en el que vivimos adquiere un papel fundamental, porque debe acompañarnos, adaptarse a nuestras nuevas necesidades y, sobre todo, facilitarnos el día a día sin renunciar al confort ni al estilo.

En este momento, ya no nos importa tener más, sino que estamos centrados en vivir mejor. Las prioridades se redefinen. Buscamos comodidad, seguridad, funcionalidad y también conexión emocional con nuestro entorno. Para entender mejor qué debe tener una casa ideal en el momento de la jubilación, hablamos con la interiorista Cristina Arnedo, quien nos explica sus reflexiones y consejos para saber crear un hogar que nos acompañe. Una casa donde cada detalle esté pensado para hacernos la vida más fácil y placentera, donde cada estancia tenga sentido. 

 

 

PREGUNTA: Cuando pensamos en la casa ideal para la etapa de la jubilación, ¿cuáles son, para ti, las prioridades que deberían guiar su diseño?

Es básico adaptar el espacio y el diseño a unas nuevas necesidades que nos van sobreviniendo con la edad. La ergonomía es más importante que nunca, ya que buscamos que cada elemento del hogar nos ayude, no que nos complique. Hay que compatibilizar todo ello con la comodidad y con un ambiente relajado que invite al disfrute del hogar. También es importante pensar en la practicidad: materiales fáciles de mantener, zonas de paso amplias, mobiliario funcional y accesible. La casa debe ser un refugio, pero también un espacio eficiente, donde moverse sea fácil y seguro.

Salón abierto cocina y comedor de madera rústico y paredes piedra
Foto: Montse Capdevila Interiorismo: Cristina Arnedo

P: ¿Qué estancias o rincones crees que cobran más importancia en esta etapa de la vida? ¿Se revalorizan espacios como la cocina, la terraza o los lugares de lectura?

Sin duda, estancias como las terrazas, los rincones de estar o los espacios de lectura cobran muchísimo valor. En esta etapa se pasa más tiempo en casa y se disfruta de los pequeños momentos: una lectura con buena luz natural, una siesta junto a una ventana, una comida lenta en una terraza soleada. Por eso, en estos espacios cuidamos especialmente la iluminación, tanto natural como artificial, y pensamos mucho en la comodidad: butacas bien elegidas, mesas auxiliares a mano, tejidos agradables. Creamos rincones donde apetezca quedarse.

Un salón cómodo

Un salón cómodo con zonas de paso de más de 70 cm y tapicería en falso liso, que aporta resistencia.

El Mueble

 

P: ¿Cómo debería adaptarse la distribución de la casa a medida que envejecemos? ¿Es mejor optar por viviendas en una sola planta, eliminar barreras...?

La distribución de la casa siempre es importante, pero a medida que envejecemos se vuelve fundamental, porque va directamente ligada a la funcionalidad. Cuando somos jóvenes, muchas veces no reparamos en ello, pero con el tiempo, los desniveles - escalones, alfombras gruesas, tapajuntas - se convierten en obstáculos reales para el confort y la seguridad. Los espacios estrechos también resultan incómodos y poco prácticos. Por eso, si se puede, es recomendable optar por viviendas en una sola planta, o al menos con una planta principal totalmente accesible.

También hay que tener en cuenta el mantenimiento: evitamos rincones de difícil acceso, muebles innecesarios o pesados y priorizamos superficies que se limpien fácilmente. La elección del pavimento es esencial: hay que evitar los materiales muy lisos o resbaladizos. Y si hay una estancia crítica en esta etapa, es sin duda el cuarto de baño. Aquí hay que poner especial atención en la seguridad: superficies antideslizantes, barras de apoyo, duchas a ras de suelo, y un diseño que permita moverse con comodidad.

Un salón abierto muy luminoso
El Mueble

P: A veces pensamos que adaptarse significa renunciar al diseño o al estilo. ¿Cómo podemos tener una casa cómoda y segura sin perder ese toque personal y estético?

No hay por qué renunciar al diseño. Todo lo contrario, se trata de encontrar una estética que nos represente, que nos haga sentir bien, pero que también funcione para nuestro estilo de vida. El toque personal y estético lo conseguimos a través de la paleta de colores, las texturas, la iluminación y, sobre todo, mediante esos objetos decorativos que cuentan nuestra historia: fotos, cuadros, recuerdos, libros. La clave está en equilibrar lo práctico y lo emocional. Podemos tener una casa cálida, acogedora y segura sin que pierda personalidad. De hecho, muchas veces, cuando reducimos lo superfluo y nos quedamos con lo esencial, el espacio gana en autenticidad.

 

P: ¿Qué errores son frecuentes cuando las personas reforman su casa para la jubilación? ¿Qué solemos pasar por alto?

Uno de los errores más comunes es no pensar en la iluminación con suficiente detalle. No solo en cantidad, sino en calidad y versatilidad. Una buena iluminación que se adapte a cada momento del día es clave para el confort, pero también para la seguridad. También se suele olvidar la ubicación de los interruptores, enchufes y demás mecanismos: deben estar a una altura cómoda y de fácil acceso, especialmente si en algún momento se reduce la movilidad. 

Cuidaría la iluminación del lugar
El Mueble

P: ¿Qué materiales, colores o tipos de mobiliario recomendarías para crear un hogar funcional, cálido y agradable en esta etapa?

Recomiendo utilizar materiales naturales, suaves al tacto, y colores tranquilos, que transmitan serenidad: arenas, beiges, verdes suaves, blancos cálidos. Aunque no está de más incorporar algún elemento con color más vivo - como cojines, lámparas o tapicerías - para animar el ambiente. El color tiene una incidencia directa sobre nuestro estado de ánimo, y también puede aportar dinamismo al espacio. En cuanto al mobiliario, debe ser estable, con formas redondeadas, sin aristas pronunciadas, y de una altura adecuada para sentarse y levantarse con facilidad. Priorizar la calidad frente a la cantidad y elegir piezas que realmente se usen.

 

P: ¿Qué consejos darías a quienes todavía no están cerca de la jubilación, pero quieren ir preparando su casa para vivir en ella a largo plazo?

Mi consejo es que, cada vez que hagan un cambio, aunque sea pequeño, piensen a largo plazo. Apostar por elementos atemporales, duraderos y seguros. No hay que esperar a tener una necesidad para hacer una mejora: si puedes evitar barreras, elige materiales fáciles de mantener o diseñar espacios más cómodos desde, ya, mejor. Así, cuando llegue el momento, la casa ya estará lista para acompañarte. También es importante pensar en la flexibilidad: muebles que se puedan adaptar, estancias polivalentes, soluciones que permitan pequeñas modificaciones sin necesidad de hacer una gran reforma. Porque lo importante es que la casa evolucione contigo.  

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