Los 10 mandamientos para un salón perfecto y bien decorado

El primer mandamiento de esta lista que pretende ser la guía para lograr un una decoración perfecta para el salón, está relacionado con el equilibrio. Concretamente, entre tendencia y "aquello que no falla". En el salón, debes incorporar las tendencias, pero solo las que vayan contigo y tu estilo y en la dosis adecuada para que la decoración del ambiente sobreviva al paso del tiempo con decencia. 

Neutros en blanco, beis o gris son la base perfecta sobre la que componer un salón ideal y bien decorado. "Amarás la luz sobre todas las cosas", podría 'rezar' este segundo mandamiento. Una estancia con sensación de luminosidad es más relajante y agradable, aporta confort y sosiego. Así que haz que suelos, techos y paredes sean la caja de la luz idónea para decorar. Truco: después de estos elementos, las piezas más grandes en colores suaves y naturales (por ejemplo, un sofá blanco).

Hay que decorar el salón perfecto desde "la base". Y esto pasa por escoger la distribución adecuada al espacio, al uso y al tamaño. También teniendo en cuenta la entrada de luz natural o cuáles son las paredes menos ruidosas. El objetivo es buscar la sensación de amplitud (sin muebles que entorpezcan las zonas de paso) y que la colocación de los muebles resulte ordenada. Esa distribución también estará condicionada en tu salón perfecto por el uso: ¿Ves más la televisión? ¿Eres de leer? ¿Te gusta reunirte alrededor de la mesa de centro?

Añade este mandamiento a nuestra lista para lograr un salón perfecto y bien decorado: los muebles adaptados al espacio en número y tamaño. Si quieres una butaca, pero no cabe; no se pone. Por mucho que te guste. O eliges un sofá pequeño de dos plazas para dejar espacio a la butaca. Se trata de que el tamaño de los muebles y las piezas que decoren el salón estén escogidas para ese espacio en concreto. Los salones más grandes se prestan a muebles de mayor tamaño, incluso más cantidad de elementos; que los salones pequeños. De nuevo, solo de esta manera el espacio tendrá equilibrio y orden.

Este detalle también hará que el salón tenga una decoración más personal. Hay muchas maneras de hacerlo: desde diseñar una gran librería repleta de libros en una de las paredes del salón; a dejar el ladrillo original de la construcción visto; crear una composición de láminas y cuadros como en un museo; recurrir a las molduras y un espectacular papel pintado de fondo… Enriquece alguna pared.

Hacer de tu salón un espacio que se nutra del exterior, de su luz, vistas y sensación de apertura. Sobre todo cuando las vistas merecen la pena o hay una terraza en conexión con el salón. Crea ambientes que se alimenten. Terraza, jardín o patio hace que el salón parezca más amplio y que su vida se prolongue "fuera". Desdibuja las fronteras con cerramientos que conecten con una apertura total, con cortinas que dejen paso a las vistas, con muebles que entren y salgan…

Para un salón bien decorado no puede faltar la iluminación adecuada, la que crea ambiente y una atmósfera que convierte el salón en ese espacio donde el tiempo se detiene cuando desaparece la luz natural. Las lámparas nunca sobran. De pie, de suelo, de sobremesa, apliques, candilejas en el techo… Abre tu mente para diseñar un proyecto adecuado de iluminación ambiental. 

Tiene mucha importancia cómo decores las ventanas. Porque de ello depende que el sonido se amortigüe y que los textiles aíslen. Pero también, el tipo de tejido y color condiciona la entrada de luz. Las ventanas tienen peso en la decoración general del salón. Han de resultar cómodas para usarlas y adecuadas al espacio, escogiendo caídas, visillos o estores según el tipo de apertura de la ventana (funcionalidad) y si hay elementos cerca (decoración).

¿Un concepto abstracto? Quizá sí, pero el orden se nota. El desorden es una de las principales causas de estrés. Y un salón perfecto es todo lo contrario a un espacio estresante. Así que hay que decorar conforme a la idea de la organización. Tanto con muebles que favorezcan guardar lo que necesitas, como con superficies despejadas, nada de abarrotar de objetos el espacio, de formas que puedan desorientar o perturbar.

Ese que da personalidad y autenticidad a la decoración del salón. Puede tratarse de un mueble, de un accesorio o de un rincón, como en este caso. Ese elemento diferenciador será el que ponga la guinda a tu salón  perfecto. Puede tratarse de una lámpara de pantalla maxi; un cuadro llamativo en un lugar preferente; una chimenea; un banco a medida delante del ventanal…