Un piso fresco y juvenil sin miedo al color y lleno de ideas de orden para copiar

“Una de las premisas de la reforma fue que les ayudara a ordenar. Que desde el principio supieran dónde colocar las llaves, el móvil o el correo”, nos cuenta la interiorista Bárbara Serra, de Bäse Interiorismo, artífice de este cálido proyecto en Barcelona. El sofá forma una L y esconde un secreto: “Conservamos todos los radiadores de hierro originales y, como utilizamos todas las paredes, al que quedaba en la trasera del sofá le hicimos una tapa registrable con sus hendiduras y una repisa encima”, explica la interiorista.

Y en el salón vemos el ejemplo perfecto de lo bien que queda cuando planificas tu casa nueva pensando en tus necesidades: la interiorista diseñó un mueble a medida en madera rechapada de roble con forma de L que bordea dos paredes del salón y el comedor, que suma más de 11 metros y que ha equipado con decorativas cestas que ayudan al orden.

¿Otro punto que llama la atención? El color. “La propietaria es andaluza y quería algo que le recordara al sur. Es una enamorada de los tonos tierra y de los materiales naturales y cálidos, por eso en todo el piso, sobre todo en el salón comedor, son los que mandan”, apostilla Bárbara.

En el comedor, que está integrado en el salón, apostaron por una pared en rojo pintada con pintura plástica y mate en el tono Pantone 484C que, junto a la enorme mesa de madera maciza y base de hierro hecha a medida por la interiorista, llena de personalidad el espacio.

Llegamos ahora a la cocina, donde el ingenio volvió a ponerse a prueba: hizo encaje de bolillos en un gran mueble que esconde la despensa, los armarios de ropa blanca y la lavadero, pero para los visitantes queda oculto por una pared con papel pintado tipo kilim que casi parece de tela.

También nos engañan las texturas en otros dos elementos. El suelo parece de madera pero es un parqué de Quick-Step que imita al roble; al igual que podría pasar por mármol el Dekton de la encimera de la cocina, del entrepaño y de la mesa del office.

Se nota el cariño puesto en cada detalle, ¿verdad? No en vano, nos cuenta la interiorista Bárbara Serra, "esta era la casa de los padres de mis mejores amigos de infancia. Ahora, uno de ellos la ha heredado y me ha encargado la reforma".

Desde la cocina accedemos a uno de los espacios más llenos de vida: la zona de niños. “Aprovechamos unas puertas de abedul con papel chino que había en la casa, aunque las pintamos de blanco y las pusimos de forma corredera”, explica Bárbara.

Este es el único cuarto que no tiene muebles diseñados a medida (pero sí un impresionante mural infantil, que es el modelo Jungle de Photowall). Según nos cuenta la interiorista, esto se decidió porque "hoy es para jugar, pero en el futuro puede ser un despacho o un nuevo dormitorio, ¡lo que se necesite!”.

Los padres tienen su propia zona: un gran dormitorio en suite que también está lleno de ideas. “Al reformar el techo descubrimos una bóveda tipo volta catalana que, por supuesto rescatamos”, apunta la interiorista, que apostó por el blanco en el entrevigado, donde colgó estratégicos puntos de luz. El cabecero está hecho por un artesano almeriense en marquetería de olmo, y en la pared un cálido verde –el tono exacto es el Gris Jungla de Valentine en acabado mate– crea un efecto muy envolvente.

También en esta habitación, Bárbara ha diseñado un mueble a medida clave. El aparador bajo la ventana tiene unos enormes cajones que son realidad unos grandes zapateros ordenados en vertical y que tienen mucha capacidad de almacenaje. A los pies de la cama, el mueble se convierte en un práctico despacho de teletrabajo con dos asientos. “Esta pieza hecha en formica lacada de gris, excepto el sobre –que es el mismo rechapado de roble del salón– en realidad es una U, porque, a continuación del escritorio, se convierte primero en una estantería con armarios bajos. Luego continúa creando un vestidor a medida e integrado en el dormitorio”, nos explica Bárbara.

El color del vestidor, por cierto, es el mismo blanco crema del microcemento del baño. Y en esta estancia, la interiorista volvió a usar la madera de roble para diseñar un armario muy zen bajo el lavabo, pensado para cumplir con la premisa principal: ayudar al orden. Esto es lo que llamamos una casa muy bien pensada.