Cuesta imaginar que esta casa, o más concretamente parte de ella, sea centenaria. De hecho, la historia que atesoran algunas de las piedras que aún se conservan en la fachada es medieval. Un legado que era básico conservar y restaurar. Algo que desde Lizarriturry Tuneu están habituados a hacer: “Hacemos una arquitectura tradicional, pero con las comodidades modernas. De hecho, muchos de los materiales usados en esta casa son recuperados”, explica el arquitecto Daniel Lizarriturry.
Uno de los retos a los que se enfrentaron fue la arquitectura de la propia casa: "Era una construcción muy oscura y con una distribución antigua. Nuestro objetivo fue darle la vuelta: llenarla de luz y descompartimentar los espacios para hacerlos más amplios y cómodos”, recuerda Daniel. Y además de oscura, era pequeña. Así que se amplió con una construcción anexa que está tan bien integrada con la antigua, ¡que ni se nota!

CASAS RÚSTICAS
En serio: esta casa encantadora era el patito feo del pueblo