Stephan y su familia buscaban una segunda residencia lejos de la ciudad, donde poder hacer mucha vida en el exterior y rodearse de naturaleza. Y esta casa cumplía con creces estos requisitos. Aunque era necesario meterle mucha mano. "Nuestro objetivo fue darle la vuelta, llenarla de luz y descompartimentar los espacios para hacerlos más amplios y cómodos”, recuerda Daniel Lizarriturry, decorador y arquitecto del estudio de arquitectura Lizarriturry Tuneu y artífice de la reforma. Y además de oscura, era pequeña. Así que se amplió con una construcción anexa que está tan bien integrada con la antigua, ¡que ni se nota! Entramos.