Pocas cosas podrían parecer menos glamurosas que una cesta llena de ropa sucia, ¿verdad? Pero para Pamela Anderson, el icono pop de los años 90 reconvertido en activista y amante de la vida tranquila, la colada se ha convertido en todo un ritual de bienestar. "Lavar la ropa es mi lugar feliz", afirma con serenidad en una reciente colaboración con la firma The Laundress, especializada en productos de limpieza sostenibles y de alta gama. Para ella, lejos de ser una tarea u obligación doméstica más, es un momento de autocuidado, "casi meditativo", dice.

En sus propias palabras, es una rutina en la que se mezcla una taza de café bien cargado - a veces incluso una copa de rosado - música suave en su tocadiscos y el perfume sutil de los detergentes, especialmente el que huele a rosas, su gran obsesión: "Simplemente, lo disfruto; hay que hacerlo, mejor que sea divertido", comenta. Lejos de esa imagen extravagante y llamativa que dominó su carrera durante décadas, la nueva Pamela - ahora con sus 57 años bien cumplidos y llevados - se presenta en este contexto como una amante de las cosas sencillas, el orden y la belleza doméstica. 

Lavar la ropa es vida, según Pamela Anderson

En un artículo para Homes & Gardens, la actriz confiesa que la colada siempre ha formado parte de su vida, incluso cuando sus hijos eran pequeños. "Siempre he tenido casas blancas y muchas mantas blancas, así que sí, ha sido toda una experiencia", explica. Pero el acto de lavar, tender, planchar o simplemente doblar con mimo sus prendas favoritas - entre ellas, delicados manteles individuales y piezas vintage - es ahora un gesto de reconexión personal. En su casa de la costa canadiense, cuelga la ropa al aire libre, cerca del mar. "Lavar la ropa es vida", confiesa. 

De esta forma, Pamela Anderson ha sabido transformar un momento funcional en toda una experiencia sensorial y emocional que la conecta directamente con su casa. Lo interesante es que su filosofía no se basa en la eficiencia, sino en el disfrute. No se trata de acabar cuanto antes, sino de alargar el momento, hacerlo suyo, encontrar en el día a día ese refugio donde el tiempo se ralentiza. La colada, como metáfora, se convierte así en un modo de cuidar no solo las prendas, sino también el propio bienestar. 

Los trucos de Pamela Anderson para hacer la colada (y que sea una tarea divertida y amable)

Cestos H&M para la colada en beis
H&M
  • Usar productos que te hagan feliz: Pamela elige detergentes de alta calidad con fragancias que le encantan. Apostar por aromas agradables, convierte una tarea rutinaria en una experiencia sensorial
  • Pon música y toma algo de beber: la actriz acompaña sus sesiones de lavandería con vinilos de Elvis o Nina Simone, y no duda en servirse una buena taza de café. Es su forma de celebrar tiempo consigo misma.
  • Tender la ropa al aire libre: siempre que puede, seca sus sábanas y prendas al aire libre. El entorno natural añade un plus de bienestar y transforma un simple acto de tender en una pausa reconfortante. 
  • Disfrutar el proceso sin prisas: para ella, la clave está en cambiar la actitud. No hay que ver la colada como una tarea pesada, sino como una pausa necesaria. "Simplemente, tienes que disfrutar de todo lo que haces", afirma. Con ese enfoque, cualquier rutina puede convertirse en placer. 

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