5 casas muy primaverales: frescas, alegres y en sintonía con la naturaleza

Esta casa rústica está en Toledo, pero entre Extremadura y Ávila, y cuenta con unas vistas espectaculares a la sierra de Gredos. Su vasta extensión de terreno permitió habilitar diferentes zonas de exterior para disfrutarlas en verano, aunque es en primavera, cuando el jardín rebrota, cuando está en su máximo esplendor. 

Además de la zona de comedor de exterior, que está bajo una pérgola y junto la barbacoa, se ha equipado un salón de verano en el porche, con un sofá rinconero a modo de chill out que da un look muy casual y relajado a este espacio arropado por la enredadera ampelopsis. 

Este salón se ha decorado para que, aún estando dentro, pareciera una extensión más de su precioso exterior. Así, la pared de la chimenea se ha revestido con la misma piedra empleada en el porche, y los grandes ventanales se abren diluyendo los límites in&out. Las plantas dan el toque fresco y nos recuerdan que, en esta casa, siempre parece primavera. 

Este piso tiene muchos puntos fuertes –sus más de 300 m², su hechura clásica, su decoración cálida y acogedora...–, pero su espectacular jardín vertical es, sin duda, el más llamativo y goloso. La estilista de El Mueble Sol van Dorssen sumó calidez y personalidad a la decoración con textiles alegres, que le restan sobriedad a la esencia clásica del piso, fibras naturales y madera. 

Lo hemos avanzado, el jardín vertical del que disfruta este piso es uno de sus elementos diferenciales. Y es que, gracias al gran mural verde que reviste una de las paredes de la terraza, ofrece color, frescura y oxígeno renovado a este piso. Para sacarle el máximo partido a este espacio, se ha planificado una pérgola bioclimática que, gracias a sus lamas orientables, puede abrirse para dejar pasar el sol o el aire, o cerrarse por completo. Además, se ha cerrado con cristales para mayor protección. 

Los altísimos techos y las puertas acristaladas en negro volvían más fría la vivienda y, para equilibrarlo y sumarle calidez, la estilista se alió con las piezas de madera y con las plantas, que hacen más acogedor este comedor y le dan un aire primaveral. Descubre el resto de espacios de este fantástico piso. 

Es probable que esta casa te suene... Sí, esta era la casa de Federica&Co, hasta que decidió mudarse en busca de nuevos horizontes y proyectos. ¡Pero nos encanta revisitarla! Uno de los espacios más especiales de esta casa de campo son sus amplios jardines, con sus rincones casi de cuento, como esta zona de lectura y relax bajo los naranjos. ¡Qué bucólico!

La cocina de esta casa es pura magia. El papel pintado de flores y la cuidadísima selección de mobiliario, que Federica hace personalmente, le dan un encanto y personalidad únicos. 

Este dormitorio es uno de nuestros preferidos. Despertarse o acostarse rodeado de flores, desde las paredes hasta el techo, es lo más parecido a estar en plena naturaleza. Romántico y envolvente, es tan especial como cada uno de los rincones de esta casa. 

Esta casa está rodeada de un generoso jardín y, cuando este llega a su fin... árboles y más árboles. No es de extrañar que, con tal conexión con la naturaleza, se haya respetado su look natural, con sus paredes alistonadas de madera, pero con un twist. La decoradora Marta Prats pintó la madera de pino en un luminoso y acogedor blanco cálido y, en el salón, retapizó los sofás con una vistosa y primaveral tela de flores. Incluso el invierno, aquí, parece menos frío. 

Cuesta creer que esta cocina fuera antes de la reforma una especie de almacén-trastero. Los muebles abiertos, con la vajilla a la vista, dan más sensación de campo. Y el office, pequeñito pero coqueto con su mesa redonda y sus sillas de respaldo alistionado, da un contrapunto más actual a una cocina de buscado sabor campestre. 

El porche es uno de los regalos de esta casa. Equipado con muebles de fibras, es confortable y muy versátil, ya que los pufs y los banquitos a modo de mesa de centro pueden convertirse, cuando se necesita, en asientos extras. Las vistas despejadas al mar, el jardín verde y el aroma de las flores crean una estampa que invita al relax. 

La propietaria de la casa en las afueras de Barcelona quería una casita de campo, y la decoradora Natalia Gomez Angelats le dio una casita de campiña británica con mucho color, personalidad y repleta de plantas. Y cuidó mucho la planificación del jardín, con un coqueto comedor de verano a la sombra de una gran magnolia. 

El uso del color es lo primera que llama la atención de este salón. Eso, y las plantas, que convierten este espacio en un vergel siempre en orden donde parece que siempre sea primavera. La decoradora pintó la pared del sofá de un personalísimo gris antracita, que parece mimetizarse con el sofá. La alfombra verde, que parece un prado verde de hierba, junto con las plantas, crean una atmósfera fresca y muy natural. 

La decoradora aprovechó la amplitud del salón para crear dos zonas de estar, delimitadas por el uso inteligente del color. "Cada una tiene una tapicería y un tono diferente, pero, cuando las ves unidas, crean un conjunto armonioso", explica. La trasera de las butacas, de motivos florales, da un aire primaveral en sintonía con el derroche de plantas que visten el salón y la zona de trabajo. Descubre la casa al completo, ¡te sorprenderá!