1. Un espectacular mirador en Jávea Encaramada en una colina, esta casa disfruta de unas vistas de postal. No solo de la alicantina isla del Portichol, sino también de Ibiza, que se vislumbra en los días despejados. Pero esta casa no tiene nada que ver con lo que era antes de que el decorador Pedro González la transformara por completo. Empezando por la piscina, que estaba de origen, ¡oculta tras la casa! La nueva ubicación permite disfrutar de estas bonitas vistas. La toalla azul con ribete negro es de Catalina House. Un salón con espíritu de beach house Fue el look que quiso darle el decorador a este salón de altura –¡mide más de 5 metros!–. Y para lograrlo revistió toda la pared con lamas de madera: "Muchas recicladas y retorcidas porque buscábamos ese look natural, que no se viera prefabricado. Y le dimos solo una capa de pintura así se ve la veta de la madera. Es un look como de beach house". ¡Y nos encanta! Sofá de Masabo. Dormir con los pies sobre el mar O casi. Y es que los amaneceres en este dormitorio son un verdadero espectáculo. La clave ha sido la pared de cristal a pie de cama. Con la nueva distribución del dormitorio, la cama sirve de separación de la zona de vestidor y del baño. ¿Quieres verlos? Funda nórdica rosa, plaid acolchado mostaza y cojines a juego de Filocolore. 2. Una casa de vacaciones en la Menorca más rural Esta casa, en la Menorca más rural, ofrece a sus propietarios, una pareja de británicos, la escapada soñada. Rodeada de naturaleza y con el mar siempre en el horizonte, los diferentes espacios exteriores se han organizado para hacer mucha vida al aire libre. Así, se destinó el gran comedor de verano bajo la pérgola, que en blanco y con techo de cañizo, deja pasar la brisa. La mesa y los bancos de piedra están hechos medida. Mantel de Filocolore. Sillas, de Aquitania. Cuando las vistas al mar decoran por sí solas "Los dueños querían que el entorno fuera el protagonista, que nada eclipsara las vistas. Por eso apostamos por un estilo muy sobrio y con mucho blanco", explica Miquel Gomila, del equipo de Aquitania, responsables del proyecto de interiorismo. Los sofás y la butaca son de B&B. La mesa de centro es de teca recuperada, un diseño de Aquitania. Un dormitorio muy sereno con una terraza privada Blanco, toques de azul turquesa –un guiño a ese omnipresente mar– y una cama con dosel que llena por sí sola el espacio definen la decoración de este dormitorio, que cuenta con una terraza privada con unas vistas preciosas. Para aprovecharla durante todo el día, se cubrió con un techo de cañizo, también en blanco. ¿Quieres ver el resto de espacios de esta casa de veraneo ? Cama con dosel de Aquitania. 3. Una casa blanquita en la Costa Brava abierta al mar Todo en esta casa parece estar conectado con el mar, protagonista de los espacios exteriores y de los interiores. Aunque, antes de que la interiorista Blanca Tey y el arquitecto José Luis Bonet le metieran mano no era así. De hecho, aunque parezca un sacrilegio, el banco del porche daba, literalmente, la espalda al mar. Se tuvo que desmontar para darle la vuelta y convertirse en este privilegiado mirador sobre la Costa Brava. Sofá y mesas de centro de La Bòbila. Cojines estampados de La Maison. Butacas de India&Pacífic. Cortinas de Ikea. Un salón con las mejores vistas Cuando cuentas con unas vistas así, ¡qué menos que potenciarlas! La decoradora tiñó los interiores de blanco, y eligió pocas piezas de mobiliario pero fresquitas y con encanto, como los sofás blancos, las butacas de fibras o los puffs. Así, ¡nada las eclipsa! Mesa de centro, a medida. Butacas, de La Bòbila. Un dormitorio vestido con fibras y linos Las palabras sobran para definir este dormitorio, con espectaculares vistas al pueblo de Llafranc. La decoradora se ha aliado con los textiles naturales, con mucha presencia de linos, y las fibras para vestir este dormitorio. Dos piezas con mucho encanto, como la butaca y la cómoda, completan una estudiada puesta en escena. ¿Quieres ver cómo es el resto de esta casa mediterránea ? Cómoda francesa de un anticuario de L'Isle sur La Sorgue. Butaca de Crearte, en La Bòbila Atellier. 4. Con las mejores vistas de la bahía Solo por la terraza, que es un mirador a una de las bahías más bonitas de la Costa Brava, merecía la pena apostar por este apartamento. Aunque fuera necesario reformarlo de arriba a abajo y redistribuir los espacios para que fueran cómodos para una familia numerosa. Mesa de Sistema Midi de MB y sillas, en Idees Disseny. Mantel de La Maison, vajilla verde de Carolina Blue. Un salón muy estiloso con una pared de palillería con truco La decoradora Mireia Torruella, de Julia Brunet Interiorisme, fue la encargada de transformar un apartamento demodé en este piso estiloso para disfrutarlo todo el año. De ahí la chimenea, que no es meramente decorativa, ya que las tardes de invierno ayuda a caldear el ambiente. Como tampoco es un recurso solo decorativo la pared de palillería del salón. Sofá de Gervasoni y mesas de centro, en Coco-Mat. Lámpara de pie de Santa & Cole, en Idees Disseny. Un dormitorio con un original panel acristalado Original y práctico, como todas las soluciones magistrales que esconde este apartamento. Para aprovechar al máximo el espacio del dormitorio la decoradora eliminó el tabique del baño y lo reemplazó por este panel acristalado de aire retro que consta de dos hojas móviles y una fija, que es donde está la ducha. Así, no solo se han ganado metros sino que se ha llevado luz natural al baño. ¿Quieres ver el resto de soluciones de este apartamento de verano ? Panel acristalado de aluminio, diseño de Júlia Brunet Interiorisme y realizado por Sistema Midi de MB. 5. Una casa de campo en Ibiza a un paso del mar La esencia del mediterráneo queda resumida en esta imagen: el mar en el horizonte, una frondosa buganvilla que colorea unas paredes encaladas en blanco, muebles de fibras y un porche para disfrutar del dolce far niente. Y es que esta casa está en la Ibiza más silvestre, abrazada por la naturaleza y a un paso de las playas de aguas de color turquesa. Un salón relajado que mira al mar Con la reforma el salón se subió a la planta superior, para disfrutar, así de las mejores vistas. Y se organizó diáfano y con grandes aberturas a las diferentes zonas de exterior. En verano –porque esta segunda residencia también se vive en invierno– los límites dentro y fuera, simplemente, desaparecen. Sofá de obra y mesa de centro de Mercantic. Un salón de verano a la fresca Los nuevos propietarios de esta antigua casa payés totalmente rehabilitada tenían claro que, con unas vistas de postal como estas, era un imprescindible aprovecharlas. Por eso la casa cuenta con múltiples zonas de exterior. A este estar de verano se accede desde el salón y gracias a su pérgola puede disfrutarse, incluso, en los días de canícula veraniega. Sofás, butacas y lámparas de Miv Interiores. 6. Un apartamento en Mallorca blanco y azul como el mar Este apartamento tan luminoso y actual era hasta que llegó la interiorista Catalina Socias una antigua casita de pescadoras abandonada a su suerte. "Decidimos que fuera toda blanca, luminosa, marinera , muy mediterránea... Me inspiré en la isla de Cabrera, un parque natural de las Baleares al que solo se llega en barco. Allí hay una cantina de pescadores, muy sencilla, de siempre, y quise reflejar ese ambiente”, explica la decoradora. La alfombra, los pufs de fibras, la bandeja cesto en la mesa y los jarrones son de Catalina Socias. Una cocina muy playera La cocina se integró en la zona de día y se apostó, también, por el blanco y la madera. De hecho, queda tan integrada en la zona de día que casi ni la ves. "Pusimos todo blanco y empotrado, con una barra de desayunos, y para cocinar es muy cómoda. La pared forrada con lamas de madera reproduce esa idea de restaurante de playa", recuerda la decoradora. La cocina es de Birgit Müller. La encimera es de piedra de Binissalem. La vajilla es de Catalina Socias by Cassai. Dormir mirando al mar Con unas vistas tan espectaculares como las que disfruta este apartamento de verano, no es de extrañar que sea el mar quien mande en la distribución de los espacios de toda la casa. Incluso en el dormitorio: "La cama con dosel la puse por cambiar y no recurrir a la típica cama pegada a la pared. Tiene un aire colonial y natural, que invita al relax de vacaciones". Y para desdibujar los límites entre dentro y fuera, las ventanas son cristaleras que se pueden abrir y cerrar, ¡como en un porche! No te pierdas el housetour . La cama, el ventilador, la alfombra y las mesitas son de Catalina Socias by Cassai. También lo son las tumbonas exteriores. 7. Un mini apartamento boho en Formentera Se puede tener un apartamento de verano mini , y a la vez, un ¡tesoro! Este cuenta tan solo con 37 m 2 , pero está a solo cinco minutos de las playas más agrestes de Formentera. ¡Qué lujazo! Si la ubicación era increíble, el estado en el que se encontraba el apartamento dejaba mucho que desear. La decoradora Estela Gómez se encargó de transformarlo en el remanso de paz que es ahora. El porche, con este techo de cañizo que pintó en blanco para darle frescor y claridad, es un auténtico paraíso. Sillas Tolix, en Catalina House. Cubos de zinc de Atelier de Kentia. Decorado con pocas piezas y recicladas La decoradora quiso darle a este apartamento un look un poco hippy y boho, en sintonía con la isla. Optó por una base en blanco en paredes y suelos, que da ese aire fresquito y ligero, y vistió los pocos espacios –salón comedor, cocina y dormitorio en suite– con pocas piezas, fibras naturales y vegetales y muchas piezas recicladas. Un espacio diáfano zonificado por una original corredera Entre las piezas recuperadas por Estela encontramos la personalísima puerta corredera que separa el dormitorio de la zona de día. Donde la ves se trata, en realidad, de unas contraventanas que la decoradora ha decapado en blanco azulado y que dan un look muy personal a este espacio. No te pierdas el resto de soluciones de este mini apartamento de verano . Cabecero de esparto y alfombra en Catalina House. Colcha de flores francesa. 8. El renacer de un apartamento de los años 60 Este apartamento tenía una ubicación magnífica y muchos metros, más de 150, pero le faltaba luz y la distribución no funcionaba. Y es que de origen eran dos pisos que posteriormente se unieron, por lo que tenía muchas habitaciones y algunas de ellas sin luz. El equipo de Grup Escrivà Interiors derribó tabiques y creó una zona de día diáfana, con la cocina abierta, y para reforzar la sensación de unidad, se apostó por un suelo de cemento pulido para toda la casa. Cojines de rafia, de Calma House y los lisos, como la bandeja redonda y el pez, de India & Pacific. Cuadros, de Little House. Un comedor de verano con espectaculares vistas al mar La terraza también ganó con la reforma. Se pavimentó con una tarima de madera de ipé, que es cálida y muy resistente a la intemperie, y con la nueva distribución de la cocina abierta al salón, el comedor de verano tiene ahora acceso directo desde la cocina, lo que resulta mucho más cómodo para el día a día Una habitación infantil resuelta con mucho ingenio Ante un problema, ¡mucho ingenio! Y es que este cubo sobre el que está una de las dos camas oculta la escalera comunitaria. Con esta estructura pudieron aprovechar la parte superior para ganar una cama extra, a la que se accede a través de unos peldaños que sirven, a su vez, de mesilla. Y, en la línea del resto del apartamento , se revistió de cemento. Colchas, de Bekume. Remo, de Little House. Y revestimiento de cemento pulido, de Betonisart. 9. Un apartamento a primera línea de la playa En este apartamento el mar no solo se ve, sino que se saborea. Y es que está a primerísima línea de la playa, hasta el punto que desde la terraza parece que puedas tocar el mar con la punta de los dedos. Precisamente para nada entorpeciera las vistas, la barandilla de la terraza es de cristal y minimalista. Las tumbonas, la alfombra de fibras y los farolillos proceden de Cassai Un salón con una panorámica al Mediterráneo Parece un cuadro, pero para los propietarios de este apartamento de Mallorca es su día a día durante el verano. Y es que la pared de cristal del salón abre por completo el estar al exterior y al mar. "Es como una gran caja blanca libre de obstáculos. La pared del fondo no existe: es el agua y el cielo", explica Catalina Socias, encargada de la decoración de este apartamento. Butacas de fibras de Cassai. Un dormitorio en blanco que invita al descanso El blanco, como en el resto del apartamento, se impone en el dormitorio, que se ha decorado con lo básico pero con personalidad. Como el papel pintado que viste la pared del cabecero o el mismo cabecero, una estructura que incorpora cuatro prácticas hornacinas en los laterales para guardar. La ropa de cama, las lámparas de sobremesa y el espejo proceden de Cassai. 10. Un apartamento de verano decorado con un look muy marinero Este apartamento de verano reformado y decorado por Knowhaus sabe a verano. No solo porque tiene el mar a un paso, sino porque se ha decorado con una vocación claramente marinera. No solo en los colores –el infalible dúo blanco-azul–, sino también por los detalles, como las conchas y estrellas marinas o los adornos, como el pez de madera de la librería. Fundas de sofás, butacas y cojines, de Lexington. Alfombra y lámpara de sobremesa, de Sacum, y mesas nido, de Maisons du Monde. Un balconcito con lo básico y mucho encanto Este balcón es pequeñito, pero lo suficientemente amplio para que quepan dos confortables butacas para disfrutar de una comida en pareja al fresco. Y, en la línea del piso, se han elegido en azul. Un dormitorio muy náutico El dormitorio es donde el sabor marinero presente en todo el apartamento toma más fuerza. Desde la lámpara, cuyo pie es una baliza náutica, hasta el papel pintado de barcos, todo en este dormitorio nos recuerda que estamos en un apartamento para disfrute del verano. Papel pintado, de La Maison. Lámpara de sobremesa, de Pardo. Sábanas y cojines, de Lexington. Cesto, de Let's Pause. 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