Lo que todo ser humano ansía es la felicidad. No hay nadie sobre la faz de la Tierra que no quiera tener una vida feliz, alegre y plena. Todos queremos dejar las tristezas y las preocupaciones a un lado, aunque a veces todas estas vengan solas hacia nuestras vidas. Ante estas situaciones, nos debemos mantener fuertes y tener nuestros propios trucos para hacerles frente. 

Para lograr que  nuestro día a día sea más placentero y tengamos una inteligencia emocional bien serena, cabe tener en cuenta que las hormonas de la felicidad necesitan ser trabajadas. Esto quiere decir que para estar mejor con nosotros mismos, debemos adoptar una serie de costumbres y no esperar a que la felicidad llegue por su propio pie. 

Según ha publicado la revista National Geopraphic, hay 5 acciones que debemos hacer en nuestro día a día que potencian las hormonas de la felicidad. Son muy fáciles de seguir, las podemos aplicar en casa y están al alcance de todos. Con un pequeño esfuerzo, nuestra vida y la de nuestros seres queridos puede mejorar considerablemente. 

¿Qué hay que hacer para ser feliz?

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Con 5 costumbres diarias, se puede lograr la felicidad. 

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1. Cuida los vínculos personales

Mantener los vínculos con la gente que nos rodea y buscar la calma tanto para nosotros, como para ellos, nos traerá bienestar emocional. Según el Dr. Brownyn Tarr, de la Universidad de Oxford, la calidad de las relaciones contribuye a la sensación de sentirnos parte de una comunidad y afirma que "nuestra expectativa de vida está estrechamente relacionada con ello". Por eso, nada mejor que cuidar a nuestra familia, a aquellos con los que convivimos, y también disfrutar buenos momentos en casa. Otra investigación publicada por Harvard analizó la vida de cerca de 700 jóvenes a lo largo de varias décadas y sacó la conclusión de que quienes se clasificaron como felices compartían la calidad de sus relaciones. Las personas con más vínculo con sus amigos y su familia viven más, logran en mayor medida sus objetivos vitales y son físicamente más saludables, según explica National Geographic.

2. Háblate bien a ti mismo 

En muchas ocasiones somos muy duros con nuestra propia persona, poco beligerantes y muy perfeccionistas, pero el vínculo con nosotros mismos es tan importante como el que tenemos con los demás y nos producirá bienestar y felicidad si lo mimamos. ¿Un consejo? Una manera para poner en práctica esta acción es hablarse en segunda persona, como si fueras otro individuo, para así reducir la crítica excesiva y empezar a agradecernos por las cosas que hacemos bien.  Así lo afirma el estudio de la Universidad de Michigan realizado por Ethan Kross, que afirma que nuestro diálogo interno en primera persona suele ser más negativo. Pero si nos hablamos a nosotros mismos en segunda persona ("puedes superar esto" o "tú sabes hacer esto, eres capaz de conseguirlo") tomamos distancia de las emociones y somos optimistas. Hazlo en voz alta y estimularás tus hormonas de la felicidad.

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Cuidar las relaciones interpersonales es primordial. 

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3. Dar muestras de afecto 

Dar abrazos o besos es la representación más física de la felicidad. Empezar a hacerlos es la mejor manera para que nosotros también los recibamos. Debemos procurar que sean con personas que queramos y viceversa, así cada vez que los demos sabemos que son de gran calidad. Según un artículo de la Universidad de Harvard, revisado por el profesional Howard E. LeWine, habla como es mostrar afecto, sobre todo cuando un bebé nace. Dar abrazos "contribuye a aumentar los niveles de las hormonas de la felicidad y mejorar la sensación de estar bien con uno mismo".

4. Ponle nombre a tus emociones 

La vida no son solo emociones bonitas, sino que también debemos las hay de negativas. Tenemos que saber identificar cuáles son buenas y cuáles no, saber tratarlas y no guardarlas en un cajón hasta que pasen. Vivir la tristeza es algo normal, pero para ello, debemos tener a mano mecanismos para que pase lo más rápido posible y podamos sacar un aprendizaje de ella. De esta manera, sabremos vivir mejor la felicidad, valoraremos los momentos más pequeños y nuestras emociones se gestionarán mejor. Además, cuando tengamos un problema sabremos detectarlo a tiempo y nuestra felicidad no se verá mermada. 

5. Mantener el cuerpo activo 

Para alcanzar la felicidad tenemos que cuidar nuestro estado físico y mental. Según como dice el portal en inglés, CNET, hacer ejercicio incrementa las endorfinas y la adrenalina, por lo que puede ayudar a que nuestra felicidad se vea claramente potenciada. Al estar centrado en una única función, nuestro cerebro olvida las cosas más perjudiciales y se acuerda de las positivas.