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Un gran arco para la zona de día

 Vista desde puerta en arco de zona de día_ 516850

Roser, la propietaria de esta casa de las afueras de Barcelona, tenía muy claro qué quería con la reforma. De hecho, le pasó "la lista de los deseos" a la decoradora Pia Capdevila. Y entre los deseos estaba tener una gran arcada. Dicho y hecho: Pia transformó el acceso a la diáfana zona de día en una puerta en semiarco que suma elegancia y personalidad. 

La alfombra redonda de fibras es de Tessa&Co. En el salón, la lámpara de pie es de Maisons du Monde.

2.

Un salón más acogedor con vigas y una gran chimenea

Salón con chimenea y estantes_516848

Otro de los deseos de Roser fueron las vigas: "Le dije a Pia que quería tener, sí o sí, vigas en algún sitio de la casa. Y pensamos que lo mejor era en el salón". Una de las pocas cosas que conservaron de la casa fue la gran chimenea, que se flanqueó con baldas y dos armarios para ganar capacidad y orden.

Mueble del salón, diseño de la decoradora. Chimenea, de origen. Visillos de Yute’s y cortinas de Gancedo.

3.

Una zona de día diáfana con la cocina como estrella

Salón diáfano con cocina abierta_516847

La zona de día se transformó por completo con la reforma, derribando paredes en pro de un espacio diáfano. De hecho, la pieza clave fue la cocina, que al principio se planificó semiabierta: “A mi marido le daba apuro, por los humos, olores y demás. Pero cuando llegó el momento, me lancé: ¡Fuera paredes!”. 

Sofás, diseño de Pia Capdevila. Cojines de Sacum, Filocolore y Tessa&Co. Butaca de Sacum. Flores de Colvin. Mesa auxiliar de Notremonde.

4.

La propietaria y la decoradora Pia Capdevila, en la cocina

La decoradora Pia Capdevila y la propietaria de la casa_516852

Roser conocía a Pia Capdevila de referencias y, además, la seguía por sus trabajos publicados en El Mueble. La conexión entre ellas fue inmediata: "Pia es muy divertida y yo soy muy nerviosa e inquieta. Congeniamos de inmediato". 

5.

Desde el salón

salon-cocina-abierta-sofa-exento 00516868 O

Distintas variaciones del color beige se reparten por este espacio compartido por el salón, el comedor y la cocina, que junto con el blanco consiguen un resultado luminoso, cálido y acogedor. Los toques dorados ponen el punto más moderno a un entorno en el que predomina lo clásico. 

6.

Una super isla que delimita visualmente la cocina

Cocina blanca con super isla_516854

La cocina es, sin duda, el corazón de la zona de la día. La familia de Roser es muy cocinitas y pasan mucho tiempo entre fogones. Por eso se planificó una cocina cómoda y con una gran isla que integra una zona de barra. "Combinamos muebles en blanco con madera, que le dan ese extra de calidez, y a la vez nos conecta con el gran banco corrido que une cocina y comedor", explica Pia.

Los taburetes de madera y respaldo de lino de Sacum. Lámparas de Zaferano.

7.

Una cocina en blanco y beige, en busca de un extra de calidez

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Para la cocina, Pia apostó por un mobiliario en blanco y en beige, que lo reservó para la pared del fondo, que reúne la columna de electrodomésticos. De hecho, este dúo cromático se repite en toda la casa: “Así el conjunto no resultaba tan frío”, aclara Roser, que tras vivir en una casa muy moderna, pero fría, no quería caer en el mismo error con esta. 

Mobiliario de Leicht montado por Chef d’Oeuvre. Encimera de Silestone y electrodomésticos de Neff.

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Un gran comedor pensado para recibir

Comedor con banco_516853

Una de las piezas estrella de la zona de día es el gran banco corrido que une la cocina con el comedor. “Fue una petición expresa: tener un comedor amplio, porque suelen recibir mucho en casa. Y el banco, además de dar continuidad, permite multiplicar las plazas de asiento”, explica la decoradora. 

Banco, diseño de la decoradora. Mesa de Brocanter Rocamora, vajilla y vasos de Carolina Blue. Cuadro de Sacum.

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Un banco equipado con cajones

Detalle de cajón abierto de banco_ 516855

Puestos a planificar un banco, ¡a sacarle el máximo partido! Y es que la decoradora aprovechó toda la longitud de esta pieza con cajones, que ofrecen mucho espacio de almacén invisible.

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Un dormitorio muy sereno que invita al relax

Dormitorio con cabecero a medida_ 516859

Un cabecero a medida de DM lacado a juego con las paredes y un papel pintado con textura y acabado brillante visten de manera discreta y elegante el dormitorio, que integra el baño en suite. 

Cabecero de DM con las mesillas integradas, diseño de Pia Capdevila. Aplique de Faro y cuadros de Sacum.

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Juego de texturas en el baño

Baño con bañera revestida de madera_516858

Si en el dormitorio se buscó la textura del papel, para sumar calidez, en el baño Pia apostó por el contraste de materiales, como la pared y el faldón de la bañera, que se revistieron de madera cerámica: “Nos gustó la idea de una base muy neutra, y buscamos que solo hubiera una textura que llamara la atención, con líneas orgánicas y tranquilas”, explica la decoradora. 

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La zona del lavamanos

baño con mueble de madera y apliques negros 00516856

El juego de texturas continúa en la zona del lavamanos, donde la interiorista colocó un mueble de baño. Compuesto por una cajonera y una balda con acabado de madera, sobre la que apoyan los lavamanos de líneas orgánicas. 

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Una espectacular buhardilla multiusos

Almacenaje abierto y cerrado bajo ventana 00516872

La buhardilla es la habitación un poco para todo: su hijo juega aquí con sus amigos a la Play, ella y su marido tienen su rincón de despacho y, cuando se reúne toda la familia, se convierte en dormitorio extra, porque los sofás se transforman en dos camas de matrimonio. 

Mueble en ‘L’ diseño de Pia Capdevila. Sofás de Maisons du Monde.

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Recursos que no fallan

Buhardilla con zona de ocio_516861

Como en la habitación, aquí Pia también apostó por el papel pintado: “Lo reservamos solo en una pared para remarcar la forma de la cubierta. Y las rayas verticales contribuyen a darle más altura visual a un espacio abuhardillado como este”.

La historia de esta casa parte de un flechazo... pero a la inversa. "Era tan espantosa ¡que captó mi atención de inmediato!", recuerda bromeando Roser, la propietaria de esta casa de El Maresme (Barcelona). “Hacía un tiempo que estábamos buscando casa y no encontraba nada que me gustara. Y haciendo el tonto un día en internet la vi. Era tan horrible... Piensa que el jardín parecía una selva, Y donde no había plantas o árboles, ¡había figuritas! Gnomos de jardín, animalitos, ¡incluso tenían una estatua de la Venus de Milo!”. Y a pesar de todo, le dio una buena sensación.

"Me animé a ir a verla. Mi marido creía que se me había vuelto loca”, bromea Roser. Y la casa no la defraudó: “Era tan cual la había visto en internet: horrible. Por dentro, con suelos de mármol super anticuados, y por fuera. Estaba muy bien conservada, pero claro, no pegaba nada con nosotros. Y ahí empecé a montarme la película: podía ser la casa que yo quería. Solo necesitaba a alguien que me ayudara a transformarla”.

Y ese alguien fue la decoradora Pia Capdevila: “La llamé, vio la casa, se horrorizó, pero aceptó el reto, que era transformar esa casa en una de El Mueble. Así se lo dije. ¿Es posible? ‘Evidentemente’, me dijo Pia. Y así empezó nuestro gran proyecto”. Y es que Roser se implicó muchísimo en la reforma, hasta el punto que entre ellas ha nacido una gran amistad.

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