"Son una familia enamorada del campo y del Ampurdán”, nos confirma la interiorista Chari Manzano de CHM Studio, artífice –junto al arquitecto Damián Ribas– de esta respetuosa reforma de una masía del siglo XIX. La propietaria y su familia decidieron habitarla primero durante un año y luego restaurarla, así no fallaban en sus decisiones. "Gracias a haber vivido en ella, sabíamos exactamente qué lugares queríamos potenciar, por dónde entraba la luz o cómo usábamos de los espacios", nos cuenta la dueña. ¡Un método infalible! Te contamos más a continuación.  

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1.

Un comedor exterior con pérgola de ensueño

Comedor exterior con pérgola y plantas trepadoras.

Mesa y sillas en Aquitania yl ámpara de Mestizo Store. Cerramiento en hierro y cristal de Serralleria Mase.

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La propietaria y su familia decidieron habitarla primero durante un año y luego restaurarla, así no fallaban en sus decisiones. "Gracias a haber vivido en ella, sabíamos exactamente qué lugares queríamos potenciar, por dónde entraba la luz o cómo usábamos de los espacios", nos cuenta la dueña.

2.

La vida fuera: un remanso de paz

Porche de estilo rústico con pérgola.

Sofá y butacas de Oka. Mesa de centro de Gunni & Trentino. Lámparas y mesitas auxiliares La Bòbila. Alfombra de Ikea. Faroles de Luzio. Todos los cojines y el plaid son de La Maison excepto los estampados, que son el modelo Snakehead de William Morris, distribuido por Gancedo.

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El porche y el comedor exterior de estilo rústico son una de las estancias más bonitas de la reformada masía; con sus pérgolas, sus paredes de piedra, sus plantas trepadoras y su mobiliario de fibras naturales que enamora y da mucha paz. "En verano, siempre hacemos vida fuera de casa, en el jardín, disfrutando de estas zonas comunes en familia", señala la dueña. 

3.

Techos altos con vigas para soñar

Recibidor de estilo rústico con paredes de piedra.

Consola de La Europea, vasijas de Aquitania. Alfombra a medida de Rica Basagoiti.

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Al salón se accede por un impresionante recibidor en forma de túnel de tradicional bóveda catalana en piedra. Lo iluminaron con un mostrador de mercería antigua restaurado en verde y decidieron replicar el mismo color en las ventanas, de madera, originales y restauradas, o en la alfombra y las vasijas.

4.

Guiño a la tradición y a lo rústico

Salón con vigas en el techo de estilo rústico y puffs.

Sofás y butacas diseño de CHM Studio con tela de Yutes. Pufs de Coton et Bois y mesa de centro de Azul Tierra.

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En la reforma se apostó sin reservas por los materiales tradicionales y típicos de la zona: madera, piedras y hierro, que está presente como hilo conductor en varias estancias. Lo vemos en las lámparas, en las barras de cortinas, o en los tiradores de la cocina.

5.

Un salón con pátina espectacular

Salón rústico con vigas y ventanales.

Sofás y butacas diseño de CHM Studio con tela de Yutes. Pufs de Coton et Bois y mesa de centro de Azul Tierra. Escritorio de La Europea y librería en Antic&Chic.

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Tras vivir durante un año aquí, tenían claros los cambios que precisaba el salón. "Los antiguos propietarios tenían la casa llena de mármoles y maderas oscuras y el salón era como una sala de música, pero nosotros decidimos crear a la derecha una zona de chimenea y televisión y, a la izquierda, un área más de lectura y tertulia, donde pusimos también un boureau antiguo", cuenta la propietaria.

6.

Cocinar con trucos y buenas vistas

Cocina rústica con muebles de madera.

Todos los muebles, incluida la isla y las lámparas, son de Deulonder. Nevera de Sub-Zero y zona de cocción de Lacanche. Frontales de Deulonder en roble y mimbre. Encimera de Silestone.

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La cocina fue diseñada y hecha a medida por Delounder. "La encimera, el fregadero y el antepecho son del mismo Silestone rugoso y rústico, mientras que los muebles y frontales son de roble macizo, pero adaptado a las cocinas", nos cuenta Lourdes Adell, de Deulonder. ¿La excepción? "Los cajones de mimbre a medida, pensados para extraer y llevar a la mesa a modo de bandeja, porque contienen los cubiertos, los manteles y las servilletas", explica Lourdes.

7.

Un office especial casi en el campo

Cocina con office de estilo rústico.

Sillas en Aquitania y mantel de Catalina House.

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El office es uno de los espacios con mayor personalidad de la casa, gracias en parte a las vistas, pero también a la llamativa lámpara hecha con saco de Decobruc y a la mesa que los propietarios heredaron y cuya restauración encargaron a
Antic&Chic. 

8.

Un toque verde y mucha luz en el dormitorio

Dormitorio de estilo rústico con cama, vigas en el techo, ventanas verdes.

Cabecero de Serralleria Mase. Mesita de noche en Aquitania. Funda nórdica y cojines lisos de Filocolore. Cojines estampados y plaid de La Maison.

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Luz a raudales entra también en el dormitorio con ventanas verdes en arco: "El cabecero es muy sencillo porque quería que fuera cálido, pero monacal", añade la propietaria. Son las dos palabras que resumen bien toda la casa.

9.

Un baño campestre de ingenio

Baño de estilo rústico con bañera y puerta de granero.

Puerta de Serralleria Mase y apliques de Deulonder. Bañera de Jacob Delafon. Toallas y alfombra de Libeco, en Home Design. Bandejas de Catalina House

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En el baño, encontramos la misma estética que en la cocina, algo industrial y rústica, y los mismos colores, negro y roble, con una bañera exenta en negro. "Este baño planteaba una pequeña dificultad porque mi marido quería una ducha enorme, pero la ventanita nos condicionaba. Al final hicimos un murete de cristal que separa la ducha del inodoro y el herrero y el carpintero hicieron esa puerta de granero corredera que, según se coloque, cierra sin perder luz", concluye. 

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