Un piso pequeño de solo 78 m² lleno de estilo y look 'clásico-moderno'. Es obra de Deulonder (con plano)

"Esta vivienda no solo forma parte de la Casa Parés de Plet, un edificio modernista catalogado del arquitecto Bonaventura Bassegoda i Amigó construido en 1912. Además, hasta hace poco nos servía de oficinas a nuestro estudio de interiorismo", nos cuentan Chone de la Sotilla y Lluisa Deulonder, del conocido estudio Deulonder (autoras por cierto de cocinas inolvidables).

"Estamos orgullosas de un proyecto que hemos hecho codo con codo, respetando los elementos originales para crear un piso donde estaban nuestras oficinas", cuentan Luisa Deulonder y Chone de la Sotilla.

 “Estamos en un edificio modernista y queríamos mantener la esencia en sus carpinterías, suelos hidráulicos y rosetones. Teletrabajar es una necesidad actual y, por eso, a este apartamento de 78 metros en Barcelona no le falta un pequeño despacho en el original mirador”, nos cuenta la interiorista Chone de la Sotilla.

"El salón, con una librería con chimenea eléctrica hecha a medida que fue la idea central de la decoración y suelos de baldosa hidráulica originales, conecta directamente con la pequeña, pero más que resultona cocina".

"La cocina no es muy grande, pero está totalmente equipada con placa eléctrica en la isla, y un extractor telescópico. ¿Un secreto? Para los colores nos inspiramos en las baldosas originales, como el verde de la cocina que se convierte en blanco roto en las boiseries del comedor, con un mueble a medida para el desayuno".

"Con un precioso ventanal (se ha conservado la forma y las contraventanas originales, pero se ha instalado un doble cristal) con vistas tanto al Tibidabo como al mar, la zona de comedor es todo un sueño (atención con los suelos, originales de 1912, pero que restauramos en Deulonder)".

Mucha gente piensa que los pasillos son metros perdidos. En esta casa sucede lo contrario: “en el pasillo pusimos parqué, porque no se podía aprovechar el suelo, aunque sí mantuvimos las puertas originales de los armarios”, explican las decoradoras.

"La peculiar forma del edificio de principios del siglo XX nos obligó a adaptar el dormitorio y el baño a una peculiar pared casi en diagonal. Con colores sobrios, pocos pero contundentes muebles y detalles muy chic (como la moldura del techo que permite cubrir el cortinero), logramos que este cuarto fuera un templo al descanso".

Gracias al papel pintado de efecto textil, el dormitorio aporta calidez, elegancia y el estilo propio de los proyectos de Deulonder. El cabecero de lino en negro actúa como centro de todas las miradas. 

Otro de los pluses de la reforma es que se sacó espacio para un amplio vestidor al que se accede desde el dormitorio. Con la estructura de madera y unos downligth en el techo cuenta con todas las comodidades.

A medio camino entre Nueva York (por los azulejos biselados como los del metro de la Gran Manzana) y Barcelona (por esa baldosa original que quita el aliento), el equipo de Deulonder logró que el cuarto de baño pareciera de otro tiempo. “Diseñamos el espacio y el mueble del lavabo inspirándonos en los años de modernismo”, nos chivan.