Limpieza

Seguro que estas zonas del salón no las limpias con la frecuencia que deberías

Es indispensable limpiar aquellas zonas del salón que olvidamos frecuentemente a la hora de realizar una limpieza general. ¡Por mucho que no mires, la suciedad sigue ahí!

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Hay rincones difíciles de limpiar por su situación o porque no tienes demasiado claro con qué puedes limpiarlos. Es natural empezar a limpiar u ordenar a la altura de los ojos, pero la gravedad existe, y si limpias algo en lo alto, el polvo y la suciedad caerán y ensuciarán la superficie ya limpiada. Hoy aprenderás a quitar la suciedad y limpiar las zonas el salón que sueles ignorar.

Coge aquello que utilices para quitar el polvo (si tienes algo con un mango extensible, será muy útil) y dirígete al salón. Luego, mira hacia arriba. El objetivo de hoy es quitar el polvo de las zonas que están fuera del alcance de los ojos y que no siempre reciben atención en su limpieza rutinaria. ¡Empecemos!

El ventilador de techo

00525495 Ventilador de techo madera en salón

Es importante mantener las aspas de tu ventilador de techo libres de polvo, para evitar que este se disperse en el ambiente, principalmente si hay alérgicos en la familia. El procedimiento para limpiar las aspas del ventilador de techo es muy sencillo. Tan solo necesitas:

  • 2 paños o trapos limpios
  • Un limpiador multisuperficies
  • Una escalera

Una vez seleccionadas tus herramientas de limpieza:

  1. Asegúrate de que el ventilador está desconectado de la corriente eléctrica para evitar cualquier tipo de accidente.
  2. Coloca la escalera debajo del ventilador, en un lado donde puedas acceder a las aspas con facilidad.
  3. Luego vierte un poco de limpiador multisuperficies sobre un paño o trapo limpio.
  4. Limpia las aspas con el paño por ambos lados.
  5. Para finalizar, con el otro paño seco limpia nuevamente las aspas quitando todo resto de humedad para evitar que se ensucien más rápido.

¡Listo! Inmediatamente sentirás un cambio en la potencia del abanico. Recuerda que también cada cierto tiempo se recomienda desmontar, limpiar y lubricar el ventilador para alargarle la vida.

Los marcos de las puertas y ventanas

Con tal de conseguir unos marcos de madera más brillantes (también en la parte de arriba), elimina el polvo y la suciedad con una mezcla de alcohol de quemar, vinagre blanco y agua destilada. Para darles más brillo, repasa con un poco de aceite de linaza.

Para los marcos de aluminio y de Pvc, utiliza una bayeta impregnada en detergente neutro o incluso lavavajillas, y los dejarás como nuevos. ¡No te olvides de enjuagar bien con agua y secar los perfiles!

Para los pomos, basta con unas gotas de aceite esencial de eucalipto o tomillo en un paño húmedo. Infalible (y aromático). ¡Quedarán mucho más brillantes!

Los marcos de los cuadros por arriba

Como dice el refrán: "Más vale prevenir que curar". Si quitas el polvo frecuentemente evitarás tener que restaurar los cuadros del hogar. Para eliminar el polvo que se ha acumulado en los cuadros y marcos que tienes en el salón, usa un plumero desechable, ya que el polvo queda adherido en él, y no se esparcirá por el resto de la habitación.

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Con este tipo de plumeros, al ser más pequeños, puedes llegar a todas partes sin tener que mover los cuadros. Debes presionar suavemente el plumero para que el polvo quede adherido a él. Es aconsejable no utilizar ningún producto sobre el plumero. Si estuviera muy sucio tendrías que acudir a un especialista para que realizara la limpieza sin dañar el cuadro o marco.

Los radiadores y los aparatos de aire acondicionado

Tener los radiadores limpios nos evitará problemas de malos olores. Para hacer la limpieza es mejor realizarla siempre con los radiadores en frío, ya que si pulverizamos algún producto líquido se puede evaporar rápidamente y dejar alguna mancha al hacerlo.

  1. Primero protege las zonas del entorno: paredes, suelos, embellecedores, etc. Para ello forra o tapa, con plásticos o papeles, todo lo que se pueda estropear.
  2. Segundo, elimina toda la suciedad que puedan tener las superficies, bien con una aspiradora (es lo más aconsejable, ya que así evitas que el polvo se mueva de un sitio a otro), o bien con un plumero atrapa polvo. Con la ayuda de un cepillo elimina la suciedad escondida entre cualquier ranura.
  3. En tercer lugar, enjabona y retira la espuma con una bayeta húmeda. Ten cuidado en secarlos después si el radiador, por algún accidente, haya perdido parte de la pintura para que estas zonas no se oxiden.

Asimismo, para limpiar los aparatos de aire acondicionado, lo primero que tienes que hacer es asegurarte de que no están conectados a la corriente. Al ser eléctricos corres el riesgo de producir un corto circuito.

Es importante mantener los filtros y rejillas (por donde absorben el aire) bien limpios. Lo mejor es aspirarlos y pulverizar agua con algún producto desengrasante –utiliza agua fría para no deformar los aparatos–. Sin embargo, lo mejor para ellos cuando no los estés utilizando es protegerlos.

Las rejillas de ventilación o los conductos situados en el techo

Sin importar cómo de limpia tengas tu casa, los conductos de ventilación acumulan suciedad y mucho polvo difícil de sacar con el tiempo. Esto puede ser difícil de limpiar, en especial cuando la suciedad se ha acumulado en las grietas y espacios de tus conductos.

  1. En primer lugar, apaga el ventilador del conducto o del aire acondicionado calor. Si dejas encendido tu sistema de ventilación de casa mientras limpias los conductos de ventilación, el soplador se podría encender y expulsar el polvo y la suciedad en el aire. Esto solo provocará que la suciedad en los conductos se extienda en toda tu casa.
  2. Limpia el polvo y la suciedad que sale del conducto. Esto puedes hacerlo fácilmente con un trapo limpio y húmedo con agua –si es necesario, puedes usar un aspirador–. No tienes que ser especialmente cuidadoso al limpiar la suciedad que sale de tus conductos. ¡Pasa un trapo húmedo unas cuantas veces y listo!
  3. Saca los conductos. Para evitar que la suciedad detrás de tus conductos se esparza o suba a tu piso, pon algo, como una lona o un periódico, para atrapar el polvo. Con un destornillador, afloja los tornillos y saca los conductos de ventilación.
  4. Limpia tus conductos con agua tibia y jabón para platos. Utiliza una herramienta para limpiar platos, como un cepillo para fregar o una esponja, con el fin de limpiar las tiras del conducto y otras grietas estrechas. Después utiliza un trapo limpio y humedecido a fin de limpiarlo de la mugre y luego seca la madera.
  5. Coloca de nuevo los conductos en las aberturas correspondientes.
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Las vigas expuestas, las molduras del techo u otros detalles arquitectónicos

Situadas en una zona de difícil acceso, las molduras del techo, sin embargo, deben limpiarse también periódicamente, aunque se trate de un trabajo añadido, de igual manera que se deben limpiar las vigas expuestas y asegurar su mantenimiento.

  1. Para eliminar el polvo inicial puedes usar un cepillo para quitar telarañas, un plumero que tenga un mango largo y/o una escoba de cerdas muy suaves.
  2. En el caso de que haya mucha suciedad y sea necesario lavarlas, primero comprueba si se trata de molduras lavables. Debes ver, también, si usar agua no agravará las grietas y roturas.
  3. La mejor manera de limpiarlas será con un aerosol para plantas, con una solución de detergente que penetrará en la moldura. Aclara con agua limpia y seca con una toalla gruesa todos los rincones. Para ranuras de difícil acceso puedes ayudarte de un cepillo de dientes viejo.
  4. Cuando tengas molduras de yeso no las laves, ya que se estropearán mucho más y será necesario pintarlas para que recuperen su blanco intenso.

La parte superior de las estanterías o armarios altos

Coge una escalera y ponte manos a la obra con tu paño de microfibra o tu plumero de mano. El resultado valdrá la pena, y no tardarás más de 10 minutos.

Cabe recordar que los movimientos que debes hacer son de arriba a abajo. Es importante subirse a la escalera y empezar arriba del todo, y así el polvo va bajando a medida que lo haces tú también. De esta manera quedará una estantería perfecta sin nada de polvo. ¡La técnica lo es todo!

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