Los zócalos (o rodapiés) son esas franjas colocadas en la parte baja de las paredes, justo donde se unen con el suelo. Aunque casi siempre pasan desapercibidos porque no quedan a la altura de nuestros ojos, vienen a cumplir una doble función: decorativa y protectora. Los zócalos no solo añaden elegancia a la pared, sino que también las protegen del roce de muebles, golpes y suciedad acumulada en el nivel del suelo.

Y es precisamente por esta función de protección por la que los zócalos se ensucian muy rápido y casi sin que nos demos cuenta porque están totalmente fuera de nuestro campo visual. El no tenerlos a la vista y que nos resulte incómodos limpiarlos, los convierten en los grandes olvidados de la limpieza del hogar. Por este motivo, la experta en limpieza Eva Ruiz (@evalaordenada) nos ha compartido sus mejores trucos para limpiar los zócalos fácilmente y que nos queden impecables.

Consejos de experta para la limpieza correcta de los zócalos

Para que cuando nos pongamos a limpiar los zócalos lo hagamos de la manera correcta y se queden limpios y sin roces ni manchas, la experta en orden y limpieza Eva Ruiz, más conocida en redes sociales como @evalaordenada, nos ha compartido sus tres mejores trucos para conseguirlo:

1. No uses fregona: puede manchar la pared

Eva comenta que hay una tendencia generalizada a usar la fregona para limpiar los zócalos. Creemos que así es mucho más fácil gracias a su palo largo, de forma que podemos limpiar los rodapiés sin tener que agacharnos. Pues, por muy cómodo que parezca, la experta no recomienda usar la fregona para limpiar los zócalos porque puede manchar la pared.

Esto sucede porque el exceso de agua o de producto limpiador puede salpicar la pared y dejar marcas, sobre todo si es blanca o de color claro. Además, aunque su palo sea largo, por la forma de su cabeza no llega bien a todos los rincones ni elimina la suciedad incrustada.

 

2. Usa mejor un trapo húmedo

Según la experiencia y los conocimientos en limpieza de Eva, el trapo húmedo es la mejor solución para limpiar los zócalos sin dañarlos ni manchar la pared. Es tan sencillo como humedecer el trapo ligeramente con agua tibia y, si hay grasa o manchas, puedes añadir unas gotas de jabón neutro o vinagre blanco de limpieza. Pásalo con cuidado a lo largo del zócalo, sin mojar en exceso, y ve enjuagando a medida que avances. Si puedes, termina con un paño seco para evitar marcas de humedad.

3. Prueba con un aspirador

Por último, Eva sugiere que si tus zócalos acumulan mucho polvo o tienes mascotas en casa, lo mejor es que empieces pasándoles el aspirador con un accesorio de cepillo pequeño. De esta forma, eliminarás pelos, pelusas y partículas de polvo sin esfuerzo, evitando que se embarren al pasar el trapo.

Este consejo viene muy bien para zócalos de madera, ya que evita el contacto con la humedad que podría traspasarle el paño húmedo y mantiene el brillo natural por más tiempo.

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