Cómo organizar una cocina pequeña: más orden y espacio para guardar

Si tu cocina es mini, como esta, no lo dudes: lleva los armarios hasta el techo y convierte cada cm en espacio útil para guardar. Un recurso para aligerarla visualmente es combinar módulos tipo vitrina, como se ha hecho aquí, con otros cerrados. 

Son un recurso fácil, económico y de lo más práctico. No solo estás dando un uso a un espacio de la cocina que si no no usarías, sino que además liberas un cajón ganando más espacio de almacenaje. ¿Y el plus? Que tienes los utensilios de más uso a mano. 

Los cajones extraíbles, como estos, son la opción más cómoda para organizar la despensa y aprovechar al máximo el fondo del armario. Al ser de extracción total, tienes acceso a todo el contenido, no importa las filas que tengas de productos. No solo controlas exactamente la despensa sino que evitas que se te caduquen alimentos porque estaban al fondo del armario y ni recordabas tenerlos. 

En espacios pequeños toca tirar de ingenio. Como con esta propuesta: dos estantes que no solo sirven de balda, sino que la base se ha completado con ganchos para colgar las tazas que, además, decoran y dan un look muy vivido a la cocina. Otra opción muy práctica es instalar rieles para tener a mano y en orden las copas.  

Una cosa es prescindir de armarios altos para no recargar visualmente la cocina y otra es desaprovechar la capacidad de almacenaje que ofrecen las paredes. Aquí, por ejemplo, se ha optado por un platero antiguo que permite tener en orden la vajilla de uso diario y, a la vez, sirve de objeto decorativo. 

Si no quieres renunciar a los armarios altos, una opción muy práctica es apostar por armarios apaisados que no lleguen hasta el techo. Ganas almacenaje pero sin sobrecargar visualmente la cocina. En estos casos, resultan muy cómodos los armarios de apertura abatible, como el de esta cocina. 

Aquí se ha aprovechado una de las paredes de la cocina con una estantería para tener a mano desde la vajilla que sueles usar para cocinar hasta los productos más habituales, como harina o pasta. Además, se ha salvado la ventana con un estante extra. 

En una cocina pequeña no debes dar ni un cm por perdido. Ni ese armario rinconero de difícil acceso. Para sacarle realmente partido lo más práctico es equiparlo con soluciones extraíbles, como estas, ya que aprovechan todo el fondo de armario y dejan el contenido a la vista, pudiendo acceder fácilmente a él. 

Este estante ofrece espacio para guardar y, a la vez, es un elemento decorativo gracias a su diseño, con una balda inferior cerrada y una más larga superior, perfecta para botes de los alimentos de más uso, especias o incluso objetos decorativos, que hagan la cocina más vivida. 

Cuando los metros escasean, las zonas de paso se convierten en un espacio que merece la pena aprovechar. Como se ha hecho en esta cocina abierta a la zona de día, donde en el pasillo de acceso a la cocina se ha habilitado toda una pared de armarios que integra desde la nevera hasta la despensa. Y para que visualmente se viera más ordenado y no "tan cocina", los electrodomésticos se han panelado. 

Los armarios en ángulo suelen ser los más odiados en la cocina, pero no por ello debemos renunciar a la capacidad que ofrecen. Aquí, por ejemplo, se ha prescindido de puertas, lo que facilita el acceso, y se ha equipado con baldas para guardar la vajilla. Para que sea más cómodo, destina en el fondo del armario las piezas de uso más esporádico y ten más a mano las de diario. 

Esta solución es ligera visualmente y muy capaz. No solo se ha aprovechado el frontal del fregadero con una balda a modo de cajón que permite aprovechar su repisa como estante extra, sino también los laterales.