11 razas de perros españoles: todo lo que debes saber con fotos y características

El podenco es un perro de caza que destaca por su agilidad y por lo desarrollado que tiene el sentido del olfato. Su temperamento, activo, juguetón y curioso, se complementa con su independencia y con el fuerte vínculo que genera con su dueño. ¿Sabías que en España tenemos tres tipos de podencos? El andaluz, el canario y el ibicenco, cada uno con sus propias características.

El ratonero bodeguero andaluz es un perro muy afectuoso, fiel, activo y alerta, una raza que no puede faltar en las casas de campo, y que también adora la compañía de los niños. Su origen se debe al cruce de diversas razas de terriers europeos, y tuvo lugar en el siglo XIX. ¿Su principal misión? Acabar con las plagas de ratones en las bodegas y los campos andaluces.

Con una talla mediana, el perro de agua español es una de las razas más famosas en nuestro país. Su pelaje rizado se transforma en rastas cuando se deja crecer, dándole un aspecto muy simpático y bohemio. Pero esta raza hipoalergénica tiene otros rasgos dignos de mencionar, como su carácter cariñoso y leal, o su gran inteligencia. Además, es un perro que se lo pasa genial en entornos naturales donde hay agua y puede nadar a sus anchas.

El mastín español es, al igual que prácticamente todos los mastines, un perro de tamaño grande o gigante criado para proteger el ganado y las fincas. Posee un carácter tranquilo, pero seguro de sí mismo, y es un gran protector de los suyos. Además, desarrolla un fuerte apego por sus amos.

Si vives en el País Vasco, es muy probable que conozcas al pastor vasco. Este perro mediano es pura energía, y es que se trata de una raza de trabajo acostumbrada a las tareas del campo, concretamente, las labores de pastoreo. Su temperamento es muy leal, sociable, cariñoso, inteligente y curioso, por lo que está lleno de cualidades y es ideal para la vida en familia.

El perdiguero de Burgos es un perro de caza originario de Castilla y León, especialmente de la zona de Burgos. Con su creación, que data del siglo X como mínimo, se buscaba combinar las bondades de un perro de muestra con las de un perro de rastro. Se trata de un perro grande y musculoso, con los labios caídos y las orejas largas e igualmente caídas. En cuanto a su carácter, es muy dócil, tranquilo y paciente, convirtiéndolo en una mascota idónea.