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1.

La cerámica, todo un clásico

 Fácil de mantener y sencilla de limpiar, destaca su capacidad para prevenir la humedad.  Siguen de moda los acabados rústicos y los lisos, aunque los avances en este sector han hecho que se puedan encontrar acabados con texturas, relieves e imitaciones muy logradas de otros materiales como la madera o el cuero.

2.

Estética profesional con el acero

 Muy adecuado para los fans del look industrial, es un material que se caracteriza por su resistencia, luminosidad y limpieza. No tiene poros y además es muy resistente al calor. Para limpiarlo a fondo, el agua y una gamuza de microfibras naturales es suficiente. En contra: se raya con mucha facilidad.

3.

Compactos sintéticos de última generación

 Aúnan la belleza y resistencia de la piedra natural, con la seguridad y economía propia de los aglomerados. Lo mejor: te ahorras las juntas. Además, su extensa gama de acabados hace que se pueda escoger entre un sinfín de coles y texturas. Estas superficies de comercializan bajo nombres como Silestone, Corian, Mármol Compac o Krion, de firmas como Cosentino, DuPont, Compac y Porcelanosa, respectivamente.

4.

La belleza y singularidad del gresite

 El gresite es un mosaico cerámico compuesto por pequeñas piezas de vidrio, que se suele presentar enmallado, lo que facilita su instalación. La combinación de colores y formatos hace que la estancia cobre vida y estilo propio. Además, el mosaico presenta un gran aliciente respecto a otros materiales de igual dureza: se adapta a superficies curvas y de cualquier formato.

5.

Las baldosas tipo metro

 Es un revestimiento que se utilizó en las estaciones de metro de las principales ciudades del mundo a principios del siglo XX, convirtiéndose en uno de los símbolos del Art Decó. En acabado brillo o mate, biselados o no, normalmente se encuentran en formatos de 10 x 20 cm y se suelen colocar en forma horizontal. Una opción económica, práctica y que aporta un toque vintage a la cocina.

6.

El hidráulico se sube por las paredes

Las baldosas hidráulicas típicas de los pisos modernistas se reinventan y conquistan espacios totalmente nuevos. En caso de usarse como salpicadero, es mejor optar por las imitaciones cerámicas, ya que resisten mejor que el hidráulico original. 

7.

La belleza única del mármol

 Para dar un toque de distinción y exclusividad a tu cocina, nada mejor que las piedras naturales. Cuarzos, granitos, pizarras… El mármol de Carrara es la variedad más elegante. Aunque su precio suele ser más elevado que el resto de las opciones.

8.

La pizarra

 Siguiendo con las piedras naturales, la pizarra es una roca natural que destaca por su dureza y por su gran variedad de colores y texturas. Las características de este material hacen que sus posibilidades sean infinitas. Sus formatos más habituales son 30x60, 60x60, 30x30 y 40x80 cm con acabados pulidos o al natural. 

9.

Vidrio templado o lacado

 Un cristal templado es la opción más ligera para  la zona trasera. Además, favorece el reflejo de la luz, ideal para cocinas pequeñas. El vidrio lacado es resistente al calor, fácil de limpiar y el escudo perfecto para salpicaduras. Existen dos tipos: el vidrio lacado no templado, que con un choque térmico alto podría romperse, con pintura en su parte trasera, y el lacobel, un vidrio opaco, sin juntas y con gran poder de reflexión.

10.

Azulejos que imitan cristal

Si no se quiere optar por el vidrio, pero sí tener su luminosidad, siempre puedes recurrir a azulejos cerámicos vitrificados, con los que tendrás la resistencia característica de la cerámica y la luz y amplitud del cristal. 

11.

Microcemento o cemento pulido

 Su aplicación es más costosa y ha de planearse previamente al montaje de los muebles, pero como uno de sus grandes pros, el hecho de que vaya pulido con cera lo hace muy efectivo contra las manchas y la grasa. Pero sin duda, si por algo destaca este material es por el estilo que ofrece a la estancia, perfecto tanto para los amantes del estilo rústico como para quienes se decantan por el industrial.

12.

¡Ladrillo a la vista!

 A menudo, las casas y pisos antiguos atesoran tras sus paredes enyesadas y pintadas robustos muros de ladrillo que, a la vista, dan como resultado ambientes de enorme fuerza. Sin abusar de estas superficies, sí es una buena idea reforzar ciertos puntos de atención –como la parte trasera del plano de trabajo en la cocina– para lograr una imagen especial.

Una cocina perfecta debe saber guardar el equilibrio entre funcionalidad, seguridad y belleza. Conseguir estos tres factores es fácil si se opta por los materiales más adecuados en los puntos claves de la estancia. El salpicadero de la cocina es uno de esos elementos cruciales capaces de definir el estilo del espacio y a la vez proteger sus muros de las inevitables salpicaduras que se producen mientras cocinamos. Se trata de un elemento muy visible, por lo que su imagen es importante, pero también tiene que ser capaz de resistir el día a día de la cocina y, por supuesto, ser fácil de limpiar. Cualquiera de los materiales que has podido ver cumplen estos requisitos así que la elección será cuestión de gustos.

Sea cual sea tu elección, con cualquiera de estos doce materiales la pared trasera de la zona de trabajo de tu cocina contará con la protección adecuada, a prueba de trote.