Hay salones que, no sabes por qué, pero te invitan a "espachurrarte" en su sofá, y hacen que el tiempo vuele hasta que se te ocurre pensar que hace tiempo que no vas al baño o bien sientes un mariposeo en el estómago que no es de amor sino de que ya es hora de cenar. ¡Y eso que has llegado a las cuatro de la tarde! ¿Qué los hace tan requeteagradables? Unas leyes invisibles, pero infalibles: las leyes del Feng Shui.