Operación otoño: 55 FOTOS e ideas de salones de la revista El Mueble con ideas inspiradoras para sumar calidez

Este salón otoñal es relajado y elegante, pintado en un tono tostado y con una chimenea afrancesada que distribuye a su alrededor todo el mobiliario. Asimismo, unas cómodas de aire clásico, una mesa de centro más moderna y dos sofás y un puff con faldón invitan a disfrutar de largas horas frente al fuego. 

Este salón decorado por Pia Capdevila es la definición de calidez. ¿Cómo lo consiguió? Con un mobiliario y unos textiles muy bien escogidos. ¡Y también gracias a la pared de piedra desnuda! Conservando los increíbles techos abovedados y las paredes originales de la antigua cuadra, esta masía en el Ampurdán ahora es pura inspiración.

Los enormes sofás a medida, un par de puffs y una gran alfombra con textura hacen que uno esté aquí de lo más a gusto. El gris de las paredes, las cortinas de lino crudo, los accesorios de madera y fibras naturales... Todo mezclado crea una atmósfera otoñal maravillosa.

En este salón, unas grandes cristaleras multiplican la luz. El sofá rinconera se ha colocado justo delante de ellas para que quede bien arropado por el paisaje otoñal de la Cerdaña. Para los días más fríos, una chimenea actual con buena embocadura calienta la estancia y da calidez. Está revestida con un papel pintado que imita piel, y para sumar aún más personalidad, un banco con espacio para almacenar la leña descansa a su lado y la enmarca.

Aunque en otoño predominan los tonos cálidos y terrosos, no podemos tener miedo a introducir color en nuestros salones. Los sofás tapizados en gris, por ejemplo, ganan luz con los cojines rosas y mostaza; una nota alegre que rompe con la sobriedad de un salón clásico otoñal. 

Viene después del momento manta y suele avisar de que el invierno ya se acerca. Va a juego con las lanas, el pelo, los cuadros... Si tu salón tiene chimenea, merece la pena empezar a encenderla, aunque el frío no apriete, para disfrutar de la calma y buen rollo que da. 

Los complementos textiles de pelo sintético siguen de moda. Y cuando las temperaturas empiezan a bajar y el otoño da paso al invierno, una manta o un cojín furry resulta perfecto para subir la temperatura del salón. Su imagen y tacto tan gustosos los hacen incondicionales de las estaciones más frías del año, ¡incluso en pisos urbanos!

Empiezan a bajar las temperaturas y queda oficialmente inaugurada la temporada de otoño con el "momento manta". Cajas de madera, cestos de mimbre o de ganchillo como el de la foto... Tienes que preparar un lugar para ponerlas y, sobre todo, recogerlas. Porque si te descuidas, con las mantas llega también el "momento caos" en el sofá.

No es plan de ponerse a pintar la casa con cada cambio de estación. Pero si tienes pensando renovar el salón y buscas darle color, o al menos a una pieza especial, atreverse con un color intenso hará el espacio más envolvente. Aquí, la decoradora Jeanette Trensig apostó por este verde camaleónico para pintar la librería. Y es que, en verano, basta con apostar por textiles en blanco para refrescar el ambiente, y en otoño, arroparlo con texturas más abrigadas. Pero, independientemente de la estación, siempre es un espacio visualmente recogido. 

La chimenea da mucho encanto en el salón, sobre todo cuando está encendida. Pero, ¿qué hacemos con ella cuando aún no ha llegado el momento de prender fuego? Si en verano puede ser muy decorativo y dar frescor vestir la embocadura con un cesto de fibras con brotes de lavanda, eucalipto o flores secas, en otoño puedes atreverte con una composición de velas. Las hay de led que crean una luz muy cálida y segura, muy útiles si hay niños pequeños en casa. 

Apostar por una iluminación cálida no es solo cosa del otoño. En El Mueble somos partidarios de leds cálidos, de unos 2.700 °K, para iluminar toda la casa, incluso la cocina y los baños. Pero es en las estaciones más frías del año cuando esta iluminación más amarillenta mejor le sienta a nuestra casa.

Cada estación tiene sus flores y sus colores. Y la reina del otoño es, sin duda, la hortensia. Un ramo de hortensias, en sus tonos envejecidos y oxidados, dará un sabor especial y muy temporada a cualquier rincón del salón. Puedes acompañarla, como aquí, de dalias, una flor también otoñal de gran belleza. Un consejo: si quieres secar las hortensias, para disfrutar de un ramo "eterno", apuesta por variedades de tonos intensos, son las que mejor se secan, y evita las de colores verdes. 

Los tonos que van del rojo al marrón son la siguiente gran opción entre los colores otoñales. Funcionan a la perfección sobre blanco o beige.

Los cojines de pelo largo son perfectos para vestir de otoño el sofá, porque dan un plus de calidez y un look más desenfadado, ya que añaden textura y volumen al sofá.

La luz tiene un gran efecto en la sensación de calidez y recogimiento de una casa. Y aunque apuestes por luces leds de 2.700ºK, la pantalla de las lámparas tiene la capacidad de teñir esa luz. En este sentido, puedes reforzar la sensación de calidez en el salón cambiando las pantallas de las lámparas de sobremesa por otras de telas más tupidas, con textura o de tonos más "sucios", como la propuesta de la imagen. 

Quizás no es el momento aún de envolverse en la suavidad y abrigo de una manta de mohair o de lana, pero puedes sacarlas de su hibernación y colocarlas de manera casual en el brazo del sofá o en un cesto. Decorarán y su sola presencia dará calor visual al salón. 

De crochet o tricot, nos encantan las que son de súper punto. Siguen estando de moda y son ideales en el entretiempo, cuando las de lana todavía pican. Por supuesto, también nos encantan en versión cojín.

Puedes buscar que las telas y las mantas coincidan con tus colores de mobiliario. Aquí repiten los de la madera, el sisal, la fibra natural... Así también se integran las piezas que podemos considerar más veraniegas.

Nos encanta esta combinación con colores un poco más mostazas y que llegan hasta el verde. Muy sofisticado.

Si quieres que la sensación de recogimiento que solemos asociar con el otoño y los meses de frío sea una constante en tu casa, no lo dudes y reviste una pared del salón con un papel pintado de acabado textil, que dará sensación de confortable pared entelada, como este salón decorado por Olga Borràs.

Las velas en El Mueble nos encantan, por el juego de luces y sombras y las atmósferas íntimas y acogedoras que creen. Pero si hay una época del año en la que decorar con velas es un must es con la llegada del frío. Puedes crear una composición para la mesa de centro combinando diferentes velas, así incluso sin necesidad de prenderlas decoran. Un consejo: unifica el color y juega con los tamaños. 

Si tu salón cuenta con chimenea empieza a caldear el ambiente sin necesidad de encenderla, todavía. Reúne algunos troncos en una cesta bonita de fibras o en una caja decorativa y verás cómo la temperatura del salón sube de inmediato. 

No tener que guardar nuestra alfombra de verano nos simplifica un poco la vida y queda tanto más sofisticado. Si vas comprar una alfombra de pelo nueva has de calcular bien las medidas. Debe medir más o menos como el ancho de tu sofá y ser más pequeña que tu alfombra de verano, claro. Debe tener, como mínimo, 40 cm menos de ancho y 40 cm menos de largo para que sobresalga un palmo por cada lado. 

Los cojines son un must todo el año. Pero es en otoño y en invierno, estaciones en las que solemos estar más en casa y poner en práctica el cocooning, cuando apetece estar más en el sofá, acurrucado con la familia y bajo mantas gustosas. Y en ese escenario, contar con numerosos cojines a los que abrazarse o acomodarse las lumbares o cervicales se agradece. 

Tu terraza, porche o jardín, tu salón de verano, también se disfruta ahora que el sol es un bien más escaso. Añade cojines de colores más empolvados y una manta más calentita. El verde siempre es una opción, claro.

Si pones un chéster de piel delante de una chimenea ya no necesitas nada más. Bueno, sí, igual necesitas aflojar un poco su sobriedad y oscuridad. Ya lo sabes, algunos complementos más claros serán una buena forma de compensarlo.

Cuando se acerca el invierno, los cuadros, las telas de lana y los grises oscuros se acercan al fuego. Más que nunca, dan ganas de preparar "tu rincón".

Un espejo siempre es un must en el salón. Pero, ¿sabías que los espejos de acabado envejecido ofrecen un reflejo mucho más cálido que uno nuevo? Si, además, lo completas con un marco dorado, como el de este salón decorado por Mengíbar Blanco Estudio, ¡el tándem es perfecto!

Los cuadros triunfan en otoño, lógicamente. Y mira que espectacular que queda esta librería. Que no te dé miedo atreverte porque es un papel pintado muy resistente y como es tan clarito, ni te complicará la vida, ni te pesará.

Ya no solo para el exterior. Cada año van saliendo nuevos modelos de piezas de mimbre, bambú, caña u otras fibras que se convierten en tendencia y que se quedan en nuestro salón. Una manera muy trendy de ponerlas en modo otoño es vestirlas con detalles de pelo largo. 

Los colores caldera y teja acompañan al gris a la perfección y le dan esa pátina cálida que tanto esperamos del otoño. 

¿Tienes un sofá blanco? No te apures, puedes caldearlo con toques ocres y tierras –¿sabías que el terracota es tendencia esta temporada?– y añadir una textura potente, como el terciopelo. Mantiene intacta toda su luminosidad y hace más acogedor el espacio. 

Más que hacernos fundas para el verano, cada vez encontramos más modelos de sofás totalmente desenfundables. Nos parece una idea genial comprarlos ya con dos versiones: una blanca o clarita para el verano y otro gris, topo o de un tono más oscuro para el invierno. 

Funcionan, especialmente, los metales un poco más envejecidos como el latón o los cobrizos. Consiguen elevar el nivel y dan mucha calidez a nuestra decoración más otoñal. En este salón, decorado por el equipo de Hoc Volo, se han combinado una mesita auxiliar con una lámpara de mesa, ambos en acabado oro viejo. 

¿Quieres darle un toque otoñal y natural a tu salón? Atrévete a hacer un centro de mesa con frutos de esta estación. Desde hace un tiempo las calabazas –más allá de la decoración de Halloween– se han convertido en un fruto de gran valor ornamental, ya sea en su característico tono anaranjado como en blanco, como esta. Puedes acompañarlas de granadas y otros frutos otoñales. 

El efecto cocooning va asociado, sin duda, a los meses más fríos del año, cuando nos reencontramos con nuestra casa, que se convierte en un refugio. Por eso crear un rincón acogedor y envolvente donde poder leer o relajarse es un must. No necesitas mucho: basta con reubicar un asiento si no quieres invertir en una butaca, arroparlo de mantas y plaids gustosos y para hacerlo más cosy puedes rodearte de elementos decorativos que te arropen, como aquí cuadros y revistas.  

El impás de estaciones siempre es un poco loco y nunca sabemos si este ya será el último día de calor ni cuando se quedará el frío. Y así vamos navegando, sin hacer el cambio definitivo de look del salón. Para vivir cómodamente en el entretiempo decorativo, los colores ocres y mostazas conservan la vitalidad del verano y ya aportan la calidez que esperamos del otoño.

Sobre todo si son del mismo tipo de tejido y color: florecitas, estrellas... Los colores intensos hacen que los clásicos suenen más actuales.

Ha llegado el momento de desnudar tu sofá si durante el verano lo has tenido con fundas fresquitas. A medida que nos adentramos al otoño apetece más y más notar la textura abrigada de una chenilla, de un terciopelo o, como en este salón, del cuero. 

La vibrante luz veraniega da paso a una luz otoñal más dorada y suave que invita al recogimiento. Déjala entrar en casa: abre cortinas y deja que coloree y caldea -¡cómo se agradece!– con sus tonos cálidos tu hogar. Si en verano tocaba bajar persianas y correr cortinas para bloquear el sol, ahora toca hacer lo contrario. 

Este salón otoñal de Pia Capdevila combina los tonos y texturas de la naturaleza. Desde los tonos tierra de los cojines, hasta los verdes apagados. ¿Un imperdible otoñal? La butaca, para tu zona de lectura perfecta.

Decorar la mesa de centro no siempre es fácil. De hecho, es una de vuestras consultas habituales. Si tienes una tetera bonita, como esta, puedes sacarla del armario durante los meses más fríos del año y servirte de objeto de adorno. Decorará y dará un extra de calidez. ¿Te animas?   

Porque cuando no está encendida, puede seguir siendo nuestra inspiración. Puedes apoyar un cuadro de tonos otoñales y encender unas cuantas velas para tener siempre presente el calor y el color de las llamas. Evidentemente, puedes crear tu rincón inspirador en cualquier espacio del salón. 

Si quieres mantener los colores de tu salón, puedes simplemente cambiar de telas. Cuando ya te rindes al frío, abrazar las texturas más explícitas es un placer, ya no pican.

Si tu color del verano ha sido el turquesa, puedes darles un giro más otoñal añadiendo tonos teja y caldera en los cojines. Si alguno es estampado, mejor, compensará los excesivos contrastes.

Para fans muy radicales, incluso el blanco con blanco puede funcionar cuando le añadimos pelo, texturas, angorina... Eso sí, necesitamos que el entorno se ponga a la altura: necesitamos que nos arropen las alfombras, los tonos dorados...

No hace falta darle la vuelta al salón con cada cambio de estación. Basta con renovar unos pocos detalles para que el salón suba de temperatura. Las fibras naturales, los complementos de madera raw e incluso algunos detalles de cerámica en acabado mate y look artesanal, harán más cálido el espacio. Si tienes una librería, como en este salón decorado por Anna Vendrell, vístela con muchas fibras y verás el cambio. 

Podemos conseguir que un sofá y un salón blanco cambie de estación. ¿Cómo? Basta con añadir algún estampado y un poco de gris, como demuestra esta propuesta de Natalia Zubizarreta. ¡Incluso se pueden quedar los complementos verdes!

En el norte se inventaron este estilo tan equilibrado, cálido y luminoso que funciona todo el año. Con sutiles pasteles, con madera clara, con blanco y gris... El estilo escandi o nórdico ha dejado de ser una moda para quedarse. 

Este salón, decorado por Olga Gil-Vernet, es muy versátil, porque en verano es fresquito, con este personalísimo sofá en verde eucalipto, pero en otoño también es muy acogedor. ¿La clave? Un mobiliario atemporal con piezas cálidas, como la mesita auxiliar de madera, y a la vez ligeras y más "frías", como las mesas de centro de cristal. Pero, en este caso, con el plus de ser doradas, lo que ayuda a matizar su posible frialdad. 

Esta es otra opción para poner de otoño tu salón sin que te juegues un cambio de estilo. Aquí lo vemos con los rosas palos, corales que se van hacia los marrones. 

Los cojines son a la decoración lo que los complementos a la ropa. Para poder cambiarlos a placer, nos han dado ganas de proponerte este cesto donde guardarlos después de practicar y dar con la combinación perfecta. 

Los amarillos y naranjas de las hojas. Los beige y los marrones de los frutos secos, las castañas, las piñas... Los rojizos de las granadas... Toda la inspiración está ahí fuera, esperando para entrar en casa, también en su versión original.

Se van los rosas primaverales y llegan los amarillos, ocres y naranjas. Las hojas de las parras las acompañan.

Los detalles de felpa, que siguen estando de moda, pueden ser un último recurso para ir calentando en pequeñas dosis tu salón, hasta que llegue el invierno.