10 ideas fáciles de copiar de los dormitorios más vistos de El Mueble

Un dormitorio sin cabecero parece a medio hacer. De madera –un clásico que nunca pasa de moda–, tapizado –te aseguras un extra de calidez y confort– o a medida, la solución perfecta cuando cuentas con pocos metros. En este sentido, los tipo murete son un must, porque los puedes hacer de tan solo 5-10 cm y podrá contar con una repisa extra. 

Las posibilidades son casi infinitas: con molduras, con papel pintado, con una composición de fotos o cuadros, con un espejo... Tú eliges, pero piensa que es la pared principal del dormitorio, y como tal, se merece vestirla. ¿Buscas ideas? Te damos... ¡37!

De otro auxiliar que merece la pena contar con él, siempre que tengas espacio suficiente a pie de cama. Los bancos son un práctico 3 en 1: sirven de descalzadora, de repisa para dejar la ropa preparada el día siguiente y visten el pie de cama, que, a diferencia de la cabecera, que siempre suele estar vestida por un cabecero, suele estar desnuda y se ve "dura".

En El Mueble siempre, siempre, siempre apostamos por una luz cálida para toda la casa (cocina y baños incluidos). Pero si hay una estancia, junto el salón, donde es clave contar con una iluminación cálida este es el dormitorio, porque las luces blancas, o sea, frías, tienden a activarnos, mientras que las cálidas (de unos 2.700ºK) ayudan a relajarnos. Los leds integrados en el cabecero, como aquí, son una buena opción como iluminación general, porque ofrecen una luz indirecta muy agradable.  

Ya sea con estores, sobre todo si cuentas con pocos metros o con un mueble debajo de la ventana, o cortinas. Pero vestir las ventanas tiene un poder transformador del espacio, haciéndolo, de inmediato, más confortable, elegante y práctico, porque las cortinas nos ayudan a regular la entrada de luz y nos regalan intimidad. 

El espacio es un lujo, por eso en El Mueble nos gusta aprovecharlo al máximo. No significa que debas llenar tu dormitorio de muebles que no uses, pero sí de darle una utilidad a espacios que de otra manera estarían desaprovechados. Y uno de esos espacios es el bajoventana, que da muchísimo juego, como se ve en este dormitorio, donde se ha diseñado un mueble zapatero que, con una colchoneta, se convierte a su vez en banco improvisado. ¡Copia la idea!

Es muy fácil y transformará por completo el look de tu dormitorio. Un truco para que tu cama se vea mullida es vestirla a capa y alternar diferentes telas, ni todo linos ni todo algodones. Además de la sábana o la funda nórdica, es básico contar con un plaid a pie de cama, te ayudará a dar movimiento a la cama, evitando un look rígido de hotel. Un truco que crea un efecto muy "fluffly" o esponjoso es doblar un edredón por la mitad y colocar encima el plaid. Pruébalo, ¡verás qué gustoso! 

Los cojines decorativos son los grandes creadores de calidez. No temas abusar de ellos. Combina diferentes formas y tamaños, pero que compartan una base cromática. Un consejo: reserva el estampado llamativo para el cojín más pequeño, así no te abrumará. Puedes colocarlos en escala de menor a mayor tamaño de delante a atrás. 

Es un complemento 3B: bueno, bonito y barato. No solo decoran por sí solos –los de fibras naturales son una apuesta segura–, sino que son muy útiles para guardar los cojines decorativos y plaids con los que vestimos la cama para que resulte más apetecible y gustosa. 

Las alfombras no solo decoran, sino que aíslan, protegen el suelo de la pisada y nuestros pies del frío. Por eso, en el dormitorio las alfombras son siempre un acierto. En dormitorios amplios, lo ideal es que la alfombra parta unos 30 cm de las mesillas de noche y se prolongue 100-150 cm de los pies de la cama, así se verá un espacio muy vestido y muy acogedor. Si cuentas con pocos metros,  puedes poner una pequeñita solo a pie de cama.