Dilema decorativo: ¿cama bajo la ventana o contra la pared?

Hay veces que, la distribución del dormitorio no ofrece una pared lo suficientemente amplia en la que apoyar el cabecero. Es en estas situaciones en las que no queda más remedio que utilizar la ventana para apoyar la cama. Un ejemplo son las habitaciones con distribución rara, en las que, de otra manera, no entraría una cama de matrimonio. 

¿Cuántos muebles van apoyados a la pared en un dormitorio? Al menos el cabecero y el armario. Y, obviamente, este no puede colocarse frente a una ventana. ¿Qué pasa entonces en los dormitorios en los que hay muchas ventanas? Pues que no quedará más remedio que utilizar una de ellas a modo de cabecero. Si hay opción, ponlo bajo la que esté más alta, como en la imagen.  

Para que el dormitorio no resulte incómodo, es muy importante que se pueda acceder a la cama por ambos lados, pero también que haya espacio al pie de la cama para pasar cómodamente. En estos casos, la ventana se convierte en el mejor sitio para apoyar la cama y tener un acceso cómodo desde todos los lados.    

Que la ventana actúe como cabecero, enmarcando la cama y destacando su presencia, no significa que haya que olvidarse de colocar uno. Si lo eliges de un gris oscuro, como ha hecho aquí la interiorista Laura Mas, conseguirás que ambos elementos compartan protagonismo.   

También puede ser una cuestión estética. De hecho, al poner la cama bajo la ventana, esta se convertirá en un imán para las miradas. En este dormitorio, la interiorista Begoña Susaeta ha creado un cabecero de obra con las mesitas integradas. Así se consigue aislar la cama de la pared y alejarla un poco de la ventana.    

Si poner la cama bajo la ventana es la única alternativa por la forma del dormitorio, es muy importante garantizar que no entra frío. Asegúrate de que los cerramientos son de calidad y que el cabecero no impida la entrada de luz. Un mueble de obra será funcional y mejorará el aislamiento. Asimismo, otra de sus desventajas es puede que tengas que ponerte sobre la cama para abrir las ventanas. 

La ubicación más normal de los radiadores es bajo la ventana, ya que así regula la temperatura y calienta el aire frío que pueda entrar. Por eso, si en tu dormitorio esa es la ubicación del radiador, valora si es posible cambiar su ubicación antes de poner la cama bajo la ventana. En cualquier caso, no lo condenes, ya que desperdiciarías el calor y la energía. 

Fíjate en esta galería, en todos estos dormitorios con el cabecero en la ventana, se ha elegido un estor para vestirla. Ya sea enrollable tipo screen, paquetto o de varillas, elegir un estor es la mejor opción para que la tela no sea molesta estando en la cama, controlar la entrada de luz y que la habitación no quede desnuda y la decoración del dormitorio, incompleto.

Cuando la ventana tiene un diseño original, para destacarla, ubicar la cama debajo de ella es un acierto. Si no entra apoyada en ella y puedes colocarla un poco separada porque lo permiten las dimensiones, opta, junto con los estores, por colocar unas cortinas que suban el nivel de la ventana. Actuarán también como barrera térmica. 

Y en este tipo de dormitorios la expresión es literal. En habitaciones abuhardilladas con ventanas cenitales, colocar la cama debajo de estas le dará protagonismo. De día la iluminará, destacando su presencia; mientras que de noche te permitirá dormir bajo la luz de las estrellas. 

Las habitaciones destinadas a los niños suelen ser las más pequeñas de la casa. Pero, además, también necesitan armarios, espacio para los juguetes y los libros, un lugar para estudiar... Por eso, colocar la cama bajo la ventana es una solución más que habitual. Mira cómo lo ha hecho la interiorista Marta Tobella.  

En dormitorios con ventanas altas y alargadas, como este infantil, una forma de restarles protagonismo y cedérselo a la decoración de colocar unas camas con cabecero y piecero. Tapizados en gris oscuro y con un diseño clásico asegurarás su carácter atemporal.  

Cuando el espacio falta, las mesitas son los auxiliares de los que se prescinde. Y más en un dormitorio infantil. Por eso, si la cama está bajo la ventana, incluye un poyete que la aísle de la pared y ofrezca la superficie necesaria en la que colocar una lámpara, el móvil, las gafas o un libro.