Sí, hay más opciones además de los estilos moderno, clásico o rústico. Porque combinando algunas de sus características hay fusiones que son mucho más atractivas, más cálidas, más actuales. Descubre estos 15 estilos para decorar tu dormitorio.
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Dormitorio con cabecero de Artwood. Mesitas de FreerLiving. Alfombra de Rug Vista. Lámparas de Maisons du Monde. Armario vintage de Olsson&Jensen.
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Clásico: la fuerza del capitoné
Los cabeceros de capitoné son el mejor recurso si quieres darle a tu dormitorio un estilo clásico y que nunca pase de moda. Para potenciarlo, emplea como base en la decoración colores neutros como el blanco o el beige, y lleva el color mediante pequeñas dosis en los complementos textiles. Aquí el verde es el color elegido para dar un toque de frescura y vitalidad.
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Cabecero, mesillas de noche y lámpara, de Kenay Home. Banco, de Maisons du Monde. Pared decorada con individuales, de Zara Home y El Corte Inglés. Alfombra, de El Corte Inglés.
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Moderno: el gris como tendencia
Tonos oscuros como el gris con el que se ha pintado la pared de este cabecero también funcionan en el dormitorio. Aquí, se le ha dado luminosidad con el blanco y calidez con el beige de las cortinas y ropa de cama. También las fibras naturales tienen su protagonismo, con los individuales convertidos en decoración para la pared del cabecero y el banco de mimbre a los pies de la cama.
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Dormitorio con cabecero, de Coton et Bois. Alfombra, de Zara Home.
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Clásico moderno: un greatest hit de ayer y de hoy
Porque no hay nada como fusionar los principios de cada estilo para conseguir un espacio que recuerde al pasado, pero que tenga un pie en el siflo XXI. Así, este dormtorio emplea las molduras y el papel pintado de rayas que veríamos en cualquier dormitorio clásico y las ha combinado con las modernas y rectas líneas del cabecero exento y las lámparas de fibras que cuelgan a ambos lados de la cama. ¡Esta fusión está para quedarse!
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Lámparas, de Bloomingville. Cabecero, diseño de la decoradora, realizado por Zur-eder.
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Boho chic: cuando el dormitorio pide verano
El estilo boho chic es perfecto para un dormitorio de verano en el que parece que nunca pasa el tiempo. El blanco y las fibras naturales son la base de esta tendencia fresca, luminosa y cálida que queda perfecta en cualquier estancia, ¡también el dormitorio! Aquí todo el mobiliario es blanco, incluso la ropa de cama, aunque esta con un matiz más cálido que combina con las lámparas de fibras colocadas a sendos lados del cabecero exento y que separa la cama del baño.
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Funda nórdica burdeos de Society, en La Maison. Plaid azul de Gancedo. Colcha estampada hecha con tela Tramuntana de Gancedo. Cojines azules y a rayas de La Maison. El cojín burdeos es de Gancedo.
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Romántico: una cama con dosel y ropa de cama rosa
Todo en este dormitorio respira femineidad. Desde el dosel de la cama, que aporta un estilo romántico, a la delicada ropa de cama en tonos deslavados rosas y verdes. Los detalles en madera, así como las láminas botánicas que decoran las paredes potencian su aspecto cálido y acogedor.
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Juego de cama de lino crudo, almohadas verdes y plaid verde de Filocolore. Manta de Zara Home. Cojín de pelo, pufs y alfombra de Calma House.
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Rústico: el perfecto estilo de montaña
Techos abuhadillados y con vigas de madera son parte del estilo rústico. También las paredes de piedra, los textiles gustosos y los tonos deslavados que le suavicen la increíble fuerza de la madera. Buena muestra de ello es este dormitorio rústico en el que todo invita a quedarse en la cama mientras entra el sol por las ventanas.
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Butaca, de Miki Beumala. Lámpara, de Faro. Apliques, de Avanluce. Manta, de La Maison. Mesitas y cabecero, de la propietaria. Colcha verde y cojín estampado, de Filocolore.
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Rústico campestre: de campo y muy blanco
Porque no solo de madera vive el estilo rústico. También los espacios luminosos, en los que la madera se ha pintado de blanco ofrecen un estilo acogedor que recuerda a las casas de campo. Para que no resulte muy frío, se ha empleado el beige tanto para el cabecero de lino como para la ropa de cama. Y se han colocado pequeñas pinceladas de azul en los cojines, dando frescura y vitalidad.
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Dormitorio con cortinas de lino beige, colcha y alfombra compradas en La Maison. Aparador de Luzio con lámpara de Marset. Lámpara de techo de Artemide. Banqueta de Crearte Collections tapizada con tela de Yutes.
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Rústico moderno: la fusión de dos estilos
La madera al natural del estilo rústico, así como el gris azulado de las paredes y las líneas rectas del estilo moderno se dan la mano en este dormitorio que aúna lo mejor de las dos tendencias para crear un espacio acogedor y actual. ¿Otros elementos de estos estilos? El aparador en madera raw y la alfombra de lana que recuerda a las casas de montaña y el estor y la lámpara colgante que casa más con los estilos urbanos. ¡Ideal!
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Dormitorio con cama con funda nórdica, de H&M Home. Lámpara, de Fronda.
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Minimalista: el poder de lo básico
Porque el dormitorio es un espacio que debe invitar al relax y la desconexión, una buena elección para esta estancia es el estilo minimalista. Caracterizado por prescindir de todas las piezas que carecen de utilidad, sus líneas rectas y el uso (casi abuso) del color blanco, este dormitorio es buen ejemplo de que el minimalismo es una opción perfecta si te gustan los espacios prácticos y ligeros.
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Cabecero de lino, de La Maison. Tronco, a modo de mesita de noche, y banquetas, de Alto Interiorismo.
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Minimalismo cálido: ¡cuánta fuerza tiene la madera!
Si el minimalismo se caracteriza por su practicidad, el minimalismo cálido se basa en los mismos principios, aunque empleando materiales que regalen calidez. Por eso, en este sencillo dormitorio, no solo el blanco es protagonista, también lo son los accesorios de madera, como los bancos a pie de cama o el tronco a modo de mesita.
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Banqueta, de Sacum. Lámpara aplique, de Maisons du Monde.
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Industrial: nos encantan las estructuras vistas
Y es que esta es una de las características del estilo industrial que, aunque con mucha fuerza, puede llevarse también al dormitorio con la adecuada elección de complementos. Así, puesto que la madera y el metal del techo y paredes tiene tanta fuerza, lo más adecuado es elegir un tono suave para la ropa de cama y complementos textiles. ¿El resultado? Un espacio con tintes industriales pero que no renuncia a la calidez.
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En el dormitorio, cabecero de Marbella Antiques. Taburete y silla de Segunda Época. Cortinas de Gancedo. Ropa de cama de Zara Home.
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Colonial: materiales que no pasan de moda
El nuevo estilo colonial huye de las maderas pesadas para hacer del blanco su gran aliado. Y no solo en complementos textiles, sino también en paredes y techos, como estos de madera pintados en blanco. Pero si algo no han perdido es su esencia es el uso de materiales como las fibras naturales y la madera.
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Dormitorio con cabecero, lámparas y alfombra, de Coton et Bois.
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Nórdico: la fuerza del blanco y la madera
El estilo nórdico lleva en tendencia más de una década, deleitándonos con sus espacios luminosos y acogedores. Pero durante estos años, ha ido adaptándose también a las tendencias, dejando entrar en su paleta otros colores cálidos como los arena o los pastel, haciendo del lino su textil favorito y dejando que nuevos materiales como las fibras naturales salpiquen la decoración.
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Escritorio de anticuario. Funda nórdica, cojines y manta de Zara Home. Alfombra de Maisons du Monde.
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Vintage: recuperando piezas del pasado
El estilo vintage se basa, precisamente, en llevar a la decoración piezas recuperadas, que han experimentado más de una vida. Una lámpara de lágrimas que estaba en la casa de tu abuela, un tocador comprado en un mercado de pulgas o un banco que encontraste en el desván de la casa del pueblo. Haz de tu dormitorio un templo vintage con toques de color delicados y algún elemento actual, como un mural en la pared.
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Puerta recuperada decorando la pared, de La Bòbila Atellier. Mesitas compradas en L'Isle sur La Sorgue. Ropa de cama de Llino, de La Maison. Cortinas de Ikea.
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Mediterráneo: una oda al azul
Y es que el estilo mediterráneo hace un sabio uso del azul para dotarlo de la frescura y la luminosidad que lo caracteriza. Pero no solo emplea esos dos colores en la decoración, también la madera y las fibras naturales, aunque en delicadas dosis, tiene cabida para dar calidez.