Salones pequeños: 10 dilemas decorativos

Las tapicerías claras son un aliado para salones pequeños, porque ayudan a que una pieza voluminosa se vea más ligera. Además, son más fáciles de combinar. Sin embargo, las oscuras son una muy buena opción si quieres convertir el sofá en el gran protagonista del salón, como en este caso. Y como plus son más sufridas. 

Los estores, al quedar pegados al cristal, ocupan menos espacio que las cortinas, siendo por ello una opción idónea para salones pequeños. Además, con un estor puedes vestir una ventana que no llega hasta el suelo y cuyo espacio inferior aprovechas con un sofá. Y con el plus que, al necesitar menos tela, son más económicos que las cortinas. 

En pocos metros, colgar el televisor tiene la ventaja de liberar espacio en el mueble del salón o, en el mejor de los casos, poder incluso prescindir de él. Para colgarlo, lo más sencillo y económico es hacerlo con soportes fijos, pero los hay inclinables o con brazo para poder separarlo de la pared y orientarlo. Si prefieres tenerlo en un mueble, asegúrate que este tenga un orificio en la parte trasera para poder pasar los cables. 

Es una de las grandes dudas a la hora de elegir el sofá cuando el salón es pequeño. Debes saber que las medidas mínimas de un sofá chaise longue son 250 x 150 cm. Así te aseguras 2 plazas más la tercera para tumbarse. Si vas muy justo de espacio, puedes reducir el módulo chaiselongue hasta los 140 cm. 

A los espacios pequeños se les suele pedir más versatilidad, por eso apostar por piezas auxiliares ayuda a que el salón sea más cómodo y adaptable. Puedes elegir una o dos mesitas auxiliares –las tipo nido son muy prácticas porque en el espacio de una tienes dos– que podrás cambiar de sitio en cualquier momento para despejar el espacio. También puedes usar un puff, como aquí, como mesa de centro improvisada, así cuando no la uses podrás tener un reposapiés o un asiento extra. 

En El Mueble somos fans de las librerías. ¡Incluso en salones pequeños! De hecho, en pocos metros, aprovechar una pared con un mueble con estantes y armarios, como este, es una manera de ganar mucho espacio para guardar, de decorar y, además, te permite liberar el salón, y un espacio en orden siempre se ve más amplio que uno con las cosas por el medio. 

Es la opción habitual en salones pequeños, porque así aprovechas más y mejor los metros. Aunque compartan espacio, es importante delimitar los distintos ambientes. Puedes hacerlo con alfombras de tonos neutros y claros o usando la trasera del sofá, como aquí. Si puedes, arrima la mesa del comedor a la pared y complétala con un banco pegado a la pared, así dejarás más espacio libre para el resto del salón.

Las butacas son piezas muy cómodas para cerrar visualmente el estar y, a la vez, completar las plazas del sofá. En salones pequeños apuesta por una ligera, como esta de fibras, que además puedas mover fácilmente según tus necesidades. Aunque si tu salón es realmente mini es mejor prescindir de ella en pro de un espacio más despejado donde moverse sin estar encorsetado.   

Las alfombras no saben de metros. Tanto en salones pequeños como amplios son una opción muy decorativa que hace más mullida la pisada, ayuda a delimitar visualmente la zona del estar y contribuye a que se vea más vestido. Eso sí, en espacios pequeños es mejor optar por diseños lisos y de tonos claros, como aquí. Y en el caso de optar por motivos, mejor que si son discretos, así no saturarán el espacio.  

Es habitual pensar que en salones pequeños es mejor dejar las paredes libres de cuadros y fotos, especialmente la del sofá. Pero no temas decorar las paredes con una composición de cuadros o una serie de láminas o fotos. De hecho, el Feng Shui es de la opinión que decorar la pared es una manera de dar equilibrio al conjunto y evitar que la energía fluya solo por abajo.