Estas son las reformas que necesita tu casa si tiene más de 30 años

Si tu casa tiene más de 30 años, lo primero que tendrías que repasar es la instalación eléctrica. A partir de ese momento, puede empezar a dar problemas y que sea necesaria la renovación del sistema eléctrico, especialmente para adecuarlo a la normativa actual. Es muy difícil valorar cuánto puede costar, ya que dependerá del tamaño de la vivienda, su antigüedad, si es unifamiliar o un piso y si quieres incluir aparatos domóticos. Asimismo, esta reforma puede conllevar otro tipo de arreglos.

Cuando una casa supera la treintena, es posible que sus ventanas no aíslen tanto como deberían. Lo más habitual en este tipo de casas es que sean de aluminio, menos eficientes tanto contra el frío como contra el calor. Actualmente, aunque también las hay de aluminio, vienen dotadas con rotura de puente térmico y más opciones en acabados. También puedes instalarlas de PVC o de madera (aunque llevan una dosis de aluminio o PVC). Si quieres saber cuánto cuesta cambiar las ventanas, te dejamos una mini guía.   

Si cambias las ventanas, el cambio será considerable y lo notaréis en cuanto empiecen a bajar las temperaturas. Pero el aislamiento de las paredes también es importante. Sabemos que, para eso, hay que hacer prácticamente una reforma integral; pero siempre puedes compensar el frío con un sistema de calefacción barato y eficiente. Si en tu zona no hace mucho frío, actualmente las bombas de calor ofrecen tanto aire caliente como frío, lo que mejorará el bienestar y el confort en tu hogar durante todo el año. 

Los baños son una de las estancias más reformadas de los hogares españoles. Y es normal. No se trata solo de un azulejo feo o un suelo pasado de moda. Todo va en función de la comodidad. Por eso, cambiar la bañera por el plato de ducha es una de las reformas más comunes en casas que superan las tres décadas. 

Es la otra reforma más común en las casas de España, especialmente cuando ya tienen cierta solera. La cocina es una de las estancias en las que más tiempo pasamos, más se ensucia y ¡más nos gusta! Por eso, aprovecha a poner armarios bajos gaveteros –hace 30 años no se hacían así–, para poder acceder a todo tu menaje y accesorios de cocina cómodamente, y los altos hasta el techo, ganarás en almacenaje. Seguro que estas cocinas modernas te sirven de inspiración.   

La lavadora, el frigorífico, el lavavajilla y, por supuesto, el horno. Los electrodomésticos que se fabrican hoy en día son mucho más eficientes que los que se comercializaban hace 30 años. Si tus electrodomésticos no han visto una renovación desde finales de los 80, plantéate ir cambiándolos poco a poco. Los hay a precios muy competitivos y, a la larga, amortizarás la inversión, ya que consumen mucha menos electricidad. 

Si tu suelo es de madera maciza y nunca ha pasado por un lavado de cara, ahora es el momento. Acuchillarlo y barnizarlo de nuevo será más económico que cambiarlo por completo. También puedes poner suelo laminado, tarima de madera o cambiar el parquet. Los cerámicos ganan cada vez más adeptos gracias a sus increíbles acabados que imitan los materiales y, si quieres algo más moderno, el microcemento es muy actual y no requiere grandes obras. Cambiar el suelo es una reforma algo engorrosa, pero el resultado rejuvenecerá tu casa.      

El gotelé llegó a España y se quedó. Los pisos de más de 30 años y que no han visto reforma alguna es probable que lo tengan. Y, aunque hace años tenía sentido, ahora apenas. Durante el boom inmobiliario de los 80 y 90 se utilizaba para disimular las imperfecciones de la pared, pero actualmente se colocan paneles de pladur con un acabado liso (bye bye gotelé). Aunque es un plus, si haces una reforma, no dejes de pensar en tus paredes. ¡Te lo agradecerán! 

Cuando un piso ha llegado a la treintena, es probable que tus puertas presuman de ese acabado sapelly tan habitual a finales de los 80. Por eso, cambiar las puertas es una reforma básica en pisos que superan cierta edad. Aprovecha y ponlas correderas, con molduras, de cristal... ¡hay muchísimas opciones!

Pintar las paredes, poner una funda en el sofá, renovar los cojines... hay un montón de pequeñas cosas para que tu casa se vea renovada, algo primordial con tantos lustros a la espalda.